Islamabad, Pakistán, 26 de noviembre. Partidarios que exigen la liberación del exprimer ministro paquistaní Imran Khan rompieron un cerco de seguridad en la capital de Pakistán y se enfrentaron a las fuerzas del orden. La violencia relacionada con las protestas dejó seis fallecidos.
Los muertos incluyen a cuatro elementos de seguridad y un civil embestidos por un vehículo en una calle. El primer ministro Shehbaz Sharif condenó el ataque, diciendo que un “grupo anarquista” tenía como objetivo las fuerzas del orden. Nadie se responsabilizó del atropello. Un policía murió en otro incidente.
Poco después de la medianoche, el ministro del Interior Mohsin Naqvi advirtió que las fuerzas de seguridad responderían con fuego real si los manifestantes disparaban contra ellos.
“Si vuelven a disparar balas, se responderá con balas”, indicó.
La policía utilizó gas lacrimógeno para intentar dispersar a las multitudes. Muchas personas más han resultado heridas, incluidos periodistas que fueron atacados por partidarios de Khan. Decenas de seguidores de Khan golpearon a un videógrafo que cubría la protesta para la agencia The Associated Press y le robaron su cámara. Sufrió heridas en la cabeza y estaba siendo tratado en un hospital.
Los medios paquistaníes han dejado de filmar y fotografiar la manifestación, centrándose en cambio en las medidas de seguridad y las calles desiertas de Islamabad.
Khan, que lleva más de un año en prisión y enfrenta más de 150 casos criminales, sigue siendo popular. Su partido, Pakistan Tehreek-e-Insaf (PTI) afirma que las acusaciones en su contra tienen motivos políticos.
Las autoridades dicen que solo los tribunales pueden ordenar la liberación de Khan, quien fue destituido en 2022 mediante un voto de desconfianza en el Parlamento. Está encarcelado desde su primera condena en un caso de corrupción, en agosto de 2023, y ha sido sentenciado en varios casos.
En un intento por frustrar la protesta, la policía arrestó a más de cuatro mil partidarios de Khan desde el viernes y suspendió los servicios de móvil e internet en algunas partes del país. El jueves, un tribunal prohibió las manifestaciones en la capital y Naqvi dijo que cualquiera que violara la prohibición sería arrestado.
Viajar entre Islamabad y otras ciudades se ha vuelto casi imposible debido a los contenedores de carga que bloquean las carreteras. Todas las instituciones educativas permanecen cerradas. Los servicios de internet móvil y las plataformas de mensajería tienen graves interrupciones en Islamabad.