Balean edificio de periódico El Debate en Sinaloa

Sinaloa en llamas tras la captura de dos de sus líderes del crimen organizado.

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Balean edificio de periódico El Debate en Sinaloa

Sinaloa, México, 18 de octubre. El periódico El Debate, ubicado en la capital de Sinaloa en el noroeste de México, fue baleado por individuos sospechosos. El suceso es resultado de la nueva escalada de la violencia luego de la lucha entre facciones del Cártel de Sinaloa desatada tras la detención de dos de sus líderes hace más de dos meses.

Los atacantes llegaron el jueves casi a medianoche al periódico en dos vehículos, un individuo con un arma larga se bajó y disparó al menos en 12 ocasiones contra la fachada del edificio antes de darse a la fuga.

No hubo heridos, pero tres automóviles sufrieron daños.

“Este acto de violencia es un atentado directo contra la libertad de prensa y el derecho de la sociedad a estar informada”, denunció el viernes la Alianza de Medios Mx, un grupo de defensa de la prensa. “Es inaceptable que el ejercicio periodístico sea vulnerado en nuestro país sin consecuencias claras para los agresores”.

La presidenta, Claudia Sheinbaum, condenó lo sucedido y dijo que el tema ya estaba siendo investigado. Sin embargo, el gobierno federal y el estatal minimizaron la violencia de los últimos meses.

En septiembre, un mando militar de Sinaloa dijo que detener la violencia no depende de las fuerzas de seguridad sino de que los grupos criminales dejen de enfrentarse. Ese mismo mes la policía municipal de Culiacán fue desarmada, algo que se hizo en otras ocasiones. Eso sucede cuando el ejército sospecha que los policías trabajan para el crimen organizado.

Aunque el gobernador Rubén Rocha condenó el ataque el viernes y anunció “una investigación inmediata” de los hechos, siguió minimizando la situación en el estado.

En un encuentro con la prensa dijo que la capital estaba “tranquila”, aunque en las redes sociales proliferaban videos que sugerían lo contrario: vehículos en llamas y convoyes de los cárteles atravesando las calles a toda velocidad.

“No hay por qué preocuparse ahora”, indicó Rocha. “Los hechos que han ocurrido han estado fuera y más bien han tenido que ver con civiles enfrentando a la autoridad”, agregó tras asegurar que todo está “controlado”.

Horas después, El Debate fue baleado.

En Sinaloa, las amenazas contra periodistas y sus fuentes son algo habitual. No obstante, aumentaron exponencialmente desde que estalló la última ronda de enfrentamientos después de que dos capos del cártel, Ismael “El Mayo” Zambada y Joaquín Guzmán López, volaran a Estados Unidos y fueran detenidos allí el 25 de julio.

El crimen organizado siempre intentó controlar la información que se publica, y el ataque de este jueves supone una nueva intimidación a medios de comunicación que recuerda otras similares que tuvieron lugar en 2009 cuando también hubo una sangrienta batalla entre facciones del cártel. Ese año lanzaron una granada contra el edificio de Riodoce y en 2010 fue acribillada la sede del diario Noroeste en el puerto de Mazatlán.

En el actual rebrote de violencia, reporteros del estado denunciaron que hombres armados los pararon en las carreteras de las afueras de Culiacán y les dijeron que no podían cubrir los tiroteos que se producen casi a diario.

La cosa no queda ahí. Los individuos armados también revisan los celulares —no sólo de periodistas, sino de cualquier persona, sobre todo jóvenes— en busca de algún contacto ligado a miembros de la facción rival o de fotos que pueden convertir un chat del teléfono móvil en una sentencia de muerte.

Con estos atentados los cárteles quieren intimidar a la prensa para que no informe sobre sus batallas o lo haga de la manera en que ellos quieren.

“Como en otras guerras los periodistas quedamos en medio del fuego cruzado”, dijo Ismael Bojórquez, director de Riodoce.

Para muchos ciudadanos, la alternativa para mantenerse informados de dónde y cuándo hay un bloqueo o una balacera son las redes sociales.

Sin embargo, la información falsa también llena las redes sociales.

La Cruz Roja de Sinaloa se vio obligada a emitir un comunicado a última hora del jueves en el que negó que una de sus ambulancias hubiera sido secuestrada y subrayó que no toma postura por nadie en el conflicto y su objetivo es salvar vidas “con total imparcialidad y neutralidad”.