MOSCÚ, julio 5.-El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, visitó Moscú el viernes para discutir con el presidente ruso, Vladímir Putin, la posibilidad de un acuerdo pacífico en Ucrania, un viaje poco habitual de un dirigente europeo a Rusia que suscitó la condena de Kiev y de líderes europeos.
La visita de Orbán se produce sólo unos días después de que realizara un viaje similar a Ucrania sin previo aviso, en el que se reunió con el presidente Volodymyr Zelenskyy y propuso que Ucrania considerara aceptar un alto al fuego inmediato con Rusia.
“El número de países que pueden hablar con los dos bandos está disminuyendo”, dijo Orbán. “Hungría se está convirtiendo poco a poco en el único país de Europa que puede hablar con todos”.
Hungría asumió la presidencia rotatoria de la Unión Europea con el inicio de julio, y Putin insinuó que Orbán había acudido a Moscú como alto representante del Consejo Europeo. Varios altos funcionarios europeos rechazaron esa insinuación y dijeron que Orbán no tenía mandato para nada más allá de una discusión sobre las relaciones bilaterales.
El primer ministro húngaro, considerado en general como el mandatario europeo que mantiene relaciones más cordiales con Putin, ha bloqueado, retrasado o suavizado sistemáticamente algunos intentos de la Unión Europea para ayudar a Kiev e imponer sanciones a Moscú por sus acciones en Ucrania. Desde hace tiempo aboga por el cese de las hostilidades en Ucrania, pero sin esbozar lo que ello podría significar para la integridad territorial del país o su seguridad futura.
Esta postura ha frustrado a los aliados de Hungría en la Unión Europea y la OTAN, que han calificado las acciones de Rusia como una violación del derecho internacional y una amenaza para la seguridad de los países de Europa del Este.