Solicitantes de asilo en EU se quedan en México

Tras las medidas fronterizas anunciadas por Trump

Redacción
Internacional
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Migrantes duermen frente a un cartel del estado de Tijuana.
Foto: AP

Atotonilco de Tula, Hidalgo, 24 de enero. Cuando Dayana Castro se enteró de que la cita para solicitar asilo en Estados Unidos por la que había esperado más de un año fue cancelada de un momento a otro, no lo dudó: se dirigiría al norte como fuera.

A esta migrante de 25 años, su esposo y sus hijos de cuatro y siete años no les quedaba nada en su país, Venezuela. Ya habían superado el peligroso Tapón del Darién que separa Colombia de Panamá y a los grupos criminales que se aprovechan de personas en su situación.

Castro era una de las decenas de miles de migrantes en todo México que tenían citas programadas para solicitar asilo en la frontera de Estados Unidos hasta febrero, hasta que el presidente Donald Trump asumió el cargo y emitió una serie de órdenes ejecutivas para reforzar la seguridad fronteriza y reducir la migración. Una de ellas anuló el uso de la aplicación CBP One, que había permitido que casi un millón de personas, muchas buscando asilo, ingresaran legalmente al país desde enero de 2023.

“Pensamos seguir”, afirmó Castro desde un pequeño refugio en el centro de México, junto a la vía de un tren de mercancías que iban a tomar hacia el norte, recordando que no podrían dar marcha atrás después de todo lo que pasaron, de todos los países que cruzaron.

Ahora, los migrantes como ella se están adaptando a una nueva e incierta realidad. Muchos siguen decididos a llegar a Estados Unidos por vías más peligrosas, a bordo de trenes de mercancías, contratando a contrabandistas y esquivando a las autoridades. Algunos hicieron fila en las oficinas de refugiados de México para solicitar asilo en el país, mientras que otros contemplaban la posibilidad de regresar a casa.

Trump declaró el lunes una emergencia nacional en la frontera entre Estados Unidos y México y anunció planes para enviar tropas estadounidenses y restringir el paso de refugiados y solicitantes de asilo, alegando que quiere frenar las entradas ilegales y el delito fronterizo. Las medidas siguen a un descenso de los cruces ilegales en los últimos meses.

Los defensores de la app CBP One utilizada por personas como Castro para intentar ingresar de forma legal sostienen que puso orden en una frontera caótica. Los críticos, por su parte, afirman que fue un imán para atraer a más migrantes.

Adam Isacson, analista de supervisión de defensa para la organización de derechos humanos Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos, dijo que la represión migratoria de Trump seguramente disuada a los migrantes a corto plazo, pero también provocará una serie de consecuencias humanitarias en cadena.

Las personas con solicitudes de asilo válidas pueden morir en sus propios países, apuntó, mientras que los migrantes que huyen de países como Venezuela, Cuba o Haití, que no pueden regresar fácilmente a casa, pueden terminar flotando por América “completamente desprotegidos”. Isacson y otros analistas esperan que las políticas de Trump lleven a una mayor demanda de contrabandistas y empujen a los migrantes —muchos de ellos menores y familias— a zonas más peligrosas para evitar ser capturados.

(Con información de AP)