Bratislava, Eslovaquia, 7 de febrero. Enormes multitudes se reunieron en decenas de ciudades y pueblos de Eslovaquia para realizar protestas sonoras contra las políticas prorrusas del primer ministro populista Robert Fico.
La última ola de manifestaciones antigubernamentales fue impulsada por el reciente viaje de Fico a Moscú para conversar con el presidente ruso Vladímir Putin, una visita poco común al Kremlin por parte de un líder de la Unión Europea (UE) desde que comenzó la invasión total de Ucrania por parte de Moscú el 24 de febrero de 2022.
Las recientes declaraciones de Fico, que sugirieron que la orientación de la política exterior de Eslovaquia podría involucrar la salida de la Unión Europea y la OTAN, contribuyeron a la ira de los manifestantes.
“Renuncia, renuncia”, fue el claro mensaje para el primer ministro. “Eslovaquia es Europa”, coreaban.
Las últimas manifestaciones tuvieron lugar en 41 localidades en Eslovaquia, aumentando desde 28 hace dos semanas, y en otras 13 ciudades en el extranjero, declararon los organizadores.
Son las mayores demostraciones desde las que surgieron en 2018 por los asesinatos de un reportero investigador y su prometida. La crisis política subsiguiente llevó al colapso del gobierno anterior de Fico.
Fico, quien sobrevivió un intento de asesinato en mayo de 2024, ha escalado la tensión en el país acusando a los organizadores de las protestas de estar en contacto con extranjeros que organizaron recientes protestas antigubernamentales en Georgia y de estar bajo control de las autoridades de Ucrania, quienes, según él, están tratando de provocar un golpe de Estado en Eslovaquia. Las autoridades no han proporcionado pruebas de la afirmación, que ha sido desestimada por la organización Paz para Ucrania.
Las opiniones de Fico sobre Rusia han diferido marcadamente del consenso europeo. Regresó al poder el año pasado después de que su partido de izquierda Smer (Dirección) ganara una elección parlamentaria con una plataforma prorrusa y antiestadunidense.
Desde entonces, ha terminado con la ayuda militar a Ucrania, criticado las sanciones de la Unión Europea contra Rusia y prometido bloquear la entrada de Ucrania a la OTAN. Declaró al presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, como enemigo después de que Ucrania detuviera el suministro de gas ruso a Eslovaquia y algunos otros clientes europeos.