REAJUSTES EN EL PIB EUROPEO MIENTRAS SE PIDE NEGOCIAR CON TRUMP

“Nadie tiene la certeza de que no surgirán nuevos aranceles”.

Internacional
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PIB europeo

El panorama ha sido alterado por la nueva política comercial norteamericana, utilizada como arma coercitiva y de presión contra terceros países.

Aquí en Europa no hará falta aguardar a la reunión de Primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM), del 21 al 26 de abril, para reajustar a la baja la perspectiva del crecimiento esperada para este año: la guerra arancelaria provoca una incertidumbre y volatilidad con buena dosis de pesimismo cuyos efectos van trasladándose a la economía real.

Los agentes económicos están abrumados: los inversores contienen sus decisiones, nerviosos ante una política comercial errática, cuyos ajustes en las tarifas arancelarias cambian volublemente según varía la opinión de Donald Trump. Las economías no saben si finalmente tienen o no nuevos aranceles alcistas con Estados Unidos o si bien se incluyen dentro de la pausa de 90 días para los aranceles recíprocos anunciados por el mandatario norteamericano.

En la propia oficina de Marco Rubio, secretario de Estado norteamericano, se reconoce que reciben más de 50 llamadas diarias de diversos países preguntando sobre su situación arancelaria. Todo un desastre.

La imprevisibilidad es un jarro con agua helada para la economía mundial y Trump, junto con sus políticas, está enfriando el panorama tanto de corto como de mediano plazo.

En las previsiones realizadas en octubre pasado el FMI avizoró un PIB mundial de 3.2% para 2025 y el BM lo estimó en 2.7%; ambas son perspectivas que la política arancelaria del nuevo gobierno de EU ha dinamitado.

Por lo pronto, habrá que reajustar a la baja el PIB de Estados Unidos y de China; en octubre pasado, el FMI estimaba un PIB de 2.2% para la economía norteamericana y de 4.5% para China. Esa previsión sucedía sin los nuevos aranceles.

El panorama ha sido alterado: dentro de la nueva política comercial norteamericana, utilizada como arma coercitiva y de presión contra terceros países, EU ha impuesto un arancel de 145% a las importaciones chinas (125% más 20% del arancel por el tema del fentanilo) y el gobierno de Beijing ha contraatacado imponiendo un arancel de 125% a las importaciones norteamericanas.

Como el escenario es cambiante, nadie tiene absolutamente la certeza de que no surgirán nuevos aranceles mientras permanecen en pausa los aranceles recíprocos de Trump contra 150 países.

Además, desde marzo pasado ya están en vigor los aranceles de 25% sobre todas las importaciones estadunidenses de acero y de 10% a las de aluminio; y los aranceles automotrices de 25% que afectan a México y a Canadá.

Efectos

Un reciente estudio publicado por el Banco de la Reserva Federal de Richmond advierte del impacto negativo que tendrá precisamente el arancel de 25% en el sector automotriz y en toda su cadena de valor. La industria automotriz es junto con la industria de la construcción uno de los pilares básicos de la generación de riqueza de una economía.

De acuerdo con este análisis las regiones de EU más integradas en las cadenas de suministro de las industrias automotrices y metalúrgicas resentirán un fuerte impacto derivado de la nueva situación arancelaria. Se trata de estados como Michigan, Ohio e Indiana.

Innes McFee, economista en jefe de Oxford Economics, analiza que los efectos de los aranceles de Trump no se resentirán de manera uniforme ni a nivel industria ni a nivel países: los más afectados son y serán las naciones con economías cuyas exportaciones tienen a Estados Unidos como socio principal.

Si bien los economistas en Europa no dudan de que habrá una rebaja en el crecimiento, en lo que hay división de criterios tiene que ver con varios aspectos: 1) si habrá recesión en el mundo; 2) si habrá recesión en la Unión Europea (UE); y, 3) si habrá estanflación en EU y en la UE.

En opinión de McFee, si bien es posible que se evite una recesión mundial, es probable que los volúmenes del comercio global se vean afectados significativamente.

A nivel país, dependerá de su grado de vinculación con la economía norteamericana. En China, por ejemplo, el gobierno de Xi Jinping estudia una serie de medidas internas para suavizar el golpe arancelario; en la eurozona, Oxford Economics anticipa una reducción en el crecimiento del PIB de 0.2 a 0.3 puntos porcentuales debido a los nuevos aranceles.

Hay países como Reino Unido cuyo PIB está rebajándose con escenarios en que la economía británica no crecería siquiera 1% en 2025; pero todo depende de la actitud de Washington para negociar y de la capacidad de reacción de la política monetaria y fiscal ante la adversidad.

Mientras que en Asia-Pacífico la mayor vulnerabilidad se observa en Vietnam, Corea del Sur y Taiwán, por lo contrario, India y Filipinas son economías mucho mejor preparadas ante las perturbaciones arancelarias; de hecho, India es la única economía que posiblemente crecerá siete por ciento.

Y en América del Norte son Canadá y México los más castigados, si bien hay otros países en América Latina que se librarán en gran medida de la peor parte de estos aranceles.

Indecisiones de Trump

Mientras el banco de inversión JP Morgan dilucida si la economía norteamericana caerá en recesión este año y eleva esta probabilidad de 40 a 60%, en Europa el banco holandés ABN Amro predice que el PIB de la UE estará en torno de 0% con la enorme posibilidad de tener un trimestre en negativo.

¿Habrá estanflación en la UE? Este fenómeno surge cuando sucede una alta inflación y un estancamiento económico durante un determinado lapso que no es cortoplacista, sino que dura varios trimestres; e inicia con una alta inflación y una caída en la economía.

En este sentido, Gumersindo Ruiz, profesor emérito de la Universidad de Málaga, descarta que España o el resto de la UE caigan en estanflación: “Es muy pronto para afirmarlo; nosotros no tenemos el escenario de Estados Unidos”.

Del tema de la inflación, el economista español cree que no tiene por qué haber en España o en el resto de la UE un grave problema inflacionario: “La UE es muy dependiente del precio de la energía y en estos momentos sigue a la baja; los economistas en España observamos que quizá sucederá alguna subida puntual de precios, pero no una subida generalizada o fuera de control. No vemos estanflación; no en España ni en la UE”.

Ahora bien, prosigue Ruiz, el estancamiento económico es mucho más probable “porque habrá una reducción de la actividad exportadora, pero deberemos estar pendientes de cómo se compensará lo que unos sectores pierdan en exportación, con otros sectores que incrementarán su producción; por ejemplo, la industria de defensa”.

Ruiz insiste en que los escenarios actuales son muy cambiantes y eso complica una visualización objetiva del primer semestre del año: “Ya lo hemos visto, Trump de repente ha dejado fuera de los aranceles extraordinarios a los teléfonos y ordenadores importados de China. Con ese nivel de indecisión nadie puede hacer una predicción correcta; pero estanflación, de haberla, será en Estados Unidos; aquí en la Unión Europea vamos a reforzar nuestro mercado interno y buscaremos diversificar nuestros socios externos; y tenemos mecanismos en política fiscal y monetaria, más ayudas de la UE para reducir el golpe de los aranceles”.

De la industria armamentista la Comisión Europea, que encabeza Ursula von der Leyen, desde hace más de un mes anunció un plan denominado ReArm Europe dotado con 800 mil millones de euros para detonar la inversión en la industria militar de la UE. Se trata de un balón financiero para desarrollar en un plazo de 20 años una industria europea que producirá sus propias armas en vez de depender de la industria armamentística norteamericana.

Es un primer paso para lo que algún día se espera tener: un ejército común europeo. El coronel José Luis Calvo Albero, director de la División de Coordinación y Estudios de Seguridad y Defensa, dijo en exclusiva a Vértigo que la UE demorará años, sino es que décadas, en tener su ejército común: “Estamos viendo los primeros pasos para invertir más en la propia industria de armamento europea, pero estamos muy lejos de tener un ejército común”.

Reajustes a la baja

Diversos bancos centrales llevan a cabo reuniones para reajustar sus proyecciones. Hace unos días, José Luis Escrivá, gobernador del Banco Central de España, confirmó a TVE que la institución rebajará sus previsiones sobre el desempeño de la economía ibérica.

La última valoración de la institución indicaba que la economía española crecería 2.7% en 2025, pero tras el anuncio de las tarifas de 20% para los productos de la UE se realizará una modificación a la baja. Aunque hay un impasse de tres meses dado a conocer desde la Casa Blanca no van a aguardar para reeditar el marco macroeconómico de este año.

“Trump está provocando una perturbación de oferta con un potencial de generar caídas en la actividad económica o una desaceleración en aquellas economías, como la española, que están creciendo a niveles relativamente altos”, señaló Escrivá.

En 2024 la economía española creció 3.2% impulsada por la demanda interna; el turismo masivo y los fondos de recuperación de la UE. El PIB español tuvo el año pasado un mejor desempeño respecto de Alemania, Francia e Italia.

Para 2025 los aranceles de Trump podrían generarle a España un impacto mínimo, pero no por ello menos importante, restándole 0.5 puntos en su crecimiento y llevando al PIB a ubicarse entre 2 y 2.5 por ciento.

El año pasado solo Malta, Croacia y Chipre crecieron más que España con 6, 3.8 y 3.4%, respectivamente. Por el contrario, Alemania se contrajo 0.2%, mientras que Francia e Italia lograron un crecimiento tibio de 1.1 y 0.7%, respectivamente.

Joachim Nagel no descarta una recesión para Alemania: el presidente del Bundesbank reconoce que la economía germana atraviesa serios problemas estructurales y que además lucha contra vientos en contra, que solo empeorarán en la medida en que Trump prosiga con sus políticas arancelarias de castigo.

También Marc Schattenberg, economista senior de Deutsche Bank Research, señala que la economía alemana se encamina hacia un tercer año muy complicado.

Alemania fue el único país del Grupo de los Siete (G7) que no creció en los últimos dos años y la reactivación de la economía fue un tema clave durante la campaña electoral. El gobierno será formado a principios de mayo con Friedrich Merz a la cabeza, tras integrarse una coalición entre el grupo conservador Unión Demócrata Cristiana (CDU/CSU) y el Partido Socialdemócrata. El nuevo canciller ha prometido más deportaciones, frenar la inmigración y reflotar a la economía germana mediante un fuerte programa de incentivos.

Merz lleva días hablando de un posible libre comercio entre Estados Unidos y la UE de cero aranceles, aunque hay puntos controvertidos porque las normas fitosanitarias europeas prohíben casi 500 pesticidas, insecticidas y químicos utilizados por los fabricantes estadunidenses; e incluso están prohibidas las compras de pollo norteamericano, que los productores lavan con cloro.

Trump está presionando por todas partes: si la UE no quiere los aranceles de castigo debe comprometerse a comprar más gas norteamericano y dar luz verde para las adquisiciones de pollo estadunidense y más productos agrícolas que no cumplen con la normativa fitosanitaria europea.

Esa es la disyuntiva inmediata: aceptar las condiciones de Trump o convencerlo de un acuerdo de libre comercio UE-Estados Unidos de cero aranceles.

De acuerdo con Newsletter European la relación comercial anual entre la UE y Estados Unidos, valorada en un billón de euros en bienes y servicios, está sometida a graves tensiones.

La Comisión de Comercio de la UE cree que aranceles de 20% contra las importaciones que realiza EU de la Unión Europea reducirían en 85 mil millones de euros los ingresos en sectores clave como el automotriz y el de maquinaria y equipo.

Dado que Estados Unidos representa 12% de la demanda externa de la UE, una caída repentina de las exportaciones sería difícil de compensar a corto plazo. Es decir, no sería rápido que la UE pueda recolocar dichas exportaciones castigadas en otros mercados. El llamado es a renegociar.

Estimaciones del FMI antes de los aranceles de Trump

País PIB 2024 PIB 2025

Estados Unidos 2.8% 2.2%

Alemania 0.0% 0.8%

Francia 1.1% 1.1%

Italia 0.7% 0.8%

España 2.9% 2.1%

Reino Unido 1.1% 1.5%

Canadá 1.3% 2.4%

China 4.8% 4.5%

India 7.0% 6.5%

Brasil 3.0% 2.2%

México 1.5% 1.3%

Rusia 3.6% 1.3%

PIB Mundo 3.2% 3.2%

Fuente: elaboración propia con datos del FMI

La estanflación ya está presente en EU

La UE sabe que no quedará indemne e intenta con cabeza fría devolver el golpe arancelario, pero al mismo tiempo quiere llevar a Donald Trump hacia la negociación, sin que ello signifique sumisión.

A la vez, pretende reconstruir una estrategia comercial diversificada. El reciente viaje del presidente de España, Pedro Sánchez, a China para reunirse con el mandatario Xi Jinping, ha servido de antesala para el encuentro que tendrá Ursula von der Leyen con el presidente chino en la segunda quincena de julio próximo.

Si juega bien sus cartas la UE podría salir muy favorecida de esta crisis creada desde la Casa Blanca. No todo está perdido. Andrew Caruana, jefe para Europa y Eurasia del Foro Económico Mundial, recuerda que la UE e India han establecido como objetivo finalizar este año un acuerdo de libre comercio.

Bruselas no desenvainará la espada para luchar contra un inestable, ambicioso y prepotente como lo es Trump, pero tampoco permitirá que EU arrastre al grupo comunitario en su declive imperialista.

La gran mayoría de los analistas cree que el gran perdedor de las maniobras nocivas trumpistas será la propia economía norteamericana, mientras el mundo buscará una mayor diversificación a fin de reducir su exposición hacia el mercado de EU.

La analista Laurent Maurel, de Goldbroker, señala que más allá de los choques sistémicos causados por la introducción de aranceles y las declaraciones contundentes que avivan las llamas de una creciente guerra comercial se observa un nuevo equilibrio de poder.

La experta llama la atención en la estrategia seguida desde la Casa Blanca: “Este cambio de rumbo marca una ruptura con la lógica económica predominante en las últimas décadas. En lugar de optar por un estímulo keynesiano clásico, que fomentaría el consumo y la inversión pública, la administración eligió el enfoque opuesto: esta estrategia tiene como objetivo reducir los flujos financieros excesivos y fomentar la producción en lugar de la demanda”.

¿Qué efectos tiene? Maurel habla de un cambio tectónico en el equilibrio económico mundial, que en EU agravaría aún más la situación de una estanflación: “Las cifras del ISM de febrero decepcionaron en términos de actividad, mientras que sorprendieron al alza en cuanto a los precios; el índice general cayó a 50.3 desde 50.9 el mes anterior, lo que indica una desaceleración; el componente de nuevos pedidos cayó a 48.6 (desde 55.1), lo que indica un debilitamiento de la demanda, mientras que el empleo cayó a 47.6 (desde 50.3), lo que revela una contracción en el mercado laboral. Por el contrario, el indicador de precios pagados subió bruscamente a 62.4 (desde 54.9), lo que pone de manifiesto las persistentes presiones inflacionistas”.

Maurel puntualiza que este contraste entre la desaceleración de la actividad y el aumento de los costos muestra que la estanflación está ya arraigada en Estados Unidos.