Múltiples conflictos interminables, el cambio climático y un flagrante desprecio por el derecho internacional humanitario establecido desde hace tiempo van a hacer que 305 millones de personas necesiten ayuda vital el próximo año, advirtió el miércoles el máximo responsable de ayuda de la ONU.
«El mundo está en llamas y esto es con lo que apagamos el incendio. En estos momentos, nos enfrentamos a una varias crisis globales y los más vulnerables están pagando el precio. Nos enfrentamos al impacto de múltiples conflictos y a crisis de mayor duración e intensidad», afirmó Tom Fletcher, director de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), en un llamamiento por valor de 47.400 millones de dólares para proporcionar ayuda vital en más de 30 países y nueve regiones de acogida de refugiados.
Decisiones imposibles
La nueva evaluación humanitaria de la OCHA, en nombre de más de 1500 socios humanitarios, es nefasta: de los 305 millones de personas necesitadas, sólo se llegará a 190 millones.
La falta de financiación es sólo una de las razones en países donde la población ha soportado décadas de violencia e inestabilidad, como la República Democrática del Congo (RDC).
«En la República Democrática del Congo, como en todos estos conflictos, estamos dispuestos a hacer más, es nuestra misión hacer más», insistió Fletcher.
«Mi gente está desesperada por salir ahí fuera y cumplir porque realmente están en primera línea. Ven lo que hace falta, pero necesitamos esos recursos. Ese es nuestro llamamiento a la acción y también necesitamos que el mundo haga más; que los que tienen poder hagan más, para desafiar esta era de impunidad y desafiar esta era de indiferencia», aseguró.
Un papel pionero
Como máximo responsable de ayuda de la ONU recién nombrado, Fletcher se comprometió a visitar las capitales del mundo «para derribar puertas» de los gobiernos en busca de nuevas alianzas y solidaridad para las personas más vulnerables del mundo.
«Tengo que encontrar la manera de replantear este argumento de forma que resuene en el público en general», añadió.
Citando sus anteriores funciones como embajador del Reino Unido con experiencia en conflictos y consolidación de la paz, desde Kenia hasta el Líbano e Irlanda del Norte, el nuevo jefe de OCHA subrayó la necesidad de garantizar que la ayuda siga fluyendo hacia donde más se necesita.
«Tengo una misión muy clara en torno a la prestación de ayuda humanitaria», declaró, antes de rendir homenaje a la “extraordinaria diplomacia humanitaria empresarial” de su predecesor Martin Griffiths, que dimitió en junio por motivos de salud.