Ante la inminente llegada del Huracán Beryl a las costas de la Península de Yucatán, las autoridades activaron los respectivos protocolos de emergencia y abrieron refugios temporales en los tres estados: Quintana Roo, Campeche y Yucatán.
Sin embargo, un fenómeno distinto ha llamado la atención: las compras de pánico.
En Yucatán, las imágenes de supermercados abarrotados de personas comprando víveres y enseres básicos han sido recurrentes en los últimos días. Agua embotellada, alimentos no perecederos, papel higiénico, baterías y comida para mascotas son algunos de los productos más demandados.
Compras de pánico por la llegada del huracán “Beryl”
Las razones de este comportamiento son diversas. Algunos habitantes, traumatizados por las experiencias pasadas con huracanes como Isidoro, Cristóbal y Otis, prefieren prevenir que lamentar. Otros, simplemente, se dejan llevar por una posible psicosis colectiva que se genera en este tipo de situaciones.
Lo cierto es que las compras de pánico pueden tener consecuencias negativas. No solo generan desabasto de productos y encarecen los precios, sino que también pueden dificultar la labor de las autoridades en caso de una emergencia.
Las autoridades han hecho un llamado a la calma y a la responsabilidad. Instan a la población a realizar compras racionales y evitar caer en el pánico.
En este momento, lo más importante es estar atentos a las indicaciones de las autoridades y seguir las medidas de seguridad pertinentes.
Aquí algunas recomendaciones:
Tener a la mano un kit de emergencia con alimentos, agua, medicamentos y otros artículos esenciales.
Mantenerse informado sobre la trayectoria y evolución del huracán.
Seguir las instrucciones de las autoridades locales.
Evitar salir a la calle si no es necesario.
Asegurar puertas, ventanas y objetos sueltos en el hogar.
Tener a la mano documentos importantes.
Cargar el teléfono celular.