Washington, Estados Unidos, 21 de enero. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó ayer una orden ejecutiva que detiene temporalmente las ventas de arrendamientos de energía eólica en aguas federales y pausa la emisión de aprobaciones, permisos y préstamos para proyectos eólicos tanto en tierra como en el mar.
El secretario de Interior revisará las prácticas de arrendamiento y la concesión de permisos eólicos en aguas y tierras federales. La valoración considerará el impacto ambiental de los proyectos eólicos en la vida silvestre, los costos económicos asociados con la generación intermitente de electricidad y el efecto de los subsidios en la viabilidad de la industria eólica, según el texto.
Trump quiere aumentar las prospecciones de petróleo y gas y se ha mostrado hostil hacia la energía renovable, en especial la eólica generada en el mar. Durante su vista de confirmación, se preguntó a Doug Burgum — el elegido por Trump como secretario de Interior — si se comprometería a continuar con los arrendamientos eólicos marinos que se han emitido. Burgum indicó que los proyectos que tienen sentido y ya están en vigor continuarán.
La energía eólica supone actualmente alrededor del 10% de la electricidad generada en Estados Unidos, lo que la convierte en la mayor fuente de energía renovable del país. Hay 73 gigavatios de capacidad eólica marina en desarrollo en el país, suficientes para alimentar 30 millones de hogares, según la Asociación Estadunidense de Energía Renovable.
La orden también prohíbe temporalmente que Magic Valley Energy siga desarrollando el Proyecto Eólico Lava Ridge en Idaho. El gobierno federal aprobó en diciembre un plan a escala reducida para el parque eólico a pesar de la oposición local, incluyendo grupos preocupados por su proximidad a un sitio histórico donde se encarceló a estadounidenses de origen japonés durante la Segunda Guerra Mundial.