COMIENZA EL AVISTAMIENTO DE LUCIÉRNAGAS

“La presencia de estos organismos es un indicador de que este es un ecosistema sano”.

Martha Mejía
Nacional
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LUCIERNAGAS

Este espectáculo natural, que se ha convertido en un detonador del turismo local y una práctica ecológica, hoy se encuentra amenazado

El avistamiento de luciérnagas es un espectáculo natural tan viejo como el mismo bosque. Desde hace algunos años en algunas localidades del país este fenómeno natural se ha convertido en un detonador del turismo local y una práctica ecológica que pretende mantener el equilibrio de este ecosistema. No obstante, las constantes sequías y el aumento de las temperaturas han modificado el comportamiento natural de las luciérnagas.

Uno de estos lugares para disfrutarlo es el Santuario de La Luciérnaga en Santa Rita Tlahuapan, en Puebla, específicamente en la reserva natural ubicada en el ejido de San Juan Cuauhtémoc.

Ahí el fenómeno comienza alrededor de las 7:00 de la noche y dura aproximadamente una hora, pero “la magia comienza desde que uno se interna por los senderos del bosque”, explica durante el recorrido Miguel Ángel Acosta Osorio, ingeniero en restauración ambiental y anfitrión turístico del santuario.

Sobre la especie

Las luciérnagas son gusanos de luz o bichos de luz, pertenecen a la familia Lampyridae, con más de dos mil especies conocidas. Su particular capacidad para emitir luz es usualmente la manera en que atraen a su pareja, aunque también la usan para alertar sobre posibles amenazas.

“Antes se pensaba que las luciérnagas viajaban para llegar a los bosques del municipio, sin embargo, es un error, pues es una especie que vive de manera permanente en ellos. Solo que en entre junio y agosto, la época de su apareamiento, se iluminan para hacerse notar”, explica Acosta Osorio.

Precisa que la especie que se encuentra en estos bosques es la luciérnaga de la Sierra Nevada (Photinus palaciosi). “Es importante mencionar el dato ya que no es la misma luciérnaga que hay en otros estados. En el mundo hay un total de dos mil 100 especies y para México al día de hoy existe un registro de 125; las podemos encontrar desde el norte hasta el sur del país”.

De acuerdo con Acosta Osorio, estos organismos requieren de lugares cálidos y templados. “Ellas están muy relacionadas con la humedad ambiental, ya que la luciérnaga pasa la mayor parte de su vida en el suelo y subsuelo, por lo que requiere de mucha agua, que el suelo esté muy húmedo; de ahí que esta zona sea favorecida con su presencia”.

Otro dato importante, agrega, es que las luciérnagas son carnívoras: actúan como controladores biológicos, si bien la luciérnaga solo se alimenta en su etapa larvaria, lo hace principalmente de posibles plagas como larvas de gallina ciega, de caracoles y de babosas. “La presencia de las luciérnagas en un bosque también es un indicador de que este es un ecosistema sano”.

La danza del amor

La vida de la luciérnaga tiene cuatro etapas y cada una de ellas dura aproximadamente tres meses. La primera es el huevecillo, que es depositado entre la hojarasca; en la segunda etapa se convierte en larva y posee un par de antenas con las que inyectan una toxina a caracoles y babosas, que son su alimento, el cual los paraliza, a la vez que hace que su cuerpo se vuelva un poco más líquido y puedan comerlos.

En la tercera etapa son pupas; es el periodo en el que pasa de larva a adulto y en esta fase obtienen la luminiscencia, sin embargo, en este periodo aún no se pueden ver debido a que están escondidas en la hojarasca, en algunas rocas o en la corteza de los árboles.

Finalmente, en la última etapa se convierte en adulto.

“Es cuando ya están en vuelo (solo los machos de esta especie Photinus palaciosi son los que pueden volar, las hembras permanecen en el suelo). Es justamente en esta etapa cuando brindan el espectáculo natural”, indica el guía del sitio.

Otro aspecto interesante es que estos bichos de luz brillan debido a los órganos fosforescentes ubicados en su abdomen. A su luz se le llama bioluminiscencia y se debe a las reacciones químicas de una sustancia llamada luciferina que es oxidada por el oxígeno nuclear para producir oxiluciferina y generar luz.

“Fisiológicamente es parecido a nuestro proceso digestivo. Pasa algo similar con las luciérnagas: ellas se alimentan y combinan unas enzimas que tienen internamente, que es la luciferina y la luciferasa, se combinan con el oxígeno y emiten una luz”, explica.

El fenómeno de apareamiento sucede durante el verano, porque es cuando hay más humedad y se presentan más precipitaciones.

Cambio climático

El cambio climático no solamente afecta la distribución de las especies sino también factores internos a su metabolismo. De acuerdo con los especialistas, en el caso de las luciérnagas estas están altamente condicionadas a la temperatura y la precipitación. En primera instancia, la bioluminiscencia, su rasgo más distintivo, es dependiente de la temperatura: cuando las temperaturas son las ideales, requieren de menor energía para producir luz. Asimismo, requieren de gran cantidad de agua durante su ciclo vital, por lo que la humedad es la condicionante por excelencia en todo su desarrollo. Si estos parámetros ambientales no están en los rangos adecuados las poblaciones de luciérnaga decaen.

“La falta de lluvias y el aumento de olas de calor afectan este fenómeno natural. La luciérnaga al estar directamente relacionada con la humedad ambiental baja su reproducción. La sequía es un factor que afecta directamente en su población y en su abundancia. Esperemos que las próximas lluvias favorezcan a toda la región para que toda la fauna y flora nativa tengan las condiciones para continuar su desarrollo. Es un hecho que el cambio climático está afectando a todos por parejo”, indica Acosta Osorio.

Por otra parte, afirma, “si nuestro bosque se empieza a fragmentar o desaparecer no le damos tiempo a esta y otras especies de buscar refugio en otra zona”.

Cuidar el bosque

Actualmente el mantenimiento y cuidado en las zonas cercanas al municipio de Santa Rita Tlahuapan y al Parque Nacional Izta–Popo se realiza a través de la acción colectiva entre la comunidad y los gobiernos municipal y federal (a través de la Comisión Nacional Forestal), además de la iniciativa privada. “Esto ha garantizado la conservación del bosque a través del modelo de servicios ambientales y el fomento de prácticas de manejo forestal sustentable”, señala en entrevista Carlos Becerra, jefe de Creación de Valor Compartido y Sustentabilidad de Nestlé.

“Nosotros invertimos en un eje forestal en donde a través de cadenas productivas, son los ejidatarios los que nos dicen en qué proyectos se requiere invertir. Conafor nos presenta estos proyectos y el presupuesto que se requiere. Lo que antes se buscaba es que fuera un 50-50; no obstante, la Conafor ha tenido decrementos en su presupuesto por lo que este año fue 60-40. De esta manera dependemos en gran medida de las reglas de operación y el presupuesto de ellos, porque también compites con otros organismos que igual quieren colaborar bajo este esquema de Pagos por Servicios Forestales”, explica.

Señala que la compañía destina a estos proyectos alrededor de cinco millones al año. “El recorrido de hoy con las luciérnagas es el indicativo claro de que lo estamos haciendo bien. Tenemos que seguir conservando y ampliar el polígono. En este sentido, debemos seguir trabajando en comunidad y también inspirar a otras empresas y comunidades para que sepan que existen estos esquemas de trabajo para sostener los bosques”, concluye.