Roma, Italia, 20 de febrero. El papa Francisco continúa recuperándose de la neumonía que padece, y este día desayunó fuera de la cama y trabajó con sus asistentes en el hospital mientras algunos de sus cardenales lo animaban y aseguraron que la Iglesia Católica estaba muy viva y bien incluso en su ausencia.
“Si realmente quieres que descanse, tienes que hospitalizarlo”, bromeó el cardenal Jean-Marc Aveline, el arzobispo de Marsella, Francia, refiriéndose a la ética laboral de Francisco. Aveline dio una conferencia de prensa del Vaticano sobre una iniciativa de paz juvenil mediterránea junto a su homólogo de Barcelona, el cardenal Juan José Omella. Pero dado el limitado número de información sobre la condición de Francisco, fueron bombardeados con preguntas sobre la salud del papa y si podría decidir renunciar si no se recupera por completo.
“Todo es posible”, dijo Aveline. Sin embargo, Omella insistió en que la vida de la iglesia continuaba incluso con Francisco en el hospital.
“Los papas cambian, los obispos cambian, los sacerdotes en las parroquias cambian, las comunidades cambian. Pero el tren sigue en movimiento”, agregó Omella.
Otro cardenal, Gianfranco Ravasi, comentó más temprano en el día sobre la posibilidad de renuncia cuando se le preguntó si Francisco podría decidir seguir los pasos de Benedicto XVI y renunciar si se enferma demasiado. Benedicto XVI fue el primer papa en 600 años en retirarse cuando concluyó en 2013 que no tenía la fuerza física para continuar con las exigencias del papado viajero.
“No hay duda de que si él (Francisco) estuviera en una situación donde su capacidad de tener contacto directo (con las personas) como le gusta estuviera comprometida, entonces creo que podría decidir renunciar”, indicó Ravasi a la radio RTL 102.5.
Francisco ya ha confirmado que poco después de ser elegido pontífice escribió una carta de renuncia en caso de que problemas médicos le impidieran llevar a cabo sus deberes. No hay disposición en el derecho canónico sobre qué hacer si un papa queda incapacitado. No hay indicios de que Francisco esté incapacitado de ninguna manera.
El portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, informó que el pontífice se despertó, se levantó de la cama y desayunó en un sillón, y durante los últimos días ha trabajado desde su habitación del hospital con sus asistentes. Los análisis de sangre del miércoles mostraron una “ligera mejoría” en algunos índices de inflamación del pontífice de 88 años, quien ya sufrió un caso agudo de neumonía en 2023 y es propenso a las infecciones respiratorias en invierno.