ALITO, EL DICTADOR

“Es el peor presidente que ha tenido el PRI en toda su historia”.

Antonio Caporal
Nacional
ALITO PRI

Traicionando a los fundadores de su partido, al principio de no reelección, a militancia y electores, el perdedor mayor de elecciones, Alejandro Alito Moreno, modifica de manera tiránica los estatutos partidistas para perpetuarse en la dirigencia.

Los resultados electorales entregados por Alejandro Alito Moreno al frente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI han sido los peores en la historia de ese partido; en diversos procesos en las urnas perdió gubernaturas, municipios, senadurías, así como diputaciones federales y locales.

Además, modificó una y otra vez los estatutos del partido para, primero, prolongar su periodo al frente del Comité Nacional, y, recientemente, para tener la posibilidad de reelegirse, traicionando así uno de los principios fundamentales del priismo: la no reelección.

Con su pésima fama pública y actos autoritarios como dirigente nacional excluyó a miles de militantes, así como a sus principales liderazgos: expresidentes nacionales, exgobernadores, exlegisladores y exdirigentes de sectores.

Para los priistas que renuncian, que son marginados e incluso expulsados, así como para la opinión pública, Alito ha desarrollado una dirigencia autoritaria, corrupta, abusiva, despótica, excluyente y, sobre todo, ineficiente y perdedora.

Don Perpetuo

El viernes 7 de julio Moreno tomó protesta a los integrantes de la Coordinación Nacional Organizadora de la XXIV Asamblea Nacional Ordinaria del partido tricolor e informó: “Vamos a iniciar con foros por todas las entidades”.

Una vez iniciadas las mesas de trabajo se propuso discutir la modificación al artículo 178 de los estatutos del PRI a fin de permitir que el presidente nacional y la secretaria general puedan reelegirse hasta en tres periodos consecutivos de cuatro años.

Dicha propuesta llevó a más de 250 priistas a firmar un pronunciamiento en el que exigieron “el aplazamiento de la XXIV Asamblea Nacional” y además plantearon que se “proceda a la indispensable separación de la dirigencia, dada la dimensión de la grave crisis por la que atraviesa el partido”.

Asimismo, propusieron que por medio de un Consejo Político Nacional integrado por expresidentes del PRI, así como cuadros con trayectoria, prestigio y reconocimiento, se “constituya una dirigencia interina que permita conducir los trabajos para la renovación de los órganos del partido”.

El documento lo firmaron expresidentes, exgobernadores, exlegisladores y militantes, entre ellos Dulce Maria Sauri, Enrique Ochoa, Pedro Joaquín Coldwell, José Antonio González, Francisco Labastida, Enrique de la Madrid, José Natividad González, José Reyes Baeza, Arturo Montiel y Antonio González Curi.

Dulce María Sauri, exgobernadora y expresidenta priista, advirtió: “Esto solo refleja que hay un afán de continuar usufructuando y exprimiendo a nuestro partido”.

Francisco Labastida, exgobernador y excandidato presidencial, quien ha calificado a Alejandro Moreno de “corrupto y corruptor”, apuntó: “Si él se quedara, yo diría que no se está dando el partido un balazo en el pie, sino cavando el hoyo donde va a estar su tumba”.

Las advertencias y reclamos no impidieron que el domingo 7 de julio los tres mil 200 delegados de la Asamblea Nacional aprobaran modificaciones a los estatutos priistas para permitir la reelección del presidente del Comité Nacional.

Las modificaciones quedaron listas para que Alito se reelija y se quede al frente del PRI hasta 2032 e incluso hasta 2036.

El exgobernador de Campeche llegó a la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) priista en agosto de 2019 y debió concluir su encargo en agosto de 2023, pero el Consejo Consultivo de ese partido aprobó que se prolongara su periodo hasta pasadas las elecciones federales de 2024.

Un grupo de priistas impugnó ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) el resolutivo del referido consejo, pero los magistrados resolvieron que la decisión era legal.

Para buena parte de la militancia que se expresó en las redes sociales en estos últimos días no cabe duda de que Moreno se convirtió en un “dictador”, en uno de esos personajes que “cambian las leyes” o “inventan leyes” para “aferrarse al poder” y “ejercerlo perpetuamente”. Por ello, muchos le colgaron el alias de Don Perpetuo.

Afrenta histórica

En el Plan de San Luis promulgado el 5 de octubre de 1910 por Francisco I. Madero, Juan Sánchez Azcona y Roque Estrada, se inscribió la frase que sintetizó el principal anhelo político del pueblo de México en aquel entonces: “Sufragio efectivo, no reelección”.

La frase, que llevó a miles a unirse a la Revolución Mexicana para luchar contra la dictadura de Porfirio Díaz, fue durante todo el siglo XXI uno de los principales fundamentos ideológicos del PRI (antes PNR y PRM) y una práctica que propició la estabilidad política y la paz social.

No fueron pocos los presidentes municipales, gobernadores e incluso presidentes de la República que soñaron con reelegirse, pero la sentencia de Francisco I. Madero les recordaba el millón de muertos y cientos de miles de heridos que dejó la Revolución. Y para recordarlo todo el tiempo cada oficio, memorándum, informe y cualquier documento oficial de la Administración Pública Federal y administraciones públicas locales terminaba con la rúbrica del funcionario correspondiente acompañada de la leyenda: “Sufragio efectivo, no reelección”.

El mismo día (7 de julio) que la asamblea priista modificó sus estatutos para permitir la reelección del presidente nacional, el senador electo Manlio Fabio Beltrones publicó en sus redes sociales un mensaje: “Me encontré un documento sobre el dictamen que se presentó en las primeras asambleas del Partido Nacional Revolucionario, en las que se planteó la importancia de que en el programa del partido se establezca el principio de la no reelección en sus diversas modalidades”.

El senador electo Beltrones explicó que “la no reelección fue acogida como principio de esencia en la Constitución federal, pero además fue la génesis que le ha dado vida y consolidación al PRI como partido hasta nuestros días, en que se desafía su extinción como fundamento”.

Sin dignidad

Alejandro Moreno fue sujeto de críticas de diversos personajes del partido tricolor, quienes a través de sus redes sociales, espacios periodísticos y entrevistas expresaron su sentir.

Uno de los más molestos fue el excandidato presidencial Francisco Labastida, quien calificó a Moreno de “cucaracha”. También sostuvo que este es el “peor presidente que ha tenido el PRI en toda su historia” y remató afirmando que Alito logró el control del partido a través de “métodos corruptos”, toda vez que “compró” delegados y ofreció puestos.

La senadora priista Beatriz Paredes, al igual que Beltrones, recordó que el ideal de “Sufragio efectivo, no reelección” sirvió para inspirar la Revolución Mexicana y también a los principios enarbolados por el PRI desde que nació.

“Este principio fue un factor fundamental para la estabilidad y movilidad política en el país, y ha sido también respaldo a las regiones, evitando la concentración del poder en cacicazgos regionales o la injerencia de poderes fácticos que obstruyen la participación incluyente, proporcionando la necesaria vida democrática en todo horizonte nacional”, puntualizó Paredes.

Aurelio Nuño, exsecretario de Educación Pública, aseguró que con las tres reelecciones consecutivas impuestas por la dirigencia del PRI, “inició el cortejo fúnebre” del partido, toda vez que se estaría aniquilando “la institucionalidad del PRI y se traiciona su legado”.

Añadió que “el gran partido de México concluirá sus días en las antípodas de su misión: convertido en un pequeño partido de caciques menores. En esa ruta, el PRI perderá su registro antes de que concluyan los ocho años de delirantes reelecciones”.

Miguel Ángel Osorio Chong, exsecretario de Gobernación, aseguró que Moreno “quiere perpetuarse en el partido para protegerse de las acusaciones penales que hay en su contra”.

El nutrido grupo de personalidades y militantes priistas coincidió en que Alito debe renunciar a la dirigencia de ese partido.

“Concluye tu presidencia y deja el PRI”, le dijo la exgobernadora Dulce María Sauri, quien también subrayó: “Poder, dinero y la absoluta discrecionalidad para repartir candidaturas, pueden estar entre las más importantes motivaciones de Alejandro Moreno para reelegirse como presidente nacional del PRI”.

Perdedor

Alejandro Moreno llegó a la dirigencia nacional del PRI en 2019, un año después de que ese partido perdió la Presidencia de la República, pero cuando aún gobernaba doce estados y en la mayoría de aquellos donde no era gobierno se mantenía como la segunda fuerza política.

En cuatro procesos electorales en los que estuvieron en juego prácticamente todas las gubernaturas y la Presidencia de la República su saldo es el siguiente: perdió once de las doce que tenía; ganó solo dos de las 32 que estuvieron en disputa; y en 2024 fue la primera elección en la que el PRI no postuló candidato a la Presidencia.

“Pésimos resultados”, a pesar de haber contado con más de siete mil millones de pesos, producto de los recursos públicos que recibió el PRI de 2019 a 2024.

En las elecciones federales y locales concurrentes del 6 de junio de 2021 estuvieron en juego, entre otros cargos, 500 diputaciones federales y 15 gubernaturas, ocho de las cuales (Sonora, Sinaloa, Zacatecas, San Luis Potosí, Guerrero, Campeche, Tlaxcala y Colima) eran del PRI, ya entonces dirigido por Moreno.

Al no ganar una sola gubernatura en 2021 los priistas pasaron de ser la primera fuerza partidista a nivel local —porque gobernaban el mayor número de entidades (doce)—, a quedar con apenas cuatro gobiernos estatales: Oaxaca, Coahuila, Estado de México e Hidalgo.

Y de las 500 curules en disputa solo consiguieron 69 (30 de mayoría relativa y 39 de representación proporcional). “Este año se recordará en la historia como aquel en que el PRI sufrió la más humillante de sus derrotas”, afirmó entonces el exgobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz, quien junto con otros priistas denunció que “Alito concentró el poder y el control del partido en su propio beneficio”.

Llegaron las elecciones de 2022, cuando se disputaron seis gubernaturas (Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Quintana Roo, Oaxaca y Tamaulipas), en las que el PRI solo ganó Durango —en coalición con PAN y PRD—, al tiempo que perdió otras dos que encabezaba: Oaxaca e Hidalgo.

Se perfilaba ya una clara desventaja hacia la elección presidencial de 2024, por lo que liderazgos estatales, militantes y exgobernadores exigieron la renuncia y el relevo de Moreno debido a sus fracasos electorales.

Pero eso no ocurrió. De hecho, en 2023 perdió otra gubernatura, la del Estado de México, un territorio emblemático y otrora bastión político del partido tricolor.

En los comicios del 2 de junio estuvieron en juego ocho gubernaturas y la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México y el PRI perdió en todas (aún no se conoce el número preciso de senadores y diputados federales que tendrán).

En cuanto a la elección de presidente de la República, el priismo de Alito obtuvo este año 5.7 millones de votos, esto es, 9.5% del total de sufragios (en 2018 consiguió 7.6 millones, que representaron 13.5% del total). Esto demuestra que perdió cuatro puntos porcentuales de la votación y en términos absolutos perdió casi dos millones de votos y evidentemente en sus cuatro años de gestión no sumó militantes nuevos.

Días después de esta nueva derrota de 2024 un numeroso grupo de exdirigentes y militantes priistas exigieron otra vez la renuncia del dirigente nacional debido a que el partido obtuvo “los peores resultados en su historia, tanto en votos como en cargos”.

Dulce María Sauri recordó que cuando ella obtuvo malos resultados como dirigente del PRI entregó su renuncia y aseveró que la palabra “dignidad” no está en el diccionario personal de Moreno.

Escándalos

La trayectoria política de Alito está plagada de escándalos. La Fiscalía General de la República y la Fiscalía General de Justicia de Campeche iniciaron en su momento carpetas de investigación en su contra por delitos como “lavado de dinero”, “enriquecimiento ilícito”, “desvío de recursos públicos”, “fraude fiscal”, “operaciones con recursos de procedencia ilícita”, “uso ilícito de atribuciones o facultades” y “peculado”.

A su vez, priistas (exdirigentes, exgobernadores, exlegisladores, legisladores, líderes de sectores, militantes) le han prodigado una serie de calificativos: “cucaracha”, “corrupto”, “traidor”, “miope”, “perdedor”, “inepto”, “ambicioso”, “abusivo”, “sin dignidad”, “excluyente”, “misógino”, “vulgar” y, en días recientes, “dictador”.

Por lo pronto, Dulce María Sauri, Manlio Fabio Beltrones, Pedro Joaquín Coldwell y Enrique Ochoa, todos expresidentes del PRI, dieron a conocer que presentaron un recurso de impugnación ante el TEPJF para solicitar la cancelación de las modificaciones hechas en la asamblea priista del 7 de julio.

De acuerdo con el grupo de quejosos Moreno y los integrantes de la asamblea en la que avalaron la reelección del dirigente nacional incurrieron en una serie de irregularidades en los procedimientos establecidos en los propios estatutos priistas.

En el comunicado apuntaron que su “impugnación a la Asamblea Nacional es el primer paso que tomarán al respecto” y adelantaron que habrá otras impugnaciones en el mismo sentido.

Asimismo, explicaron que presentaron el recurso “en su calidad de priistas y expresidentes del partido”, pero también lo hacen a nombre de miles de militantes que han manifestado su inconformidad por el “atropello” que está realizando Moreno.

De esta manera, la permanencia de Alejandro Moreno Cárdenas más allá del periodo para el que fue elegido (2019-2023) se encuentra en el terreno del Tribunal Electoral.

En respuesta, el 11 de julio el comité nacional priista emitió la convocatoria en la que invita a la militancia a participar en el proceso interno ordinario de elección del presidente y secretario general.

La inscripción de candidatos se realizará el 22 de julio; el periodo de proselitismo interno se realizará del 24 de julio al 10 de agosto. La “jornada electiva” (en la que participan consejeros del partido, la gran mayoría afines a Moreno) se celebrará el 11 de agosto y ese mismo día se conocerá al ganador.