CHICAGO, agosto 21.-El nominado a la vicepresidencia Tim Walz y el expresidente Bill Clinton encabezarán la Convención Nacional Demócrata el miércoles, el tercer día del coreografiado despliegue de la nueva candidata, Kamala Harris, y de su discurso para ganarse a los votantes.
En un delicado acto de equilibrio, Harris y el desfile de demócratas que hablarán en su nombre durante toda la semana buscan aprovechar la exuberancia que ha recorrido su partido desde que el presidente Joe Biden dejó la campaña y dejó claro a sus simpatizantes que la elección será una feroz batalla y que será frustrantemente cerrada.
“Hay mucho en juego en esta elección”, dijo Harris el martes en Milwaukee, donde habló en un estadio de baloncesto profesional en Wisconsin, un estado en disputa, mientras la convención continuaba a 145 kilómetros (90 millas) de ahí, en Chicago. “Y entendámoslo, este no es 2016 ni 2020. Hay mucho más en juego”.
Y horas después, en Chicago, el expresidente Barack Obama presentó su propia advertencia: “No nos equivoquemos, será una batalla”, dijo Obama. En cuanto a toda la energía, memes y mítines que han definido la campaña desde que Harris fue nominada, Obama dijo que “esta será una contienda cerrada en un país estrechamente dividido”.
Harris trabaja para crear una amplia coalición en su apuesta por derrotar al expresidente republicano Donald Trump este otoño. Para impulsar su campaña, recurre a estrellas como Obama y su esposa, la ex primera dama Michelle Obama, y otros famosos, funcionarios desde la extrema izquierda hasta el centro, e incluso algunos republicanos.
Y aunque el tema del martes fue “una visión audaz del futuro de Estados Unidos”, las dispares facciones de la coalición en evolución de Harris demostraron, por encima de todo, que están unidas por un profundo deseo de evitar una segunda presidencia de Trump.
Los organizadores de la convención denominaron al tema del miércoles “una lucha por nuestras libertades” un guiño al concepto alrededor del que Harris ha organizado su campaña. Ella identifica a Trump como un riesgo para el derecho al aborto y las decisiones personales, pero también para la democracia misma.