Washington, 23 de noviembre. El presidente electo estadounidense Donald Trump anunció que nominará a Scott Bessent, gestor de fondos de cobertura y defensor de reducir el déficit, para que sea su próximo secretario del Tesoro.
Trump dijo también que nominaría a Russel Vought para dirigir la Oficina de Administración y Presupuesto de la Casa Blanca, cargo que Vought ostentó en el primer mandato de Trump. Vought estuvo estrechamente involucrado con el Project 2025, un plan conservador para el segundo mandato de Trump del que intentó distanciarse durante la campaña.
Los anuncios mostraron cómo Trump está dando cuerpo al lado financiero de su nuevo gobierno. Aunque Bessent está estrechamente alineado con Wall Street y podría granjearse apoyo bipartidista, Vought tiene fama de ser un republicano de línea dura.
Trump dijo que Bessent “me ayudará a inaugurar una nueva Edad de Oro para Estados Unidos”, y que Vought “sabe exactamente cómo desmantelar el Estado Profundo y acabar con la instrumentalización del gobierno”.
Bessent y Vought fueron sólo dos de varias decisiones sobre personal que Trump dio a conocer el viernes por la noche.
Trump indicó que había elegido a la representante Lori Chavez-DeRemer, republicana de Oregon, para que sea su secretaria del Trabajo, y a Scott Turner, un exjugador de fútbol americano que trabajó en el primer gobierno de Trump, como su secretario de Vivienda.
Además, el mandatario electo completó su equipo de salud. Escogió a la doctora Janette Nesheiwat, médico general y colaboradora de Fox News, para ser la directora de salud pública; al doctor Dave Weldon, excongresista republicano de Florida, para dirigir los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades; y al doctor Marty Makary, cirujano de Johns Hopkins, con el fin de que encabece la Administración de Alimentos y Medicamentos. Trump previamente dijo que nominaría a Robert F. Kennedy Jr. —un conocido propagador de teorías conspirativas sobre las vacunas— como secretario de Salud.
Alex Wong fue nombrado asesor principal adjunto de seguridad nacional, mientras que Sebastian Gorka será director sénior de antiterrorismo. Wong trabajó en temas relacionados con Asia durante el primer mandato de Trump, y Gorka es un comentarista conservador que pasó menos de un año en la Casa Blanca de Trump.
Bessent, de 62 años, fundó el fondo de cobertura Key Square Capital Management, después de haber trabajado intermitentemente para Soros Fund Management desde 1991. Si el Senado ratifica el nombramiento, sería el primer secretario del Tesoro abiertamente homosexual de Estados Unidos.
En agosto, le dijo a Bloomberg que combatir la creciente deuda nacional del país debería ser una prioridad, lo cual incluiría recortar programas gubernamentales y otros gastos.
“Este ciclo electoral es la última oportunidad para que Estados Unidos crezca y salga de esta montaña de deuda sin convertirse en una especie de democracia socialista al estilo europeo”, dijo entonces.
Al 8 de noviembre, la deuda estadounidense asciende a 35.94 billones de dólares, con contribuciones a ella de los gobiernos de Trump y de Biden. Las políticas de Trump añadieron 8.4 billones de dólares a la deuda nacional, mientras que el gobierno de Biden aumentó la deuda en 4.3 billones de dólares, según el Comité para un Presupuesto Federal Responsable, un organismo sin fines de lucro que vigila el uso que se le da a los impuestos.
Aunque aboga por la reducción de la deuda nacional mediante el control del gasto, Bessent ha respaldado extender las disposiciones de la Ley de Empleos y Reducción de Impuestos de 2017, que Trump promulgó durante el primer año de su primer gobierno. Las estimaciones de varios análisis económicos sobre los costos de los diversos recortes fiscales oscilan entre casi 6 billones y 10 billones de dólares en 10 años. Casi todas las disposiciones de la ley expirarán a finales de 2025.
Antes de convertirse en donante y asesor de Trump, Bessent donó a varias causas demócratas en los primeros años de la década de 2000, especialmente a la campaña presidencial de Al Gore. También trabajó para George Soros, un destacado simpatizante demócrata. Bessent desempeñó un papel influyente en las operaciones de Soros en Londres, incluyendo su famosa apuesta contra la libra en 1992, que generó enormes ganancias en el “Miércoles Negro”, cuando la libra fue desvinculada de las monedas europeas.
La selección de Bessent no causó sorpresa ya que su nombre se había barajado entre los mencionados para el puesto de secretario del Tesoro. En un evento del Club Económico de Detroit en octubre, Trump dijo que Bessent era “uno de los principales analistas de Wall Street”.
Bessent le dijo a Bloomberg en agosto que considera que los aranceles son un “ajuste de precio único” y “no inflacionario”, y los aranceles aplicados durante un segundo mandato de Trump estarían dirigidos principalmente a China. Y escribió en un artículo de opinión de Fox News esta semana que los aranceles son “una herramienta útil para alcanzar los objetivos de política exterior del presidente”, tales como alentar a los aliados a gastar más en defensa o disuadir la agresión militar.
Bessent también ha planteado ideas sobre cómo el gobierno de Trump podría presionar al presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, cuyo mandato expira en mayo de 2026. El mes pasado, Bessent sugirió que Trump podría nombrar un presidente sustituto temprano, y dejar que esa persona funcione como un “presidente sombra”, con el objetivo en esencia de marginar a Powell.
Pero después de las elecciones, Bessent supuestamente se retractó de ese plan. Powell, por su parte, ha dicho que no renunciaría si Trump se lo pidiera, y agregó que Trump, como presidente, no tiene la autoridad para despedirlo.
Trump atacó repetidamente a Powell durante su primer mandato presidencial por subir la tasa clave de la Fed en 2017 y 2018. Durante la campaña de 2024, dijo que en el cargo de presidente él debería tener “voz” en las decisiones del banco central sobre las tasas de interés. Tradicionalmente, los presidentes evitan comentar sobre las políticas de la Fed.
Vought, de 48 años, fue el jefe de la Oficina de Administración y Presupuesto desde mediados de 2020 hasta el final del primer mandato de Trump en 2021, habiendo sido previamente director interino y subdirector. Graduado del Wheaton College y de la Facultad de Derecho de la Universidad George Washington, tenía un profundo conocimiento de las finanzas gubernamentales, el cual ha combinado con su propia fe cristiana.
Después del primer mandato de Trump, Vought fundó el Centro para la Renovación de Estados Unidos, un grupo de investigación cuya misión dice es renovar “un consenso de que Estados Unidos es una nación bajo Dios”.
El Centro para la Renovación de Estados Unidos publicó su propia propuesta de presupuesto para 2023, titulada: “Un compromiso para acabar con la instrumentalización del gobierno”. La propuesta prevé 11,3 billones de dólares en reducciones de gastos en 10 años y unos 2 billones de dólares en recortes de impuestos sobre la renta para llevar el presupuesto a un superávit en 2032.
“La amenaza inmediata que enfrenta la nación es el hecho de que la gente ya no gobierna el país; en cambio, el propio gobierno está cada vez más instrumentalizado contra la gente a la que debería servir”, escribió Vought en la introducción.
El plan presupuestario propuesto por Vought recortaría el gasto en ayuda alimentaria a través del Departamento de Agricultura. Habría 3.3 billones de dólares en reducciones de gastos en el Departamento de Salud y Servicios Humanos, en gran parte a través de la forma en que se distribuyen los fondos de Medicaid y Medicare. También contiene unos 642 mil millones de dólares en recortes a la Ley del Cuidado de Salud Asequible. Los presupuestos de los departamentos de Vivienda y Desarrollo Urbano y Educación también serían recortados.
Las ideas presupuestarias de Vought eran independientes de las de Trump, quien no ha detallado completamente los detalles de sus planes económicos, aparte de hacer campaña sobre recortes al impuesto sobre la renta y aumentos de aranceles.
La elegida de Trump para secretaria del Trabajo, Chavez-DeRemer, de 56 años, perdió por poco su candidatura a la reelección este mes. Recibió un fuerte respaldo de los miembros de sindicatos en su distrito.
Chavez-DeRemer es una de las pocas republicanas de la cámara baja que respaldó la “Ley de Protección del Derecho a Organizarse”, o Ley PRO (por sus siglas en inglés), que permitiría a más trabajadores llevar a cabo campañas de organización y agregaría penalizaciones para las empresas que violen los derechos de los trabajadores. La ley también debilitaría las leyes de “derecho al trabajo” que permiten a los empleados en más de la mitad de los estados evitar participar o pagar cuotas a los sindicatos que representan a los trabajadores en sus lugares de empleo.
Trump dijo en un comunicado que ella ayudaría a “asegurar que el Departamento de Trabajo pueda unir a estadounidenses de todos los orígenes para que respalden nuestra Agenda para un Éxito Nacional sin precedentes”.