SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ: UNA FIGURA DESCONOCIDA EN ESPAÑA

“Consagró su vida a la creación literaria”.

Claudia Luna Palencia
Internacional
Sor Juana Inés De La Cruz

Para la prolífica escritora Isabel Gómez Acebo reivindicar la figura femenina no solo en la historia sino también en la teología se ha vuelto su cruzada particular. La autora de escándalos como Dios también es madre y de éxitos como Invisibles o Perseguida por el amor dice a Vértigo sentirse muy satisfecha de su nueva publicación, titulada Sor Juana Inés de la Cruz. Confesión general.

Se trata de un libro biográfico y novelado sobre la vida de Juana Inés de Asbaje Ramírez de Santillana, nacida en San Miguel Nepantla, Tepetlixpa, el 12 de noviembre de 1648, aunque hay historiadores que datan la fecha de su nacimiento en 1651.

Fue una religiosa jerónima y escritora novohispana, exponente del Siglo de Oro de la literatura en español, y también recurrió al uso del náhuatl clásico dentro su creación poética. Está considerada la mejor poeta del barroco español del siglo XVII.

Es una figura que, como indica Gómez, es bastante conocida y estudiada en México, pero la también llamada décima musa es desconocida en España.

“Este libro he demorado en escribirlo casi dos años. Yo me enamoré de esta figura. Los españoles sabemos lo que sabemos de la Conquista de América, de Pizarro o de Cortés, pero allí nos quedamos. A mí me ha impresionado el México colonial con tantas obras y libros; y también la hermosa arquitectura de México”, apunta la autora nacida en Madrid en 1940.

Gómez argumenta que los españoles supieron convivir con los aztecas y hacer una sociedad variopinta: “Los criollos, los indígenas, me ha fascinado ver cómo han podido convivir y crear un México tan creativo en arquitectura, en literatura, en todos los ámbitos”.

Revolucionaria

—¿Cómo le dio por el feminismo teológico?

—Yo no era nada feminista. Me casé muy joven y tuve muchos hijos, pero me gusta estudiar y de repente decidí que haría Derecho y vi un anuncio de teología y decidí estudiar teología. Siendo mujer con seis hijos estudié cinco años y luego comencé a dar clases y allí descubrí el feminismo. Dios nunca ha querido mujeres subordinadas.

—¿Por qué un libro sobre Sor Juana Inés de la Cruz?

—Empecé a seguir su figura y descubrí a una persona muy adelantada para su tiempo. Ella tenía una gran inteligencia y se encontró con que la sociedad no la entendía; personas como ella existen y hacen que las sociedades avancen. Me parecía muy injusto dejarla en el olvido en España.

Añade que “la contrarreforma española fue muy ortodoxa y esta mujer era revolucionaria. Sus poemas de amor y también religiosos son fruto de esa inquietud innata; ella era descendiente de españoles, nació en un mundo rural y fue educada en la corte virreinal de México. Contó con la amistad y protección de virreinas y algunos obispos, pudiendo cumplir con su labor literaria. Por el contrario, muchas personas, como su confesor, no aprobaban su actividad”.

—¿Qué encontró en su investigación sobre esta figura del Barroco?

—Para mí es un icono protofeminista. Su figura despertó mi interés cuando conocí detalles de esta mujer intelectual, que se decantó por la vida conventual en San Jerónimo, México, para gozar de mayores posibilidades donde seguir estudiando. Ahí consagró su vida a la creación literaria, hasta que toda esa labor sufrió un freno.

Entonces, prosigue Gómez Acebo, “he cuestionado la razón de ese freno: ¿Fue por respetar la orden del obispo, quien consideraba inapropiada la actividad literaria a una religiosa o fue ella misma quién se impuso el silencio para consagrarse enteramente a Dios? ¿Se convirtió y abandonó las letras para siempre o solo dejó pasar un tiempo para reflexionar? En Sor Juana Inés de la Cruz. Confesión general, doy la palabra a la protagonista en esta biografía novelada para que ella misma responda”.

De la obra de Sor Juana Inés de la Cruz se van rescatando cosas y Gómez recuerda cómo le surgió la idea de abordar esta investigación: “Yo empecé este libro porque leí una noticia sobre una sala de subastas en Nueva York que puso a la venta varios manuscritos suyos. Luego en su testamento aparecieron también escritos que no había publicado, se sabe que había muchos pergaminos y textos”.

Venta frustrada

El hecho que refiere la escritora española sucedió el 31 de agosto de 2022, tras una intervención del gobierno de España para recuperar dos de los tres libros de la escritora novohispana, sor Juana Inés de la Cruz, que la casa Swann Auction Galleries intentó subastar en Nueva York.

La subasta fue impedida gracias a la intervención de la Oficina del Fiscal de Distrito de Nueva York y del jefe de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil española.

“La operación para recuperar estos volúmenes forma parte de una investigación en torno del contrabando de varios libros antiguos impresos en Barcelona y en Madrid a finales del siglo XVII. Se inició en septiembre de 2021 al detectarse que un particular intentaba vender tres libros de sor Juana Inés de la Cruz”, de acuerdo con información de RTVE.

El primero en intervenir fue el Ministerio de Cultura y Deporte de España que mediante un escrito pidió a la casa de subastas detener la venta de dichos tomos. El precio de venta inicial rondaba de 80 mil a 120 mil dólares.

“Según la investigación realizada por la Guardia Civil, luego de su salida del Convento de las Carmelitas Calzadas de Santa Ana, los libros pasaron a engrosar, en cinco volúmenes, la colección particular de un residente de Cataluña. A la muerte de esta persona, parte de esta colección fue adquirida en 2011 por una conocida librería de Madrid, que a su vez la vendió a un empresario mexicano aficionado a la literatura antigua”, según RTVE.

Al morir el nuevo dueño los ejemplares fueron comprados por un empresario norteamericano que precisamente pidió a la casa de subastas ponerlos a la venta. En algún momento de todo este recorrido, se cree que los cinco volúmenes fueron reencuadernados en tres.

Revisionismos cuestionables

Recientemente, en España, el titular de Cultura, Ernest Urtasun, inició una cruzada para descolonizar los museos, tanto el Nacional de Antropología como el de América.

La intención de Urtasun es superar un marco colonial anclado en inercias de género o etnocéntricas que han lastrado en muchas ocasiones la visión del patrimonio, de la historia y del legado artístico.

“La revisión de las colecciones permanentes era necesario, entre otras cosas, para cumplir con los compromisos internacionales de España adoptados en programas y declaraciones intergubernamentales, y siguiendo la nueva definición de museo del Comité Internacional de Museos (ICOM), que introduce los valores de diversidad cultural y participación de las comunidades”, declaró Urtasun.

Se le preguntó su opinión a Gómez Acebo y respondió: “¿Los frisos del Partenón, realmente Reino Unido va a devolverlos? Cada país ha colonizado a su manera. Hay que reconocer lo bueno y lo malo. Cada episodio histórico tiene su lado bueno y malo… Yo creo que la parte que le toca a España en México es muy positiva; y claro, hay aspectos cuestionables, como el hecho de que se aprovecharon de los indígenas. No fuimos peores colonizadores que otros; de hecho, nosotros nos mezclamos con los indígenas; la raíz misma de los mexicanos es parte española y parte indígena”.

—Hay ahora una corriente que intenta borrar el pasado…

—Creo que hay que tender puentes entre el pasado y el presente. No es lo mismo el siglo XVII que el siglo XXI, la mentalidad es diferente. La propia Sor Juana Inés de la Cruz se indignaba porque a los esclavos los llevaban en los barcos de hortalizas y ella lo cuestionaba, ella estaba en contra de la esclavitud.

Agrega que “sus poemas expresan gratitud, incertidumbre, miedo, denuncia y amor. Por ejemplo, cuando en su interior se refiere a la desigualdad y la injusticia de las que son víctimas las mujeres, consecuencia de que los hombres se consideran superiores, hacen las leyes y las normas”.

Al respecto, Andrea Imaginario, especialista en artes, literatura e historia cultural, refiere que sor Juana Inés de la Cruz dejó una huella indeleble no solo por la excelencia de su obra sino también por haberse enfrentado a los límites impuestos a las mujeres en el complejo periodo colonial.

Por ejemplo, Imaginario explica que Sor Juana Inés de la Cruz dirige a su confesor, Antonio Núñez de Miranda, su Carta de Monterrey, escrita en 1681, en la que aborda la represión intelectual que sufre a través de las autoridades y actores de la sociedad novohispana por causa de su condición de mujer.

Por último, Gómez Acebo señala que lo fundamental es reivindicar la figura de una escritora que se quedó atrapada en el Barroco y que a través de sus escritos cuestionaba a la propia sociedad de su época, lo que habla, además, de su valentía.