Kiev, Ucrania, 21 de febrero. Días antes del tercer aniversario de la invasión a gran escala de Rusia, los ucranianos están tan abatidos y tensos como lo estaban justo antes de que Moscú iniciara la guerra. Solo que ahora, no solo están preocupados por su enemigo habitual.
La sorprendente nueva amenaza de Ucrania viene del que había sido su aliado más firme, Estados Unidos, cuyo apoyo parece estar desvaneciéndose a medida que su presidente, Donald Trump, repite la propaganda de su homólogo ruso, Vladímir Putin, al tiempo que promete poner fin a la contienda.
Después de la sorpresa inicial ante las falsas afirmaciones de Trump esta semana de que Ucrania está dirigida por un “dictador” que inició la guerra con Rusia, el pueblo ucraniano se está uniendo en torno a su desafiante presidente, Volodymyr Zelenskyy, quien criticó públicamente al mandatario estadunidense por promover la “desinformación” rusa.
“Sí, no es un presidente perfecto, pero no es un dictador”, señaló Kateryna Karaush, una técnica de 25 años de Kiev que, como muchos de sus compatriotas —e incluso algunos republicanos en el Congreso estadunidense—, trata de entender el abrazo de Trump a Rusia, que supone un cambio drástico en la política exterior de Washington.
“Se siente como si todo el mundo estuviera en nuestra contra”, afirmó Karaush.
Contra todo pronóstico, los ucranianos –con el masivo apoyo militar de Estados Unidos– han evitado que Moscú se apodere de su país, aunque alrededor de una quinta parte está ahora está bajo control ruso.
Pero después de tres años de guerra, tanto la población civil como los soldados están exhaustos. Cientos de miles de personas han muerto o resultaron heridas, decenas de miles están desaparecidas y millones han huido del país.
Los ánimos se tornaron aún más sombríos en los últimos días, ya que Trump ha manifestado su deseo de poner fin rápidamente a la lucha en términos que Zelenskyy y muchos en Occidente consideran demasiado favorables para el Kremlin.
Después de que Trump llamó a Zelenskyy “dictador” —por demorar legalmente las elecciones el año pasado— y aparecían reportes sobre la reunión mantenida por funcionarios estadunidenses y rusos en Arabia Saudita para discutir un posible alto el fuego sin la participación de Kiev, incluso algunos de los críticos más acérrimos de Zelenskyy en Ucrania han comenzado a defenderlo.
“Podemos tener diferentes opiniones sobre Zelenskyy, pero solo los ciudadanos ucranianos tienen derecho de juzgar su actuación”, señaló Yaroslav Zhelezniak, legislador del partido opositor Holos. “Y también de criticarlo públicamente, porque, al final, él es nuestro líder electo”.
Las duras palabras de Trump hacia Zelenskyy le van valido las críticas de demócratas e incluso de algunos republicanos en el Congreso, donde la defensa de Kiev frente a Moscú — con decenas de miles de millones de dólares en ayuda militar— ha recibido apoyo bipartidista. Pero el vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, reprendió a Zelenskyy por advertir públicamente a Trump sobre caer en la desinformación rusa.
Una encuesta publicada el miércoles por el Instituto Internacional de Sociología de Kiev situó la confianza pública en Zelenskyy en un 57%. La encuesta se realizó