CREAN EN LA UNAM NUEVO TIPO DE HISOPO PARA PRUEBA DE COVID-19

J. Alberto Castro
Nacional
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ICAT

Hacia finales del pasado mes de abril en las clínicas del IMSS era evidente el desabasto de pruebas diagnósticas e inevitable el continuo reclamo de los familiares porque no se les informaba si el enfermo internado tenía o no Covid-19.

Contra las cuerdas los funcionarios de bata blanca explicaron que “los proveedores —empresas privadas— no han podido cumplir los contratos para la entrega de reactivos, los hisopos que se usan para la obtención de la muestra de exudado faríngeo de los enfermos y tampoco de los medios de transporte. Estos son tubos con una sustancia especial donde se coloca la muestra para su traslado al laboratorio”.

El desabasto de pruebas diagnósticas o reactivos era, y es, generalizado en la mayoría de los países afectados por la pandemia de coronavirus ya que nadie imaginó el poder de contagio, la veloz propagación masiva, la magnitud y el alcance del temido SARS-CoV-2.

Frente a esta y otras problemáticas (respiradores, pruebas de diagnósticos, fármacos, vacuna) la UNAM convocó a distintos y diversos grupos científicos de trabajo para aportar soluciones inmediatas a carencias de insumos urgentes surgidas por el innegable avance de Covid-19 en el país.

Así, la doctora Celia Sánchez, del Instituto de Ciencias Aplicadas y Tecnología (ICAT), al frente de un grupo de estudiantes diseñó un prototipo de hisopo y su frasco transportador para la toma de muestras de diagnóstico de Covid-19 por medio de una prueba de PCR.

La docente universitaria comparte con Vértigo la experiencia de lograr por medio del trabajo a distancia el diseño de un nuevo tipo de hisopo hecho con material biocompatible y biodegradable, el cual aporta mayor seguridad al personal de salud en el preciso momento de la toma de muestras.

Recuerda cómo en plena contingencia se formó el Grupo de Dispositivos Biomédicos y leyó todo lo publicado sobre los hisopos y su producción industrial en distintas empresas. Compartió la información con sus alumnos y pronto descubrieron la oportunidad de crear algo diferente, innovador y de fácil fabricación.

Sugerencias

Coordinado por la doctora Sánchez el grupo inició los trabajos de proyección y diseño del prototipo, se hicieron dibujos, diagramas técnicos y se definieron estrategias para obtener los hisopos en un proceso sencillo. También se enfocaron en lograr un hisopo con las condiciones suficientes para poder frotar la superficie nasal y atrapar eficazmente la muestra.

“En un principio los primeros esbozos no eran funcionales, y además eran muy feos. Sin embargo expusimos nuestras ideas a médicos y personal de salud; ellos nos aconsejaron y nos hicieron sugerencias muy importantes, producto de su experiencia”, confía.

El equipo optó por utilizar la metodología de impresión por 3D y ubicó un plástico biodegradable, compatible y buen candidato para el hisopo. “A partir de ahí empezamos a trabajar sobre el perfeccionamiento de los diseños, a hacerlos más flexibles, procurando una forma adecuada de seguridad para quien toma la muestra respecto del paciente”.

Doctora en Ciencias por el Instituto Nacional Politécnico de Grenoble, Francia, la especialista detalla los pasos para alcanzar el objetivo de un hisopo superior a los convencionales con forma de bastón. “Ideamos otra forma de diseño del hisopo. Ante todo necesitábamos de una superficie distinta, con un área de contacto directa a la mucosa ya que debemos frotar y desprender las células. También hacía falta un cierto entramado para atrapar células. Trabajamos con este concepto de área superficial con el propósito de aumentar el espacio donde contener una muestra”.

Hecho en México

Luego de un intenso intercambio de videollamadas, correos electrónicos, mensajes, largas horas de trabajo y desvelos, el equipo de la doctora Sánchez consiguió darle forma al nuevo hisopo y al tubo transportador.

Sin duda, sostiene la profesora de la UNAM, “los hisopos y el tubo transportador, producidos de manera sencilla con impresión 3D, representarán una alternativa con posibilidad de fabricación en México, por lo que su uso en hospitales de todo el país podría ser accesible y rápido. En este caso nos concentramos en innovar el diseño del prototipo y fuimos más allá de simplemente replicar los modelos existentes”.

Aunque el desabasto es de hisopos también se prestó atención al diseño del tubo transportador, un frasco pequeño, redondo, donde se introduce y se agita el hisopo para soltar las células en un líquido de pH neutro donde se mantienen en buenas condiciones para la prueba de PCR.

Diseñado y pensado para ser producido por una industria alternativa del país —por ejemplo, en colaboración con empresas de impresión en 3D—, la producción masiva del hisopo y el tubo transportador facilitaría la realización de un mayor número de pruebas para detectar a personas infectadas con el virus SARS-CoV-2.

Ante la emergencia sanitaria la doctora Sánchez propuso producir con diferentes universidades e institutos tecnológicos los kits de hisopos y acudir a los centros de esterilización de los hospitales para que ellos se encarguen de la esterilización y del empaquetado.

El hisopo está en fase de validación tecnológica y se prueba en diversos hospitales públicos y laboratorios, tanto de la UNAM como externos; se espera que en corto plazo se tengan los resultados que confirmen su viabilidad.

También estima que la creación de prototipos por impresión 3D se ha convertido en una herramienta útil en el diseño y la fabricación rápida de insumos en diversas industrias ya que ofrece la posibilidad de utilizar materiales plásticos con diferentes características.

“Podemos pensar en otros dispositivos para tomar muestras y detectar virus en paredes, barandales, cajeros automáticos, mesas, salas de hospitales, muebles urbanos, en cocinas de restaurantes, los transportes públicos, escaleras eléctricas, puertas, cerraduras y plazas comerciales, elevadores, etcétera”, apunta.

El país que menos pruebas realiza

Para reducir el riesgo de nuevos brotes en una “segunda ola del coronavirus” se debe rastrear, analizar y aislar a 70-90% de toda la gente con la que una persona infectada entró en contacto.

México realiza apenas 0.4 pruebas por cada mil habitantes, lo cual coloca al país en el último lugar, por abajo de Japón, que realiza 1.8 pruebas, y de Grecia, con 5.8 pruebas.

Además se encuentra muy por debajo del promedio de los países integrantes de la OCDE, de casi 23 pruebas por cada mil habitantes.

En el otro extremo Islandia se ubicó nuevamente como el país que realiza más pruebas, con casi 135 por cada mil habitantes, seguido de Luxemburgo, con 64.6 pruebas, y Estonia, con 36.9 pruebas.

Fuente: OCDE