Washington, Estados Unidos, 29 de abril. Cientos de estadunidenses huyendo de dos semanas de combates mortales en Sudán, llegaron el sábado al puerto del país africano en el primer desalojo operado por Estados Unidos, tras completar la peligrosa travesía terrestre escoltados por drones armados.
Aeronaves no tripuladas estadunidenses, que durante días han observado las rutas de desalojo terrestre, proporcionaron vigilancia armada a un autobús que trasladaba entre 200 y 300 personas a lo largo de 800 kilómetros (500 millas) a Puerto Sudán, un lugar de relativa seguridad, informaron funcionarios estadunidenses.
Estados Unidos, que no tenía funcionarios en tierra para el desalojo, ha sido criticado por los familiares de los estadunidenses atrapados en Sudán por inicialmente descartar cualquier evacuación operada por Estado Unidos de los 16 mil estadounidenses que se calcula que están en Sudán y quieren salir.
Tropas de operaciones especiales de Estados Unidos estuvieron brevemente en la capital, Jartum, el 22 de abril para sacar por avión a empleados estadounidenses de la embajada y otro personal gubernamental estadounidense.
Al menos una decena de países ya han desalojado a sus ciudadanos, con una combinación de aviones militares, embarcaciones de marina y personal en tierra.
Un grupo variado de mediadores internacionales —entre ellos países africanos y árabes, Naciones Unidas y Estados Unidos— sólo ha logrado una serie de frágiles ceses del fuego que no han impedido enfrentamientos, pero han generado la suficiente calma para que decenas de miles de sudaneses huyan a zonas más seguras y que países extranjeros desalojen a miles de sus ciudadanos por tierra, aire y mar.
Desde que el conflicto entre dos generales rivales irrumpió el 15 de abril, Estados Unidos advirtió a sus ciudadanos que necesitaban encontrar la salida del país por su cuenta, aunque funcionarios estadounidenses han intentado contactarlos con los esfuerzos de desalojo de otros países. Sin embargo, eso cambió desde que funcionarios estadounidenses aprovecharon una relativa calma en la lucha y, desde lejos, organizaron su propio convoy para los estadounidenses, indicaron funcionarios.