Académicos, empresarios y especialistas se reunieron para dialogar sobre innovación educativa, educación en línea y el futuro del trabajo.
Con miras a fomentar la libre discusión de ideas y promover la innovación y el pensamiento crítico, la Universidad de la Libertad (UL) alojó el 30 de agosto su primer conversatorio internacional donde académicos, especialistas y empresarios reflexionaron en torno de la evolución de los modelos educativos frente a las demandas laborales y las exigencias tecnológicas.
El evento Futuro de la educación superior fue organizado en asociación con el Aspen Institute México y con Arte & Cultura del Centro Ricardo B. Salinas Pliego (CRBSP). Este último, además, aprovechó la ocasión para donar una parte de su acervo editorial a las bibliotecas de la UL y otras instituciones como la Universidad Iberoamericana, la Universidad Panamericana y la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia (BNAH).
La UL forma parte del esfuerzo del empresario Ricardo Salinas Pliego por legar educación de calidad a las nuevas generaciones, con lo que busca revolucionar la enseñanza superior en nuestro país a través de un innovador modelo educativo fundado en el principio ético de la libertad.
Durante la inauguración del evento, el rector Jorge Díaz Cuervo señaló que si se quieren impulsar la innovación, la prosperidad y la libertad se deben abrir espacios como estos para pensar qué cambios debe haber en la educación superior, de modo que se construyan las mejores competencias para el futuro.
Más aún, el presidente del Aspen Institute México, Luis Gerardo del Valle, celebró el esfuerzo de Salinas Pliego y de la UL por promover un modelo disruptivo que rompa con el tradicionalismo de las instituciones de educación superior. “No me cabe duda de que son los rebeldes quienes producen el avance de la humanidad, porque son quienes no están de acuerdo con el statu quo y se atreven a ir más allá”, agregó.
Aceleración
Uno de los grandes temas que permeó el conversatorio fue la aceleración del desarrollo tecnológico, representado de mejor manera por la Inteligencia Artificial (IA) y cómo pueden afectar estos avances al mercado laboral y a la educación.
Enrique Berruga Filloy, diplomático mexicano y director general ejecutivo del Aspen Institute México, destacó que la presencia de IA es el punto de partida perfecto para dialogar en torno de los cambios de paradigmas pedagógicos, puesto que es un fenómeno que atraviesa los campos educativos, laborales, sustentables, éticos y competitivos.
Por su lado, el rector general de la Universidad de Guadalajara (UdG), Ricardo Villanueva, puntualizó que dichas tecnologías incomodan a las universidades porque transforman lo que sucede dentro de las aulas.
Además, destacó que ante el paso tan acelerado con que cambia el planeta se debe considerar que en el futuro cercano habrá carreras y trabajos que actualmente no existen. “En un mundo donde los algoritmos cada vez tienen un lugar más relevante, ¿qué debemos enseñar a unos niños y jóvenes cuyo futuro empleo no existe?”, cuestionó.
En este sentido, la directora general del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), Valeria Moy, detalló que en nuestro país la mitad de los estudiantes que pasan de nivel medio superior a la universidad quieren estudiar Derecho y que desde hace varios años solamente diez carreras dominan el interés de los alumnos. Entre ellas están Administración, Contabilidad, Sicología, Formación Docente, Ingeniería Industrial y Enfermería.
“Esto es lo que quieren los jóvenes mexicanos. Y aunque no imagino el futuro distópico en el que la IA nos reemplaza a todos, sí considero que el gran reto es preparar a los estudiantes para carreras y trabajos que irán surgiendo en los próximos años. Si seguimos con estas mismas carreras, continuaremos con este mismo ritmo que más bien nos está dejando muy atrás”, apuntó.
Durante su participación, la directora general de la Bolsa Institucional de Valores (Biva), María Ariza, indicó que los próximos 50 años serán de los más importantes y decisivos en la historia de la humanidad por la aceleración tecnológica, la crisis climática y, naturalmente, la capacidad que mostremos o no para adaptarnos.
“Claro que las IA provocarán un desplazamiento laboral, pero también debemos saber incorporar a otras personas a estos cambios para que no se queden atrás; debemos fomentar nuevas formas de enseñanza que cierren estas brechas de desigualdad tecnológica. Confío en que la clave está en la colaboración, el trabajo multidisciplinario y la resolución holística de problemas”, agregó.
La colaboración fue uno de los principales puntos de la intervención de Fernando Valenzuela, presidente de Cengage Learning y líder en educación tecnológica, quien declaró que debemos aprender a trabajar con gente que no se parece a nosotros para poder cerrar brechas económicas, culturales, sociales y tecnológicas. “Hay que aprender más de las personas que son distintas a mí. Y eso implica comenzar a ver la educación no como un trámite, sino como un juego infinito. Por ello es importante que la UL sea una universidad para toda la vida, porque entiende que los aprendizajes van acompañados de emoción, de acción y de colaboración”.
Educar
Muchos de los ponentes coincidieron en que la mejor manera de afrontar el futuro incierto es dotar y reforzar en los jóvenes con soft skills, es decir, las habilidades sociales, de comunicación, los rasgos de la personalidad y las actitudes ante los problemas.
El empresario Santtu Laivuori destacó que lo más importante para los emprendedores es tener el coraje de innovar y la inteligencia emocional para saber que solo en lo desconocido es posible generar cosas nuevas.
Además, detalló que hay una gran diferencia entre contratar a gente con experiencia y a gente con potencial, pues al buscar a gente experimentada en algo se pretende obtener los resultados ya conocidos. Sin embargo, contratar a gente con potencial, aunque riesgoso, es el mejor camino para crecer: “Hay un grave problema en contratar a gente inteligente para decirles, como empresa, lo que deben hacer: eso es jugársela seguro. Más bien debe haber participación colectiva, donde los jóvenes puedan enseñar a los trabajadores maduros: siendo diverso es la única manera en que se destapa el verdadero potencial”.
En este sentido, Gifford Booth, presidente de la consultora TAI Group, insistió en la necesidad de conectar y de comunicar para avivar el potencial de estudiantes, trabajadores y empresarios. “Tenemos que saber qué nos motiva y poder apropiarnos de esa motivación, emocional y físicamente”.
Además, el autor y consultor Gary Bolles aprovechó su participación para destacar que la experimentación y la exploración son necesarias para la innovación. De hecho, puntualizó en relación al tema de la aceleración tecnológica que la IA debe aprovecharse como una herramienta y que, en todo caso, debemos utilizarla para explorar problemas más grandes y dar así soluciones más importantes. “Los problemas siempre están cambiando y hay que enamorarse de los problemas más grandes: son los que más nos hacen innovar”, comentó.
Finalmente, algunos especialistas como John Danielson y Mauricio García destacaron que proyectos educativos como la UL, en los que se tiene la posibilidad de empezar desde cero, son los mejores espacios para repensar y cambiar los modelos educativos tradicionales. “El panorama global ya no nos permite equivocarnos: debemos tener un acercamiento pedagógico distinto, que funcione. Por ello la UL es distinta, porque se asume como un espacio transparente, como un canal diplomático entre individuos y sociedades donde los líderes importan”, señaló Danielson.
Además, Ben Nelson, presidente de Minerva Project, celebró que la UL surja en estos momentos de incertidumbre económica y cultural, pues “al enseñar cómo contextualizar los conocimientos y aplicarlos de manera libre se tiene una oportunidad única de contribuir de manera positiva en el mundo”.
Arte y cultura: una necesidad
Durante su intervención, Álvaro Hegewisch, director ejecutivo del Equipo Arte & Cultura del CRBSP, manifestó que conceptos como la creatividad, la colaboración, la resiliencia y la innovación no pueden concebirse sin unirlos a las expresiones del arte, de la cultura y del conocimiento de la historia. “El arte nos ofrece la mirada de otros frente a las posibilidades de la creación y la cultura nos enseña cómo reconocernos en el otro y en nuestro entorno; por eso son tan importantes”, puntualizó.