Con más de siete décadas de múltiples roles, funciones, críticas y atribuciones, la televisión se redefine ante el espectro comercial digital que le ha restado sus audiencias; sin embargo, seguirá encendida por más tiempo, como medio clave para comprender a la sociedad actual, afirma la académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Luz María Garay Cruz.
La especialista en temas relacionados con la comunicación educativa, agrega: “la televisión no desaparecerá. Simplemente en México hay más de 30 millones de personas que no tienen acceso a internet, que se siguen informando, entreteniendo a través de ésta, que les convoca un evento deportivo, un partido de futbol, por ejemplo”.
Según el informe Disponibilidad de TIC en los hogares “Cuéntame de México”, del INEGI, en 2020 el 91% de las casas contaban con un televisor; en 2010 la cifra alcanzó 93 por ciento.
Asimismo, en 2020, 43% de las viviendas disponía de televisión de paga y 19 por ciento con servicio de películas, música o videos con costo o por internet (streaming).
No todo mundo puede pagar las plataformas digitales, y en ese sentido este medio de comunicación aún tiene una larga vida; no obstante, ha realizado ajustes para sobrevivir porque sus audiencias cada vez son menos fieles a un solo medio o formato, abundó.
La académica de la FCPS agregó: “La televisión ha estado por momentos agónica, pero ha encontrado nuevamente la manera de recolocarse en esos escenarios digitales para no perder a su audiencia más fuerte; entendieron que para allá se ha movido una parte de sus audiencias y que es la tendencia de los medios”, argumenta la universitaria.
Otros canales
Luz María Garay expresa además que no debemos denostarla como agente educativo, porque es una parte de las representaciones sociales mediante la cual mucha gente logra cierto aprendizaje, aun cuando su intención y materiales no sean educar, sino entretener, informar y lucrar.
“Aun no teniendo la intención de formar, se concreta; promueve ciertas prácticas, reproducen roles y representaciones que finalmente son insumos que nos llegan a las audiencias y, a partir de esos contenidos, nosotros vamos mediando”, precisa.