París, Francia, 27 de mayo. El presidente de Francia, Emmanuel Macron, decidió levantar el estado de excepción en el territorio francés de Nueva Caledonia, en el Pacífico, en un intento por promover el diálogo político después de las revueltas que dejaron siete muertos, informó la oficina del mandatario.
La oficina de presidencia señaló en un comunicado que “por el momento” no se extenderá el estado de excepción y, por lo tanto, llegará a su fin a las 8 de la noche de este lunes, hora de París, y 5 de la mañana del martes en Nueva Caledonia.
La decisión tiene como objetivo “facilitar los encuentros de las distintas partes” del movimiento proindependentista del Frente Nacional de Liberación Kanak y Socialista (FLNKS) y permitir que funcionarios electos y otros dirigentes locales “estén en posición para solicitar” que se retiren las barricadas para asistir al lugar y reunirse con los manifestantes, indicó el comunicado.
El principal funcionario francés de Nueva Caledonia, el alto comisionado Louis Le Franc, indicó que permanecerá vigente un toque de queda vespertino y nocturno. Estará prohibida la movilización entre las 6 de la tarde y las 6 de la mañana hora local, con excepción de funcionarios públicos, profesionales médicos y otros trabajadores esenciales en turnos nocturnos y servicios de emergencia.
La prohibición de reuniones públicas, la transportación y portación de armas de fuego, y la venta de alcohol, también permanecerá vigente, agregó Le Franc.
El principal aeropuerto internacional, La Tontouta, permanecerá cerrado para tráfico comercial hasta el domingo 2 de junio, según un comunicado de la Cámara de Comercio y la Industria del archipiélago. El aeropuerto Tontouta cerró el día después de que se tornaran violentas las manifestaciones contra los esfuerzos del gobierno de Macron de enmendar la Constitución francesa y cambiar las listas de votación en Nueva Caledonia.
El aeropuerto regional Magenta, ubicado justo afuera de la capital Nouméa, ha operado en los últimos días como centro para que vuelos militares de Francia, Australia y Nueva Zelanda desalojen personas y turistas extranjeros varados en el archipiélago sacudido por los disturbios.
En vigor desde el 15 de mayo, el estado de emergencia aumentó los poderes de la policía mientras los agentes combaten la violencia más grave desde la década de 1980.
Los disturbios han suscitado nuevas interrogantes sobre el manejo que le está dando Macron al legado colonialista francés. Ha habido tensiones desde hace décadas entre los indígenas kanak, que desean la independencia del territorio de 270 mil habitantes, y los descendientes de los colonialistas y otros que quieren seguir formando parte de Francia.