EL CISMA TRUMP DINAMIZARÁ A LA UNIÓN EUROPEA

“EU dejará de ser el defensor global”.

Internacional
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Donald Trump

La mayoría de los mandatarios europeos no fueron invitados a la ceremonia de investidura de Donald Trump como nuevo presidente de Estados Unidos, aunque sí asistieron los afines ultraderechistas europeos nuevos amigos del republicano y de su oligarquía en el poder.

Y es la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, la que se muestra con mayor sintonía.

La Unión Europea (UE) está llamada a entenderse con la administración trumpista en temas de comercio, energía, cambio climático, seguridad, defensa, el cese de las hostilidades en Ucrania, así como una solución sostenible en el tiempo para el conflicto entre palestinos e israelíes; el respeto al derecho internacional, a los organismos multilaterales, y lidiar con la creciente influencia de Rusia y China.

Al parecer no todas las personas observan con temor y ansiedad el retorno del magnate a la primera esfera política; de hecho, una encuesta realizada por el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR, por sus siglas en inglés) refleja como positivo, casi funcionando como un revulsivo, el retorno de Trump a la Casa Blanca.

Mark Leonard, director de este organismo, lo explica: “Después de hablar con 28 mil 549 personas en 24 países descubrimos que la gran mayoría en todo el mundo piensa que Trump es bueno para Estados Unidos, bueno para el mundo y bueno para la paz global”.

En un artículo escrito por Leonard y publicado en Político el directivo reconoce que Europa está entrando en pánico por la retórica que rodea el mensaje de “Estados Unidos primero” y por la noción egoísta de que EU velará por sus propios intereses y dejará de ser el defensor del orden global.

“Esto es precisamente por lo que la gente, en particular los que viven en las potencias medias de todo el mundo, están impacientes. Ya no quieren que Estados Unidos sea un árbitro moral autoproclamado o un policía global. Se sienten mucho más cómodos lidiando con él como el país más poderoso en un mundo más transaccional”, de acuerdo con Leonard.Esta encuesta, además, refleja que en India, Arabia Saudita, Rusia, China y Sudáfrica tres de cada cinco personas creen en la promesa de Trump de poner fin a la guerra en Ucrania en 24 horas. Y una de cada dos cree que logrará la paz en Oriente Medio.

Se basa el informe en una encuesta de opinión entre población adulta, mayor de 18 años, en la que participó Gallup y se realizó en noviembre pasado en 16 países europeos: Bulgaria, Dinamarca, Estonia, Francia, Alemania, Hungría, Italia, Polonia, Portugal, Rumanía, Rusia, España, Suiza, Turquía, Ucrania y Reino Unido; así como en ocho países no europeos como son Brasil, China, India, Indonesia, Arabia Saudita, Sudáfrica, Corea del Sur y Estados Unidos.

“Es irónico que las mismas cosas que hacen que el regreso de Trump a la Casa Blanca sea tan aterrador para muchos europeos, sean las que lo hacen atractivo para el resto del mundo”, destacó Leonard.

Fricciones

Desde luego que la percepción de lo que pasa dentro de Europa no es la misma que se tiene desde otras partes del mundo, algo que el directivo enmarca dentro de la mayor crisis de las relaciones transatlánticas desde Suez. “Y se está desarrollando de una manera tan extraña, que nadie puede entenderlo”.

Las primeras fricciones, una vez Trump ha jurado su cargo, están a la vuelta de la esquina con la UE.

Leonard, quien está al frente de este think tank con sede en Berlín, resume en varias líneas las primeras presiones: “Elon Musk, el hombre más rico del mundo, cuasi funcionario de la nueva administración, ha declarado que está tratando de derrocar al gobierno británico y probablemente también al alemán”.

Y continúa: “El propio presidente Trump ya ha indicado que quiere anular todos y cada uno de los principios del orden liderado por Estados Unidos. Y sus recientes comentarios sobre el Canal de Panamá y Groenlandia muestran que incluso está dispuesto a cuestionar principios como la soberanía territorial y la inviolabilidad de las fronteras”.

En este sentido, la encuesta es clara: en los países aliados europeos, y también en Corea del Sur, las personas cuya opinión fue tomada en cuenta se mostraron “notablemente pesimistas” sobre Trump y coincidieron en que habrá un mayor debilitamiento para el Occidente geopolítico.

En países como India y China, hasta Turquía y Brasil, son más los encuestados que piensan que Trump será bueno para la Unión Americana, para su país y para la paz en el mundo, que los que piensan que será malo para ellos.

De aliados a socios

El cuatrienio norteamericano cuyo horizonte pasa por el gobierno de Trump y sus oligarcas traerá cambios en el orden internacional, comenzando por la relación de EU con sus aliados europeos tras finalizar la Segunda Guerra Mundial. El cambio de estatus de aliados a socios es algo que el nuevo mandatario estadunidense pretende y los propios europeos saben que esa alianza occidental va a acabarse y la Unión Americana pasará a ser un socio necesario.

¿Qué será de la OTAN? La Alianza Trasatlántica fundada el 4 de abril de 1949 y que en la actualidad cuenta con 32 países miembros (30 europeos y dos americanos, con EU y Canadá), gastó en 2023 aproximadamente 1.1 billones de dólares.

El año pasado un total de 18 países aliados cumplieron con el compromiso de gastar 2% de su Producto Interno Bruto (PIB) en defensa. Estados Unidos representó 53% del PIB combinado de los aliados.

Como candidato, Trump ya deslizó que exigirá a los países miembros de la OTAN gastar 5% de su PIB en defensa, algo que exige una presión fiscal no siempre al alcance. Por vez primera, Alemania logró superar 2% del PIB en gasto en defensa.

Trump, durante una campaña en Carolina del Sur, declaró que como presidente animaría a Rusia a “hacer lo que quisiera” con los países que no cumplan con su gasto en defensa. Sus comentarios provocaron preocupación en toda Europa, alarmando a los miembros europeos de la OTAN.

¿Qué están haciendo los europeos al respecto? El año pasado el presidente francés, Emmanuel Macron, propuso desarrollar un concepto estratégico militar para los europeos, si persiste la intención de Trump de abandonar a la OTAN.

Macron sugirió que el nuevo concepto podría incluir el escudo aéreo y antimisiles europeo iniciado por Alemania, conocido como Escudo del Cielo Europeo, además de tener mejores capacidades europeas en el ataque profundo y un mayor arsenal de disuasión nuclear.

El presidente francés subrayó la necesidad de aplicar los objetivos de la Brújula Estratégica, en particular para poner en marcha nuevas capacidades de despliegue rápido y adoptar medidas antihíbridas. Y dar más dinero para desarrollar a la industria armamentística europea.

Si EU abandona la OTAN su carácter de aliado pasaría a ser el de un socio con el que hacer negocios. Y los europeos necesitan comprar armas y equipo militar norteamericano, un punto que a Trump le interesa potenciar más.

De acuerdo con la BBC, en 2023 las ventas de armas estadunidenses en el extranjero lograron un récord de 238 mil millones de dólares; el gobierno de Estados Unidos negoció directamente 81 mil millones de dólares en ventas, lo que supone un aumento de 56% respecto de 2022.

Hay países como Polonia que están modernizando y expandiendo su ejército, expectantes por entrar en un conflicto con Rusia. Los países europeos están comprando a EU helicópteros Apache, sistemas de cohetes de artillería de alta movilidad (Himars); tanques M1A1 Abrams y sistemas integrados de comando de batalla de defensa aérea y de misiles.

También Italia sigue adquiriendo equipo de nueva generación militar estadunidense: hace unos meses el Departamento de Estado norteamericano aprobó la venta de un número no especificado de aeronaves EA-37B para reforzar a sus fuerzas militares.

Y al propio presidente Trump le interesa que los corporativos norteamericanos de su boyante industria militar sigan con sus ganancias millonarias.

Cualquier viraje en la postura del mandatario norteamericano con respecto de la OTAN no será óbice para que autorice la venta de armamento para los países europeos, que son además los principales compradores del moderno avión F-35 Lightning II fabricado por Lockheed Martin Corporation. Estas naves están siendo adquiridas por Alemania, Grecia y recientemente Rumania, que adquirió 32 aviones convirtiéndose en el tercer miembro de la OTAN en operar F-35.

Energía y satélites

Por encima de los desafectos de Trump por sus aliados trasatlánticos y que la UE ya está lista para responder a EU si le impone un alza arancelaria, hay intereses no solo de venta de armamento militar, sino además en sectores como el energético y la tecnología de los satélites.

Sin buena parte del petróleo suministrado por Rusia (debido a las sanciones y vetos impuestos por su invasión a Ucrania), ha sido Estados Unidos el que se ha convertido en un relevante socio energético para la Unión Europea.

A la UE le provee entre 18 y 25% del petróleo. La mayor parte de las exportaciones a Europa son de crudo WTI Midland, que van directas a las refinerías europeas. Y también se ha convertido en el segundo mayor proveedor de gas del bloque con una participación de casi 20%, detrás de Noruega, que representa casi 31% de las importaciones de gas de la UE.

El año pasado la UE empezó a buscar más petróleo barato de diversos países de África, un punto que ha molestado a Trump, quien como candidato llegó a amenazar con tarifas arancelarias a diversos productos europeos si la UE no compra más petróleo y gas estadunidense.

Luego está la industria de los satélites, en la que Trump tiene especial interés junto con su empleado, el multimillonario Elon Musk, quien codirige el Departamento de Eficiencia Gubernamental.

Starlink, una de las empresas de Musk, proporciona servicios de internet a través de una enorme red de satélites que también proveen de información relevante para el espionaje, la seguridad, la inteligencia militar y los combates bélicos.

Se cree que Starlink ha puesto cuatro mil satélites en el espacio desde 2018; en la era Trump podría tener un crecimiento exponencial y Europa es un objetivo de interés primordial para Trump y Musk.

Precisamente, la UE tiene su propio programa de satélites llamado Infraestructura para la Resiliencia, Interconexión y Seguridad por Satélite (IRIS2), que busca competir con Starlink y sobre todo dotar de independencia tecnológica a Europa en el campo del espacio y de la conectividad.

“La Comisión Europea ha firmado un contrato con el consorcio SpaceRISE, compuesto por empresas como Airbus, Thales Alenia Space y SES, para liderar el desarrollo de la constelación de satélites. Este acuerdo incluye una inversión inicial de dos mil 400 millones de euros, destinados a la fabricación, lanzamiento y operación de los satélites IRIS2”, de acuerdo con la Comisión Europea.

La UE ve en este programa una piedra angular para sus ambiciones tecnológicas, así como para proteger su espacio de seguridad y defensa sin tener que depender de proveedores fuera del continente.

No obstante, Musk ya está dando sus primeros pasos para construir su red de satélites en el espacio europeo aprovechando su nueva posición de hombre cercano al mandatario Trump.

Así pretende que los contratos de satélites de Italia sean signados con su empresa Starlink y se convierta en su proveedor en lugar de IRIS2. El convenio está siendo discutido a través de la otra empresa de Musk, SpaceX, con el gobierno de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni.

El acuerdo tiene un valor de mil 500 millones de euros. Meloni insiste en que Italia se enfrenta a un dilema sobre cómo proteger sus comunicaciones sensibles, ya que actualmente no hay sistemas alternativos a Starlink; y es que IRIS2 no estará en operación sino hasta finales de 2030.

La Comisión Europea ya ha protestado porque teme por la seguridad europea. No se descarta que Trump también presione a la UE por acuerdos con Starlink a cambio de mantenerse como aliado. Les va a presionar por todos lados.

Así ven a Trump en el mundo

El ECFR identifica cinco tendencias de cómo el mundo percibe la vuelta de Trump a la primera esfera del poder y a la escena de la geopolítica y geoeconomía.

Trump Welcomers Consideran que la victoria electoral de Trump es buena para los estadunidenses y para la paz en el mundo. Esta actitud está muy extendida en India y Arabia Saudita, pero también es popular en Rusia, Sudáfrica, China y Brasil. La mayoría de los partidarios de Trump también ven al presidente entrante como algo bueno para su propio país.

Never Trumpers Aquellos que ven su victoria como algo malo para los estadunidenses y para la paz en el mundo. Se concentran en Europa, especialmente en Reino Unido, donde constituyen la mitad del público; este grupo en general considera que Trump solo traería cosas malas para sus respectivos países.

Buscadores de la Paz Algunos consideran que Trump es mejor para la paz en el mundo que para los ciudadanos estadunidenses. En otras palabras, dudan de que Trump sea bueno para EU, pero ven su elección como una oportunidad para poner fin a los conflictos actuales.

Cuarta tendencia Consiste en aquellos que creen que la elección de Trump es peor para la paz en el mundo que para los ciudadanos estadunidenses. A menudo viven en lugares que pueden estar en peligro por la retirada de EU de un papel global más activista. La mitad de los surcoreanos pertenecen a esta tendencia y personas en Turquía, Indonesia, Sudáfrica, Brasil y Ucrania.

Inciertos Se reservan el juicio sobre lo que Trump significa para los ciudadanos estadunidenses o para la paz mundial. Su actitud es de “esperar y ver” qué pasa con Ucrania y Rusia.