“¿Qué tiempos son estos en los que tenemos que defender lo obvio?”, se preguntó alguna vez Bertolt Brecht. La cita del escritor alemán corresponde a la primera mitad del siglo XX, pero 100 años después parece más que necesario recuperarla cuando se trata de hacer un balance de lo que ha sido 2024.
Así es, apreciable lector: el año que termina fue histórico y hasta ahora inédito para nuestro país.
Los ciudadanos votamos, y por abrumadora mayoría, por una candidata para ocupar la presidencia. Claudia Sheinbaum se convirtió en la primera presidenta de México tras 200 años de vida independiente. Su triunfo nos deja al menos dos lecciones que es preciso subrayar. La primera: la sociedad es cada vez más madura y libre de ataduras; si actuamos de manera responsable podemos conseguir aquello que en principio parece imposible. La segunda: invariablemente nos encontramos ante un cambio de régimen.
Es verdad que el rumbo que tomará la transformación es incierto y tal vez de pronóstico reservado, pero más que mirar los toros desde la barrera hay que estar a la altura de las circunstancias.
Por lo pronto, la titular del Ejecutivo empieza a mostrar sus mejores cartas. Crecimiento sustentable, desarrollo y seguridad son los ejes que trazarán el sendero de su administración. Para llevarlos a buen puerto deberá dejarse acompañar por la Iniciativa Privada, pues los empresarios son fundamentales para consolidar un proyecto donde la prosperidad de los mexicanos sea el objetivo a seguir.
A la par de esto, toca a la presidenta resarcir una deuda de los últimos años: revalorar y restaurar el proyecto cultural del país. Tras la ausencia de una política pública acorde con la gran tradición artística de México es momento de reivindicar a los creadores, académicos y científicos, darles las condiciones para que ejerzan su talento y que este permee todos los rincones del territorio nacional.
Libertad: irrenunciable
El cambio no será sencillo. La seguridad es el mayor pendiente a nivel país, pero no solo eso. El regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos pondrá a prueba el carácter y el talento de la presidenta, quien junto con su gabinete deberá sortear las intimidaciones y amenazas del político republicano.
Pero la segunda presidencia de Trump no solo afecta a México: su presencia será la espada de Damocles que se balanceará sobre Occidente. Canadá y Europa necesitarán estar atentas, porque el magnate vuelve en su versión 2.0 y más impredecible que nunca. Desde luego, esto deberá tener implicaciones en los ya de por sí complicados conflictos bélicos en Ucrania y la Franja de Gaza. Imposible saber cómo terminarán las cosas, si es que en el 2025 puede alcanzarse un alto el fuego en esos conflictos. Lo que sí es un hecho es que tanto Vladimir Putin —quien dicho sea de paso este año inició su quinto periodo al frente de Rusia— como Benjamin Netanyahu no parecen disgustados con los resultados de los comicios en la Unión Americana.
En el horizonte se vislumbran cambios geopolíticos intensos e interesantes. El pronóstico del tiempo para el próximo año anuncia nubarrones y algunos poderosos ciclones, que amenazarán valores esenciales.
No nos dejemos intimidar, amigo lector, y no perdamos de vista que la libertad es irrenunciable.
Rigor y responsabilidad
Los Juegos Olímpicos en París nos hicieron recordar la importancia del tesón, el coraje, la disciplina y el trabajo para salir avante ante la adversidad. Simone Biles es ejemplar en este sentido, como también lo es Novak Djokovic: ambos nos emocionaron cuando alcanzaron el oro olímpico e hicieron historia al convertirse en dos de los mejores atletas de todos los tiempos.
Así como vimos victorias memorables, también tuvimos pérdidas. Fernando Valenzuela, Silvia Pinal, Helena Rojo, José Agustín, Javier Bátiz y Dulce se nos adelantaron, no sin antes dejar una huella imborrable en distintos ámbitos.
A nivel internacional, fallecieron figuras como Quincy Jones, James Earl Jones, Alice Munro, Maryse Condé, Paul Auster, Antonio Skármeta, Sergio Mendes, Liam Payne, Alain Delon, Iris Apfel, Marisa Paredes y Donald Sutherland. De todos nos quedan películas, libros, canciones y aportaciones que enriquecieron a nuestra especie y la hicieron más diversa.
A continuación, le invitamos a hacer a un lado la estridencia de lo viral y centrarnos en los hechos, como debe hacerlo el buen periodismo, ajeno de las consignas, las fake news y la propaganda. Nuestra cita anual está a vuelta de página y para nosotros es un privilegio hacer un registro de la Historia con su compañía y complicidad.
Hace 24 años, cuando nació Vértigo, México estaba por iniciar otra etapa histórica, la de la transición democrática. Comenzamos a hablar de una nueva época, con nuevos retos para una nueva sociedad. En el camino usted y nosotros hemos madurado y aprendido que ya no es suficiente con votar, que el compromiso con el desarrollo exige actuar, ser responsable y sobre todo no bajar la cabeza ante los problemas. Aprendimos que la Historia la escribimos todos y que de cara a un nuevo régimen es necesario convertirnos en protagonistas, no ser actores secundarios, a fin de ser garantes del cumplimiento de la ley y del respeto a nuestra libertad.
¿Qué tiempos son estos en los que tenemos que defender lo obvio?, una vez más nos cuestionamos. Ante la estridencia de lo viral, estamos convencidos de que solo con rigor y responsabilidad el periodismo cumple con su vocación de informar.
Una vez más, estimado lector, lo invitamos a recorrer estas páginas y las que habrán de escribirse durante el próximo año. Su lectura y preferencia nos compromete a madurar junto con la sociedad mexicana, a avanzar juntos rumbo a un futuro venturoso, próspero y sobre todo libre. ¡Salud y feliz 2025!