A una semana del regreso a las escuelas en México después de año y medio de que se suspendieron por la pandemia de Covid-19 la Secretaría de Educación Pública (SEP), los gobiernos de los estados, padres de familia y profesores acordaron el arranque de las actividades escolares de forma presencial, responsable, ordenada y con la aplicación de protocolos de sanidad en los planteles.
Como parte del proceso de retorno a las aulas se requiere que las 265 mil 277 escuelas con que cuenta el sistema educativo nacional se encuentren en condiciones adecuadas para recibir a los alumnos y al personal educativo, por lo que será necesario no solo su limpieza sino adecuar también las instalaciones para cumplir con las medidas sanitarias y los estudiantes realicen sus actividades en forma segura.
El reto de la autoridad educativa nacional junto con los padres y los maestros será tener a tiempo las reparaciones que requieren los casi diez mil planteles vandalizados durante los 18 meses que permanecieron cerrados, así como dotar de agua potable a los 17 mil que no cuentan con ese servicio indispensable para el lavado de manos, una de las medidas básicas junto con la sana distancia y el uso de cubrebocas para disminuir los riesgos de contagio del coronavirus.
Para el regreso a los salones la carta compromiso que formaba parte de las diez acciones establecidas por la SEP y que debían firmar los padres o tutores como parte de su corresponsabilidad para la vuelta de los niños a los centros escolares ya no será obligatoria, estableció el presidente Andrés Manuel López Obrador.
“El llamado es que no hay carta. La responsabilidad es de todos y principalmente del gobierno, del titular del Ejecutivo, del presidente. Y si estoy haciendo el llamado para que se regrese a clases es porque considero que no hay riesgos o que son menores, y que nos afecta mucho el tener a los niños, a los adolescentes encerrados”, recalcó el mandatario.
Rechazó el presidente que hubiera confusión por el regreso a las clases presenciales y reiteró que nadie será afectado en su capacidad de decisión. “Que nadie se preocupe: es voluntario. ¿No quieren llevar a los niños, a las niñas, a la escuela? No se llevan y no hay ningún problema. Seguirá habiendo clases por televisión, por internet, como si fueran clases presenciales, pero no es lo mismo, eso hay que tenerlo muy claro”, apuntó el jefe del Ejecutivo federal.
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) acompañará la apertura de las escuelas en el país con protocolos de sanidad y monitoreo de planteles para un manejo efectivo de los focos de infección.
UNICEF ayudará también para que haya información creíble y se generen mensajes positivos a los alumnos, padres de familia y maestros, además de recuperar los aprendizajes y volver a la normalidad a los niños.
El representante de ese organismo internacional en México, Luis Fernando Carrera Castro, apoya el regreso a los salones porque se necesita no solo recuperar los aprendizajes sino también la salud mental de los menores, población que ha sufrido mucho durante la pandemia.
Acuerdan el retorno
La reanudación de las clases presenciales a nivel nacional a partir del lunes 30 de agosto la aprobaron la SEP y las 32 entidades del país durante la LIII Reunión Ordinaria del Consejo Nacional de Autoridades Educativas (Conaedu), que encabezó la secretaria de Educación Pública, Delfina Gómez Álvarez.
En el encuentro se determinó que al inicio del ciclo escolar 2021-2022 se realizará un periodo de valoración diagnóstica y reforzamiento de aprendizajes con el propósito de identificar posibles casos de ausentismo y evitar el abandono escolar.
Los titulares de educación del país resolvieron que las escuelas públicas del sistema educativo nacional aplicarán acciones clave para promover y coadyuvar a la seguridad, salud e higiene de la comunidad escolar.
Coincidieron en la necesidad de mantener el uso de Tecnologías de la Información y otros materiales y herramientas educativas que fortalezcan el proceso de enseñanza-aprendizaje. Y anunciaron la elaboración de una guía para el regreso presencial de los alumnos, así como la participación del sector salud para promover el apoyo socioemocional para educandos y docentes.
Se acordó que el personal del sector educativo asistirá al plantel o centro de trabajo correspondiente respetando los protocolos de salud; los Consejos Técnicos Escolares (CTE) y los Comités Participativos de Salud Escolar (CPSE) serán presenciales y organizarán las medidas de salud, limpieza e higiene, así como las actividades pedagógicas para el regreso a las actividades escolares en las aulas.
En cada escuela los CPSE establecerán a su vez comunicación con el centro de salud más cercano y tendrán a su cargo la organización y seguimiento de las labores para reintegrar a los alumnos a las actividades escolares.
La titular de la SEP y los funcionarios del sector en los estados se comprometieron a privilegiar el acompañamiento cercano de las escuelas indígenas, telesecundarias, telebachilleratos y centros educativos del Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe) y de Educación Especial, así como aquellas escuelas ubicadas en zonas de alta y muy alta marginación, procurando las condiciones sanitarias que se requieran.
Por las actuales circunstancias acordaron flexibilizar al máximo las disposiciones que faciliten el tránsito escolar y permitan la inscripción o reinscripción de estudiantes en los tres tipos educativos, para garantizar la permanencia y egreso del sistema educativo nacional.
Prioridades: aprendizaje y salud emocional
La secretaria Delfina Gómez Álvarez refirió las actividades realizadas para el regreso a las escuelas con los maestros y padres de familia, a quienes agradeció su participación en las acciones que competen a cada quien, así como las labores realizadas por los gobiernos estatales y municipales, de los que dijo tienen una buena disposición acerca de la necesidad del regreso a los planteles de los niños, jóvenes y adolescentes.
Gómez consideró necesario que se reflexione y reconozca por qué son importantes las clases presenciales, puesto que no se trata solo de una cuestión de aprendizaje: lo que interesa a la SEP es que junto con ello está la afectación a la salud emocional, sicológica, de sociabilización y física de los estudiantes.
Acerca de la posibilidad de que se realicen pruebas de Covid-19 a los estudiantes en su regreso a las aulas dijo que la SEP estará atenta a las indicaciones de la Secretaría de Salud federal.
En su opinión una prueba de coronavirus en las circunstancias de regreso a clases se tiene que hacer con mucho cuidado, debido a las molestias físicas que implica.
Respecto de la carta compromiso que se difundió en algunos medios de comunicación aseveró que es falsa y explicó que la SEP utilizó una carta como un documento de análisis para la reunión con secretarios de Educación de las entidades, pero no era definitiva ni oficial.
Recordó que el año anterior hubo una guía donde estaba “una propuesta o alternativa de un documento” que se les daba a los padres de familia, en la que en ningún momento se trata de quitar la responsabilidad ni al gobierno ni a la SEP. “Como Secretaría nos queda muy clara la responsabilidad y el compromiso (que tenemos), sobre todo con nuestros pequeños”, subrayó.
Delfina Gómez precisó que la carta no era una condicionante para que los niños y niñas estuvieran en clase, pues lo que menos se busca es hacer del regreso a las aulas una situación burocrática que no permita que el pequeño acceda al derecho que tiene de recibir educación.
“Espero que (el tema) quede concluido con esta aclaración. Sí, efectivamente, fue un formato de trabajo, (pero) no se llevó a cabo, se eliminó, y en atención también a lo que nuestro presidente nos ha dicho, y que estoy totalmente de acuerdo, no queremos burocracia, queremos que si eso crea problemas o alguna situación de incertidumbre simplemente sea fácil eliminarlo”, aseveró.
Evitar deserción y retraso social
El representante de UNICEF en México, Luis Fernando Carrera Castro, manifestó que el organismo mundial de protección a la infancia acompañará a México en el desafío para que los niños y adolescentes vuelvan a recibir clases presenciales, lo que calificó de indispensable para evitar un aumento de la deserción y el retroceso social.
Durante la conferencia en Palacio Nacional la mañana del jueves 19, Carrera afirmó que el regreso a las escuelas no es un reto solo de nuestro país, puesto que debido a la pandemia de coronavirus se cerraron las aulas en todo el mundo y los países recorren el camino complejo de cómo volver a abrir los planteles.
Agregó que mil millones de niños vuelven a las clases a nivel internacional y otros 750 millones están a punto de hacerlo, pero todavía 150 millones no han vuelto a clases presenciales desde hace 18 meses.
“Lamentablemente México contribuye con una buena parte de esos 150 millones: casi 37 millones de esos 150 son aportados por el país. Y la decisión del gobierno, de ustedes como sociedad, de comprometerse a un retorno seguro a las escuelas es sin duda alguna un acontecimiento importantísimo para los niños mexicanos”, recalcó el funcionario.
Carrera Castro destacó que el gesto que hace el país de promover el retorno a clases tiene un valor mundial. Dijo que todos quieren cuidar a los niños y la labor de UNICEF es proteger los derechos humanos de estos, por lo que ofreció una cooperación en cuatro frentes.
El primero es acompañar a la SEP en el desarrollo de protocolos que permitan un retorno seguro, pues hay experiencias internacionales que propiciaron que más de mil millones de niños estén de vuelta en las escuelas.
Añadió que de lo que se trata no es que haya un día o una semana de regreso a clases, sino un mes en el que las comunidades educativas aprenderán a realizar un retorno seguro para saber qué se puede hacer, qué no y cómo hacerlo mejor.
El segundo frente consiste en contar con un sistema de información y monitoreo de todas las escuelas para detectar brotes de contagios y atenderlos.
“Por supuesto que puede haber focos infecciosos: eso démoslo por descontado. La pregunta no es si habrá, porque ha habido focos infecciosos por todo el territorio nacional. ¿Por qué no habría de haberlos en las escuelas y colegios? Es algo normal que suceda. La pregunta es: ¿cómo hacemos un manejo efectivo de los focos infecciosos?”, agregó Carrera.
El tercer frente es que contar con información correcta, creíble y confiable acerca de qué hacer y qué no hacer ante la pandemia y la apertura de las escuelas, para lo cual se trabajará con mensajes positivos hacia los maestros, padres de familia, niños y adolescentes, quienes esperan volver a encontrarse con sus compañeros de clase.
Y el cuarto frente es recuperar aprendizajes, porque en todo el mundo los niños han sufrido pérdidas en la enseñanza, tarea que irá junto con la recuperación de la salud mental, ya que los menores han sufrido mucho en este periodo.
Carrera manifestó que antes de empezar en la recuperación pedagógica se necesita normalizar la afectividad de los niños para que vuelvan a sentirse seguros, protegidos y amados. “Sus voces son claras; este es un periodo que para todos ha sido de estrés, de desafíos. Para ellos ha sido terriblemente cortante en su desarrollo personal afectivo. Por eso queremos retornar con una visión de acompañamiento afectivo”, resaltó.
Apoyo de gobernadores
Durante una reunión virtual con funcionarios del gobierno federal varios integrantes de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) y la Alianza Federalista anunciaron que sus estados retornarán a clases presenciales el 30 de agosto.
En el encuentro que encabezó la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, los mandatarios de Sonora, Yucatán, Guanajuato, Oaxaca y Chiapas manifestaron su apoyo al retorno a las aulas en pro de la salud mental de los estudiantes, quienes dijeron estar listos para ello.
De acuerdo con la Secretaría de Salud federal el panorama a nivel nacional es optimista para volver a clases presenciales en una semana, puesto que en varias entidades se registra la reducción en el número de contagios diarios, como en Baja California Sur, Chiapas, Chihuahua, Ciudad de México, Estado de México, Guerrero, Jalisco y Quintana Roo.
Así, a una semana del reinicio de las clases presenciales el consenso a favor de la apertura de las escuelas y el retorno a los salones de clases se incrementa frente a la necesidad de evitar un mayor deterioro en la enseñanza, la salud emocional y física de niños, adolescentes y jóvenes después de un encierro que se ha prolongado durante un año y medio.
Daño comprobable
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) aseguró que el daño por la pérdida de clases presenciales en México es comprobable.
El director del organismo internacional en el país, Roberto Martínez, recordó que en septiembre pasado la mayoría de los sistemas educativos de los integrantes de la OCDE había vuelto a las aulas, pero México no lo ha hecho en 18 meses.
Dijo que se ha verificado mediante los datos de la organización que las horas perdidas en la impartición de conocimiento en las aulas, sobre todo en los niveles básico y medio superior, sí han tenido un impacto negativo entre los estudiantes.
Martínez consideró que es un hecho que para reactivar la economía y las distintas actividades esenciales se debe tener certeza sobre la modalidad de regreso a las aulas: si será presencial o híbrida, además de que se garantice el seguimiento de protocolos de sanidad y continúen los esfuerzos de vacunación, no solo entre los profesores sino también en el alumnado.
Graves afectaciones en la niñez
Las condiciones de confinamiento, las restricciones a la movilidad, la suspensión de clases presenciales y otros factores generan graves afectaciones en los niños de nuestro país, además de daños en sus etapas de desarrollo y salud mental por falta de convivencia comunitaria y por segregación social, afirmó el subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas Rodríguez.
Al dar a conocer los resultados de un estudio realizado por el gobierno federal para evaluar el impacto de la pandemia en los menores, agregó que esa situación afecta sus proyectos de vida por la deserción escolar y el aumento en la desigualdad, a lo que se suma el incremento en la vulnerabilidad por la violencia familiar, el crecimiento de los homicidios infantiles y los embarazos en menores.
Expuso que de acuerdo con la encuesta del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) respecto del impacto del Covid-19 en la educación, se establece que 5.2 millones de estudiantes no se inscribieron en el ciclo escolar 2020-2021 por causas relacionadas con la pandemia y falta de recursos económicos, de los cuales tres millones son niñas y niños.
Encinas Rodríguez añadió que de acuerdo con estadísticas de la SEP en el ciclo escolar 2021 estaban matriculados 35.6 millones de niños pero se tuvo una disminución significativa de 2.6% en educación básica, de 3.1% en educación media superior y de 0.8% en educación superior.
Agregó que si bien el porcentaje más alto se da en educación media superior, lo delicado es que el mayor número de niños matriculados está en educación básica, tanto en primaria como en secundaria.
El funcionario resaltó que uno de los elementos más delicados tiene que ver con el incremento de la violencia familiar durante la pandemia, ya que entre los meses de marzo a junio del presente año se registraron los niveles máximos históricos de violencia familiar contra menores.