Comitán, Chiapas, 18 de enero. Los más recientes choques entre cárteles en Chiapas, cerca de la frontera con Guatemala, volvieron a dejar decenas de familias desplazadas que tuvieron que salir huyendo con lo puesto esta semana de varias comunidades para cobijarse en localidades cercanas sin saber cuándo podrán volver a sus hogares.
Fue “más de media hora echando bala, carros quemados, caían las balas en las casas” de toda la comunidad, aseguró Mauricio Gómez desde Comitán, la ciudad donde está resguardado desde hace cinco días junto con 20 familiares, la mitad niños.
Viven con otras seis familias en una casa que les prestaron sin tener claro cuándo podrán volver a sus casas y a cuidar de sus tierras y sus animales.
El agricultor señaló que se acercó un momento al pueblo ayer jueves para clavar las puertas de su casa y evitar saqueos. Inmediatamente después de la rápida visita, volvió a salir. Parecía, indicó, un pueblo fantasma.
“Nos dijeron que no podíamos regresar”, explicó refiriéndose a los armados y sin dar más detalles.
Los enfrentamientos en distintas comunidades en torno a la presa de la Angostura, cerca de uno de los principales pasos irregulares de migrantes desde Guatemala, son los últimos de una serie de choques que han tenido lugar desde hace meses en toda esta región fronteriza debido a la lucha que mantienen el Cártel de Sinaloa y el de Jalisco Nueva Generación por controlar unos territorios estratégicos para el tráfico de migrantes, armas y drogas.
“Allá salimos con lanchas a la orilla de la presa y buscar carro para que nos trajeran”, explicó llorando una mujer que sólo se identificó como Martha y que ahora duerme en el suelo de una habitación que alquilaron con nueve familiares que dejaron atrás casas, animales y todas sus pertenencias. “Vivíamos en paz... ¿Quién va a esperar la guerra que nos caiga encima?”, agregó.
Autoridades de Protección Civil indicaron en un comunicado que atienden a más de 200 desplazados en dos albergues de localidades cercanas a Comitán, pero no ofrecieron cifras de los que llegaron hasta esta ciudad donde los pobladores se quejan de no haber recibido apoyo de nadie, salvo unas cobijas por parte del ejército, afirmó Gómez.
Chiapas lleva viviendo meses de escenas nunca vistas en esa región. Esta semana apareció un cuerpo colgado de un puente y cabezas de personas decapitadas en una hielera en dos puntos distintos del estado, mientras los asesinatos, las extorsiones y las intimidaciones se multiplican.
En algunos casos se han divulgado en redes videos en los que se ve a residentes de poblaciones de esa región alineados en carreteras cercanas a la frontera vitoreando a convoyes de pistoleros del Cártel de Sinaloa. Otros vídeos muestran choques de pobladores con el ejército. En todos es prácticamente imposible confirmar si los campesinos actúan por convicción o por miedo.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, pidió este viernes a la población no colaborar con los delincuentes. “Entiendo que por temor tienen que asistir, porque van a tomar un video para subirlo a las redes sociales”, dijo durante su conferencia matutina. “Si no salen a formarse, pueden ser víctimas de represalias”.
Pero también criticó que muchos pobladores se opongan a la construcción de cuarteles de la Guardia Nacional y aseguró que “si no quieren a la guardia es que se están protegiendo a delincuentes”.
La realidad, sin embargo, es que en muchos puntos del país poblaciones enteras se han manifestado en contra de los cuarteles porque no creen que la Guardia Nacional vaya a ayudar. Y también hay lugares donde el control de los cárteles es tan fuerte que vecinos se sienten tan desesperados que les piden ayuda.
Esta semana se divulgó en redes sociales un video de un grupo de mujeres que se presentaban como indígenas wixárikas y que piden al líder del Cártel de Jalisco que elimine a uno de los jefes de ese grupo criminal porque asesina, extorsiona y desaparece personas en sus comunidades.
Cuando López Obrador fue preguntado sobre este vídeo y el de los vítores a los pistoleros en Chiapas contestó de forma conjunta a ambas situaciones: “Aprovecho para hacer una llamada a la gente de que no apoye a las bandas”.