Con la entrada en funcionamiento del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) el país cuenta con una obra de calidad mundial que a futuro estará en condiciones de realizar hasta 484 mil operaciones anuales y transportar a casi 85 millones de pasajeros.
Por lo pronto, en su primera etapa tiene capacidad para movilizar a 20 millones de pasajeros y realizar 120 mil operaciones al año mediante una instalación planificada para hacer frente a la saturación del tráfico aéreo en la capital del país.
Construido en un tiempo récord de 886 días, el proyecto del AIFA estuvo a cargo de un equipo de 195 ingenieros militares de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), quienes a lo largo de poco más de dos años y cinco meses dirigieron a 160 mil trabajadores en una carrera contra el tiempo para alcanzar el objetivo fijado por el presidente Andrés Manuel López Obrador: que el nuevo aeropuerto entrara en funcionamiento el 21 de marzo, como sucedió.
Ubicado en el complejo militar de Santa Lucía, en el municipio de Zumpango, Estado de México, la nueva terminal aérea es la primera de las tres magnas obras anunciadas por el actual gobierno federal (además del Tren Maya y la refinería de Dos Bocas) que entra en funcionamiento y junto con los aeropuertos Internacional de la Ciudad de México Benito Juárez (AICM) y el Adolfo López Mateos de Toluca conformarán una moderna red aeroportuaria para la Zona Metropolitana del Valle de México.
Misión cumplida
En su concepción los ingenieros militares tuvieron el reto de cumplir las especificaciones solicitadas por el presidente de la República: que fuera funcional, eficiente, austero y se construyera en el menor tiempo posible, alejado de actos de corrupción y dispendio de recursos, objetivos que se lograron.
Responsable de la construcción del AIFA, el general Gustavo Ricardo Vallejo Suárez destacó que otro logro es que la obra se mantuvo dentro del presupuesto asignado de 75 mil millones de pesos.
Ya en funcionamiento el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles garantiza un servicio acorde con las mejores prácticas internacionales en materia aeronáutica: sus pistas central y norte, la Torre de Control Aérea, la terminal de pasajeros, radares y el resto del complejo aeroportuario se construyeron y equiparon con la tecnología más avanzada que permite a los operadores aéreos maniobrar en condiciones de nula visibilidad y con altos estándares de seguridad.
El presidente López Obrador, quien develó la placa de inauguración y firmó como testigo de la entrega del aeropuerto a la empresa Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles SA de CV —instancia que se encargara de su administración—, a cargo del general Isidro Pastor Román, resaltó que el AIFA se entrega al pueblo de México porque es una obra construida en beneficio de la nación.
“Como lo saben hacer los ingenieros militares, que se pueda decir el día de hoy: misión cumplida”, afirmó al término de su conferencia matutina del lunes 21 de marzo en las instalaciones del nuevo aeropuerto.
El general secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, destacó que el AIFA contribuirá al desarrollo y crecimiento económico del país, y junto con la Base Aérea Militar número 1 de Santa Lucía representan un complejo aeronáutico funcional que se pondrá a disposición de todos los mexicanos.
Resaltó que entre los militares existe la satisfacción del deber cumplido al hacer entrega del conjunto aeronáutico al pueblo de México, que dará a la industria aérea nacional una nueva plataforma para atender el creciente mercado de pasajeros y carga del país y de otras naciones.
“Seguiremos contribuyendo a la seguridad, el desarrollo y el bienestar del país y de los mexicanos. Señor presidente, como ya se mencionó: misión cumplida”, puntualizó el general secretario.
Desafío
El inicio de actividades del AIFA generó gran expectación la mañana del lunes 21 de marzo. De hecho, el proyecto desde su inicio generó un intenso debate tras la cancelación del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México (NAICM) en Texcoco, luego de una consulta ciudadana.
La mayoría de las expectativas técnicas y de tiempo estaban en contra de la apuesta del gobierno federal de construir un aeropuerto para el Valle de México que cumpliera con varios objetivos: resolver la saturación del AICM, realizar una obra que atendiera a la política de austeridad establecida por la actual administración del presidente López Obrador y que fuera austera en su diseño, funcional y eficiente.
Para su ubicación se eligió el complejo de Santa Lucía en el municipio de Zumpango, Estado de México, base aérea de dos mil 330 hectáreas a la que se añadieron mil 410 más adquiridas para el proyecto. Del total de tres mil 740 hectáreas se destinaron para el AIFA dos mil 551 y el resto para la reubicación de las instalaciones del Ejército y de la Fuerza Aérea que se asentaban en el lugar.
El general Gustavo Ricardo Vallejo Suárez, comandante del Agrupamiento de Ingenieros Felipe Ángeles y responsable de la construcción, destacó que la nueva terminal aérea dejó de ser un proyecto para convertirse en un complejo aeroportuario de clase mundial que servirá para los propósitos actuales y futuros de la aviación civil y comercial de México.
Sin duda, el AIFA significó un desafío sin precedentes para los ingenieros militares y los poco más de 160 mil trabajadores que participaron en su construcción: enfrentaron vetos legales y técnicos, no suspendieron los trabajos durante la pandemia de Covid-19, encararon desabasto de insumos y aumentos en los costos de los materiales, además de padecer la crisis en el transporte marítimo e inflación por la inestabilidad mundial.
“Todo esto lo sorteamos sin alterar presupuesto y tiempo de ejecución. El mundo hizo pausa, pero los trabajos de construcción del AIFA nunca pararon”, destacó Vallejo Suárez.
Uso eficiente del presupuesto
En su diseño se utilizó la tecnología más avanzada a nivel internacional para grandes obras de infraestructura, se usó el acero y otros materiales de Texcoco, y con el presupuesto de 75 mil millones de pesos se construyeron tres pistas (incluida la de la base militar), la Torre de Control Aérea, plataformas y calles de rodaje, terminal de pasajeros, estacionamiento, las terminales intermodal, de transporte de carga internacional y doméstica.
El uso eficiente del presupuesto (en total se gastaron 74 mil 535 millones de pesos) permitió realizar además otras obras como una terminal de aviación general, una más de helicópteros, un centro de capacitación y de exposiciones, estacionamiento, gasolineras y un hotel.
Detalló a su vez el general Gustavo Ricardo Vallejo que el AIFA inicia actividades con capacidad para mover a 20 millones de pasajeros y 470 mil toneladas de carga al año, con 125 posiciones para aeronaves de ala fija y de ala rotativa; cuenta con dos pistas de aterrizaje que son las más grandes y mejor equipadas del país con capacidad para operar de manera simultánea aún en malas condiciones de visibilidad.
La Torre de Control de tráfico aéreo cuenta con tecnología de vanguardia en apoyo a la navegación a nivel mundial, en tanto que la terminal de pasajeros opera con un sistema antisísmico que reduce hasta en 80% las afectaciones provocadas por temblores.
En tanto, los mostradores disponen de sistemas biométricos y filtros de seguridad con base en tomógrafos computarizados y escáneres de cuerpo completo, que reducen los tiempos de documentación y embarque, con lo que mejora la experiencia de los pasajeros.
Otra de sus novedades es que cuenta con el sistema de manejo de equipajes más moderno y automatizado del país, con seis tomógrafos computarizados para revisión y 8.5 kilómetros de bandas transportadoras de equipaje.
Eficiencia, calidad y seguridad
Vallejo señaló que se cuenta con un aeropuerto seguro en sus operaciones aéreas, en convivencia operacional con la Fuerza Aérea Mexicana y los aeropuertos del Sistema Aeroportuario Metropolitano, con base en un nuevo diseño del espacio aéreo desarrollado y avalado por expertos con el objetivo de armonizar sus operaciones a la normatividad mundial en materia de navegación aérea.
“El AIFA democratizará el uso de los vuelos comerciales a millones de mexicanos que hoy no vuelan en avión y alineará nuestra excelente posición geoestratégica en el mundo con el aumento de la capacidad instalada para el transporte aéreo de mercancías”, resaltó el general.
Agradeció a los más de 162 mil trabajadores civiles que participaron, de quienes dijo fueron mano de obra de gran calidad que hizo posible la edificación de la nueva terminal aérea en tiempo récord.
Recordó que las nuevas instalaciones están debidamente verificadas y certificadas para operaciones aéreas domésticas e internacionales, con base en un plan maestro elaborado por un equipo de expertos encabezados por la Sedena y autorizado por la Agencia Federal de Aviación Civil, instancia que emitió el certificado que avala el cumplimiento de las normas recomendadas por la Organización Internacional de Aviación Civil para la operación del AIFA bajo estándares de eficiencia, calidad y seguridad.
Manifestó al presidente que como soldados mexicanos “nada nos enorgullece más que poderle informar hoy ante el pueblo de México que dentro del presupuesto autorizado, el tiempo asignado y con la calidad y el equipo requerido, hemos cumplido con la misión”.
Alta tecnologíaEl AIFA cuenta con las dos pistas de aterrizaje más grandes del país: una central y la norte, de cuatro kilómetros y medio de longitud cada una, con una anchura de 45 metros como lo establece la normatividad internacional. Se utilizó en su construcción concreto hidráulico de alta resistencia y se equiparon con la más alta tecnología que permite a los pilotos realizar despegues o llegadas con mayor seguridad. En el futuro contará con una pista adicional, para lo cual ya se tiene el diseño y la superficie necesaria para cuando se requiera construirla. Entre las dos pistas hay una separación de más de mil 600 metros, lo que permitirá realizar operaciones aéreas simultáneas, eso sin contar con la pista militar que también podría utilizarse en caso necesario.Cuentan con un sistema avanzado de iluminación para que las aeronaves identifiquen la señalización sin dificultades y alcancen su posición de contacto correspondiente. Dispondrán de tres diferentes tipos de radares de alta tecnología para que las operaciones sean más seguras. Las dos pistas del AIFA se encuentran entre las más largas del mundo y se ubican en el lugar 20 empatadas con una de las pistas del aeropuerto Kunming, China.
Funcionalidad y diseño
El corazón del aeropuerto es la Torre de Control. Se diseñó para simbolizar un macuahuitl, un arma de madera parecida a una espada que utilizaban los guerreros aztecas junto con el chimalli, escudo con el que se protegían, concepto que se utilizó para diseñar el edificio.
Tiene 88 metros de altura y un peso de mil 800 toneladas, la mayor parte de ellas de acero, por lo que requirió una cimentación de 60 metros de diámetro y cinco de profundidad.
La Torre de Control es la más moderna de Latinoamérica y permitirá a los operadores una visibilidad de 360 grados y un panorama completo del aeropuerto, lo que les ayudará a tener mayor control de los aviones y las operaciones.
Está equipada con sistemas de última generación que permiten una operación segura de despegue, aterrizaje y rodajes.
Modernidad y seguridad
La terminal de pasajeros es una construcción de 384 mil metros cuadrados que tendrá 100 mostradores de documentación, salas de espera y 22 bandas de rayos equis, así como instalaciones modernas para atender el tránsito de 20 millones de pasajeros al año.
El edificio cuenta con 34 posiciones de contacto para los aviones, que aumentarán a 68 por los “aeropasillos” que ya utilizan la mayoría de los aeropuertos modernos, con lo que se podrán vincular dos aeronaves por cada posición de contacto y permitirán que mientras unos pasajeros bajan, otros podrán abordar un avión diferente al mismo tiempo sin que se crucen o estorben, lo que ofrece mayor fluidez a la hora de descender o abordar una aeronave.
La terminal es segura y contará con “aisladores sísmicos” que permiten disminuir el movimiento del edificio en caso de un temblor; es un edificio inteligente que cuenta con paneles solares para abastecer electricidad al complejo.
Está equipada con lámparas provistas de sensores para que disminuyan su intensidad o se apaguen según la claridad que prevalezca, lo que permitirá ahorro de energía.
Las instalaciones del aeropuerto están certificadas y cuentan con la autorización para operar de la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC), Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (SENEAM) y otras instancias relacionadas con la operación del aeropuerto.
Retos
Así, con la entrada en operación del AIFA México cuenta con una moderna infraestructura aeroportuaria de nivel mundial, construida en un tiempo récord y bajo el liderazgo, conocimiento y experiencia de los ingenieros militares, quienes cumplieron con su comprobada eficacia el gran desafío que representaba el proyecto y construcción de un nuevo aeropuerto en el Valle de México.
La necesidad cada vez más urgente de resolver el problema de saturación de vuelos en el AICM demandaba desde hace al menos 20 años llevar adelante la construcción de una terminal aérea que permitiera hacer frente a corto, mediano y largo plazos el aumento de la demanda de vuelos en el país.
Ya en funcionamiento, el AIFA habrá de operar e ir desplegando sus capacidades de manera progresiva para aliviar la saturación de vuelos en el AICM y, junto con el aeropuerto de Toluca, conformar una red aeroportuaria integral para la Zona Metropolitana de la Ciudad de México.
Ante entornos internacionales complejos, México necesita contar con infraestructura moderna, segura y funcional como la nueva terminal aérea. El crecimiento económico y el desarrollo del país requieren de una conectividad aérea que atienda una mayor demanda de viajes nacionales y del extranjero. Ese sin duda será el reto del AIFA a futuro.