DAMASCO, diciembre 8.- Los sirios salieron a las calles el domingo entre disparos de celebración después de un sorprendente avance rebelde que llegó a la capital, poniendo fin a los 50 años de férreo gobierno de la familia Assad pero planteando preguntas sobre el futuro del país y la región en general.
Multitudes entusiastas se reunieron en las plazas centrales de Damasco, ondeando la bandera revolucionaria siria en escenas que recordaban a los primeros días de la Primavera Árabe, antes de una brutal represión y el surgimiento de una insurgencia que sumió al país en una guerra civil de casi 14 años.
Otros saquearon alegremente el palacio presidencial y la residencia de la familia Assad después de que el presidente, Bashar Assad, y otros altos funcionarios desaparecieran, sin que se conociera su paradero. Rusia, un aliado cercano, dijo que Assad dejó el país después de negociaciones con grupos rebeldes y había dado instrucciones para transferir el poder pacíficamente.
Abu Mohammed Al Golani, un excomandante de Al Qaeda que rompió lazos con el grupo hace años y dice abrazar el pluralismo y la tolerancia religiosa, lidera la facción rebelde más grande y estaba posicionado para trazar la dirección futura del país.
El fin del gobierno de Assad supone un golpe importante para Irán y sus aliados, ya debilitados por más de un año de conflicto con Israel. Irán, que había respaldado fuertemente a Assad durante la guerra civil, dijo que los sirios deben decidir su futuro “sin una intervención extranjera destructiva y coercitiva”.
El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu anunció el domingo que fuerzas israelíes habían tomado una zona de amortiguación en las Alturas del Golán que data de 1974, luego que tropas sirias abandonaron sus posiciones.