Srinagar, India, 25 de abril. Soldados de la India y Pakistán intercambiaron disparos brevemente en su frontera altamente militarizada en la disputada región de Cachemira, en el Himalaya, indicaron funcionarios indios, mientras aumentan las tensiones entre los rivales nucleares tras un ataque esta semana que dejó varios turistas muertos.
India ha descrito la masacre de 26 personas, la mayoría de ellas indias, como un “ataque terrorista” y acusó a Pakistán de respaldarlo. Islamabad niega cualquier conexión con el atentado de parte de hombres armados cerca de la ciudad turística de Pahalgam, en la parte de Cachemira que controla India. El ataque fue reivindicado por un grupo insurgente, hasta ahora desconocido, que se hace llamar Resistencia de Cachemira.
En medio de la tensión, tres funcionarios militares indios señalaron que soldados paquistaníes dispararon contra una posición india en Cachemira ayer por la noche. Los oficiales, que hablaron bajo condición de anonimato de acuerdo con las normas, informaron que los soldados indios respondieron y no se reportaron bajas.
El Ministerio de Exteriores de Pakistán declinó comentar sobre el informe.
Crecen las tensiones
El ataque del martes en Cachemira fue el peor registrado en años y dirigido contra civiles en una región donde, desde hace más de tres décadas, se libra una rebelión contra India. Desde entonces, las tensiones han aumentado peligrosamente entre India y Pakistán, que han librado dos de sus tres guerras por Cachemira, que ambos reclaman en su totalidad.
El miércoles, India suspendió un crucial tratado de reparto de agua que ha resistido dos guerras entre los dos países y cerró el único cruce fronterizo terrestre funcional entre las dos naciones vecinas. Un día después, revocó todas las visas a ciudadanos paquistaníes, una medida que entrará en vigor el domingo.
Pakistán respondió con enojo que no tiene nada que ver con el ataque y canceló las visas emitidas a ciudadanos indios, cerró su espacio aéreo a las aerolíneas de propiedad o gestión india y suspendió el comercio con el país. Nacionales de ambos lados comenzaron a regresar a sus países de origen a través de la frontera de Wagah cerca de la ciudad oriental de Lahore, en Pakistán este viernes.
Islamabad también advirtió que cualquier intento indio de detener o desviar el flujo de agua sería considerado un “acto de guerra”. La suspensión del tratado de agua podría llevar a escasez de agua en un momento en que partes de Pakistán ya están batallando con la sequía y la disminución de las lluvias.
Pakistán también ha advertido que podría suspender el Acuerdo de Simla, lo que sería un paso importante y preocupante. El tratado de paz firmado después de la guerra entre India y Pakistán de 1971 estableció la Línea de Control, una frontera de facto altamente militarizada que divide Cachemira entre los países.
La ONU pide moderación
La ONU pidió a los dos países que “actúen con la máxima moderación y garanticen que la situación y los acontecimientos que hemos visto no se deterioren aún más”.
“Creemos que cualquier problema entre Pakistán e India puede y debe resolverse pacíficamente, a través de un compromiso mutuo y significativo”, apuntó el comunicado.
India y Pakistán administran cada uno una parte de Cachemira. Nueva Delhi describe toda la militancia en Cachemira como terrorismo respaldado por Pakistán. Islamabad lo niega y muchos musulmanes cachemires consideran a los insurgentes como parte de una lucha por la libertad.
Residentes y policías en el sur de Cachemira dijeron que soldados indios detonaron explosivos en las casas familiares de dos presuntos milicianos a quienes acusaron de estar involucrados en el ataque del martes. En el pasado, las tropas indias han demolido casas como una forma de castigar la militancia en Cachemira.
Las autoridades dicen que están investigando a dos hombres locales y dos ciudadanos paquistaníes por su presunta participación en el ataque. Los funcionarios no han dado más detalles ni compartido ninguna evidencia.
Protestas en las calles
En tanto, cientos de personas se manifestaron en Muzaffarabad, la capital de Cachemira administrada por Pakistán, para denunciar la suspensión del tratado de reparto de agua.
Los manifestantes corearon consignas contra el primer ministro indio Narendra Modi y quemaron su efigie antes de dispersarse pacíficamente. También se llevaron a cabo pequeñas movilizaciones similares en otros lugares.
El Senado de Pakistán condenó el ataque, mientras aprobaba una resolución denunciando el intento de Nueva Delhi de vincular a Islamabad con él y la suspensión del tratado de agua.
Cientos de manifestantes también salieron a las calles en la capital de India, Nueva Delhi, donde la mayoría de los mercados estaban cerrados en protesta por los asesinatos. Exigieron acciones contra Pakistán.
“Ahora nuestra paciencia se ha agotado”, dijo la manifestante Surekha Sharma. “Ahora queremos venganza por esto.”