Washington.— La segunda semana del presidente Donald Trump en el cargo estuvo marcada por una serie de órdenes caóticas y decisiones polémicas que parecieron revivir los momentos más agitados de su primer mandato.
Desde una retractación sobre un memo que congelaba los fondos federales hasta acusaciones infundadas tras un trágico accidente aéreo cerca de Washington, la Casa Blanca vivió una semana cargada de controversias. Además, Trump intensificó su lucha contra las instituciones federales que había prometido liderar, destituyendo fiscales clave y tomando medidas drásticas contra el FBI.
Nuevo gobierno, viejos problemas
A pesar de que la primera semana de Trump en su segundo mandato había mostrado una administración relativamente organizada, la segunda semana estuvo plagada de confusión. Uno de los episodios más destacados fue el memo que intentaba congelar los fondos federales para diversas subvenciones, lo que provocó interrupciones a nivel nacional y demandas judiciales. Este memo fue bloqueado temporalmente por un juez y finalmente cancelado.
Sin embargo, el presidente continuó lanzando acusaciones infundadas. Tras el accidente aéreo, Trump culpó sin pruebas a las iniciativas de diversidad, equidad e inclusión (DEI) en el gobierno, creando más polémica en medio de una tragedia.
Trump remodela Washington a su manera
Durante su campaña para las elecciones de 2024, Trump dejó claro que no iba a hacer ajustes menores en Washington, sino que buscaría una transformación radical, especialmente en agencias como el Departamento de Justicia. Tras asumir el cargo, su gobierno indultó a muchos de los implicados en los disturbios del 6 de enero y comenzó a destituir a fiscales que habían trabajado en esos casos. Además, varios altos funcionarios del FBI fueron presionados para que se jubilaran o fueran despedidos.
El cambio no solo fue político, sino también cultural. Funcionarios del Tesoro renunciaron y se eliminaron ciertos programas federales relacionados con la ideología de género, evidenciando la dirección del gobierno para reducir lo que considera una “agenda liberal”.
La lucha contra la diversidad, equidad e inclusión
Uno de los focos de atención del gobierno de Trump fue su lucha contra las políticas de DEI en el sector público. El presidente y sus seguidores consideran que estas iniciativas son discriminatorias y promueven la incompetencia. El gobierno incluso ordenó a los empleados federales denunciar cualquier programa relacionado con DEI que persistiera en el gobierno.
Lo más polémico ocurrió cuando, tras un accidente aéreo en Washington, Trump sugirió sin fundamentos que las políticas de diversidad eran responsables del desastre. Frente a la presión de los periodistas, el presidente respondió: “Porque tengo sentido común”.
La congelación de fondos federales
La Casa Blanca se vio obligada a retractarse de un memo que había anunciado la congelación de los fondos federales destinados a diversos programas sociales, como vivienda, salud y servicios para veteranos. Este intento de recorte provocó una fuerte reacción pública, incluida una crítica del líder demócrata en el Senado, Chuck Schumer, quien calificó el plan de “cruel”. La medida fue cancelada, pero las órdenes ejecutivas subyacentes que buscan restringir el gasto gubernamental aún permanecen vigentes.
La guerra comercial y sus repercusiones
Trump, quien en el pasado aseguró que las “guerras comerciales son buenas y fáciles de ganar”, comenzó a imponer aranceles a Canadá y México, lo que desató una ola de represalias de ambos países. El presidente argumentó que los aranceles eran necesarios para frenar el tráfico de fentanilo y la inmigración ilegal. México y Canadá, los dos principales socios comerciales de Estados Unidos, respondieron con medidas de represalia, afectando directamente las relaciones comerciales.
La amenaza a los trabajadores federales
El gobierno de Trump también inició un proceso para reducir la fuerza laboral federal, ofreciendo a los empleados un paquete de “licencia pagada” si decidían renunciar. Esta medida generó preocupación sobre el impacto en la eficiencia del gobierno y si la administración estaba buscando crear un ambiente de trabajo tóxico.
Trump respondió a las críticas diciendo que “todos son reemplazables” y que si los empleados se iban, encontrarían “buenas personas” para reemplazarlos.