MONARQUÍAS: RARA AVIS EN EL SIGLO XXI

“Muchos países de la Commonwealth votarán por separarse de la Corona”.

Claudia Luna Palencia
Internacional
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Se ignora cuánto tiempo más perdurarán y si terminarán vigentes a finales de este siglo. La más reciente coronación del rey Carlos III y la reina Camila en Reino Unido resucita el debate del futuro de la monarquía en un siglo marcado por un profundo cambio generacional y, sobre todo, por juventudes menos apegadas a los símbolos, las tradiciones, los ritos y las jefaturas de Estado por derecho divino y de sangre.

En la plenitud de 2023 un total de 44 Estados soberanos tienen diferentes tipos de monarquías: parlamentaria (el monarca es el jefe del Estado con un papel simbólico y representativo); electiva-teocrática (como El Vaticano); monarquías absolutistas (Arabia Saudita); o monarquías rotatorias (en Malasia y Brunéi) entre otros modelos más tradicionales que siguen algunos países en África.

Esta forma de poder y de mandar surgió de la mano de las primeras civilizaciones en las recién formadas polis y algunas son tan antiguas que pertenecen al 3000 antes de Cristo, como en Egipto y Mesopotamia.

Andado el tiempo la historia se ha teñido de sangre para derrocar a varias, como sucedió en Rusia o en Francia a favor de un gobierno republicano. Sin embargo, en Europa perviven doce monarquías: Reino Unido, España, Noruega, Suecia, Dinamarca, Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo, Liechtenstein, Mónaco, Andorra y Ciudad del Vaticano.

Corona británica

La de Reino Unido tiene sus propias peculiaridades. La entronización del rey Carlos III en la abadía de Westminster lo convierte además en cabeza de la Mancomunidad de Naciones (Commonwealth) formada por 54 países soberanos, independientes y semiindependientes que comparten en su mayoría lazos históricos con Reino Unido desde 1950 a la fecha.

Si bien no implica alguna sumisión a la Corona británica, sí se respeta la figura del monarca, en este caso Carlos III como en su momento sucedió con su madre, la reina Isabel II, fallecida el 8 de septiembre de 2022.

Además, esta monarquía es también especial por todo lo que la rodea, no solo la pompa y circunstancia, sino además porque guarda con el tiempo cierta flema de un pasado que sigue resistiendo a morirse.

En ninguna parte del mundo la monarquía es un símbolo tan querido como en Reino Unido. Al menos así se dejó sentir en el largo reinado de Isabel II. Con 26 años ascendió al trono en 1952 y tras siete décadas en él su vida se apagó a los 96, al fallecer en el Castillo de Balmoral.

En 70 años han pasado grandes acontecimientos mundiales: la posguerra, la etapa de la Guerra Fría, los movimientos anticoloniales en África y en Asia; la modernización y ampliación de la clase media y conflictos, invasiones, guerras, atentados terroristas cruciales como los del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.

A la monarca Isabel II le tocó, por supuesto, que su país entrase a la Comunidad Económica el 1 de enero de 1973 y que luego mutó a la Unión Europea (UE), de la que su país terminaría yéndose el 30 de enero de 2020 tras un desastroso Brexit.

De pronto pareció que sería eterna en el trono, pero su fallecimiento el 8 de septiembre del año pasado puso todos los reflectores en el heredero al trono: Carlos, el príncipe de Gales.

Su nombre de pila completo es Charles Philip Arthur George y a los 74 años inicia su reinado en una nación guiada por una monarquía parlamentaria. Y lo hace, además, de la mano de Camila Parker-Bowles, su eterno amor, cuyo idilio mantuvo incluso estando casado con Diana Spencer, la princesa que murió en un extraño accidente automovilístico el 31 de agosto de 1997.

Monarquía austera

¿Qué puede esperarse del reinado de Carlos III? Al respecto, Vértigo consultó a dos connotados expertos en temas de monarquía y casas reales, que no solo por su profesión sino también por diversas circunstancias tienen contacto con la aristocracia en España, en Reino Unido y otras partes del mundo.

En la opinión del escritor Gustavo Egusquiza la monarquía británica se ha acercado al pueblo especialmente después de la muerte de Diana de Gales, que supuso un antes y un después para la Corona.

“Se dio cuenta de ello la reina Isabel II y esa cercanía seguramente la llevará a cabo el rey Carlos III. Ahora bien, para sobrevivir tiene que modernizar la monarquía y ser ejemplar; creo que reducirán costos para tener una monarquía más moderna y reducida”, comenta convencido.

En este sentido, añade, es una tendencia en monarquías europeas reducir el núcleo duro de las familias reales: “Lo vemos aquí mismo, es el caso de la familia real española. Y Carlos y Camila serán el núcleo duro seguido del príncipe Guillermo”.

Para el escritor las monarquías en general lo tienen muy difícil para sobrevivir en el siglo XXI, sobre todo porque son instituciones que no han sido elegidas y más que nada son anacrónicas.

—A veces parece que hay cierto fanatismo por la monarquía británica…

—En las generaciones más longevas, desde luego que sí, pero en las más jóvenes no. De hecho, recientemente se llevó a cabo una encuesta y la mayoría de los jóvenes manifestó su deseo por un cambio: dejar la monarquía en favor de una república. La monarquía se enfrenta a un reto: que esas jóvenes generaciones se identifiquen con ella. Y para eso hay que estar ahí, a pie de calle. Un monarca no necesita una votación, pero sí el apoyo público de sus súbditos.

Egusquiza es un destacado periodista especializado en viajes de lujo que estuvo hospedado en el Castillo de Balmoral un par de meses antes de morir la reina Isabel II. De esa exclusiva experiencia recordó que “ya se sabía que la monarca estaba grave; eso se sabía en el círculo más íntimo de la reina”, porque ella sufría “cáncer de huesos”, una enfermedad que no se reveló más que a un círculo pequeño.

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“De hecho, el día que abandoné Balmoral el chofer, que era una persona de la zona y conocía muy bien a la reina, me dijo que ella moriría poco después de la celebración del Jubileo de platino. Y así fue. Para mí fue una despedida de una etapa, porque he vivido en Reino Unido, estudié ahí, trabajé y me he relacionado con muchos amigos de la familia real británica. Ha sido una pérdida grande”, señala melancólico.

A este autor bilbaíno no le queda duda de que Carlos III será un buen rey, “aunque tiene el hándicap de que siempre se le comparará con su madre y las comparaciones son odiosas”. Y en este caso más.

“Él es un hombre austero, le gusta la naturaleza y es conocido también por dar sus opiniones y ahora tendrá que evitar darlas porque los reyes no tienen opiniones, menos en temas políticos. Él es una figura simbólica; significa que reina, pero no gobierna. Además, sabe que debe dejarle un buen legado a su hijo, el príncipe Guillermo”, matiza.

Dudas sobre Escocia

También hay dos temas candentes que él hereda, como son Escocia y la Mancomunidad o Commonwealth. Ya Antigua y Barbuda ha dicho que hará un referendo para hacerse una república.

“Muchos países de la Commonwealth votarán por separarse de la Corona. La figura que tiene en Australia, Canadá, Nueva Zelanda y otros más es meramente simbólica y todo este escándalo con Meghan Markle y el príncipe Enrique contribuye al detrimento de la monarquía británica, que no es racista, pero sí es clasista. Eso es quizá lo que ha sentido Markle. Y por supuesto que estas acusaciones de racismo lanzadas por ella no han caído nada bien en los países de la Commonwealth y quieren cambiar su status quo”, a decir de Egusquiza.

En cuanto a Escocia, comenta el reto de evitar el referendo: “En el momento en que Reino Unido se salió de la UE hubo un cambio de tendencia de los escoceses, quienes ven perjudicados sus intereses, tanto económicos como sociales. El gobierno británico quiere evitar el referendo. Si Escocia pide su independencia se desintegraría Reino Unido, porque luego seguirían Irlanda del Norte y Gales. Para mí, el responsable de todo esto es David Cameron, quien como primer ministro convocó el referendo para salir de la UE, el Brexit, y luego el referendo de Escocia”.

—¿Cómo ve el futuro de las monarquías en el siglo XXI?

—Son un sistema de gobierno anacrónico y que tenderá a desaparecer. Solo el tiempo nos dirá qué lugar van a ocupar. Aunque creo que será cada vez menos importante. Las monarquías han dado muchos escándalos. Entonces, cuando se apaga la magia de la monarquía, la gente se empieza a cuestionar quiénes son esas personas.

En riesgo

Para Jaime Peñafiel —un veterano y renombrado periodista y escritor especializado en monarquías, quien ha sido muy ácido contra varios miembros de la casa real española que no han escapado de sus libros— la monarquía que está en más riesgo es la española, atrapada además en un bucle de escándalos que salpican la figura del rey Juan Carlos.

En cuanto al rey Carlos III, Peñafiel cree que será un monarca austero muy influenciado por su esposa Camila, designada reina al mismo nivel que su marido, “un detalle excepcional” y que dejó estipulado Isabel II antes de morir.

“Es un dato muy importante porque en el caso de España Letizia es la reina consorte y en cambio en Reino Unido Camila es reina al mismo nivel que el rey Carlos III. En la ceremonia ella ha sido coronada junto a su marido. Es algo que no se ha producido jamás en ninguna monarquía”, destaca.

Peñafiel inquiere que Camila, a pesar de su pasado bastante turbio y complicado, ha sabido reconducir el carácter caprichoso de Carlos: “Simplemente recordemos el gesto despótico de él cuando se le manchó el dedo con la tinta de la pluma el día que estaba firmando para asumir el papel de monarca; ella es un punto de inflexión”.

Es imposible no preguntarle por la situación de la Casa Real en España: qué pasará cuando el rey Juan Carlos fallezca fuera de España…

“Si el rey Juan Carlos muere en el exilio, su hijo tendrá que llorar lágrimas de sangre, porque su hijo ha demostrado ser un mal hijo expulsando a su padre. Tenemos el único caso en la historia en que un rey es expulsado no solamente de su casa, sino de su país. Esto es ir contra el artículo 19 de la Constitución española, que prohíbe expulsar a ningún ciudadano español del territorio e impedirle la entrada o que se mueva por territorio español como quiera. En eso Felipe ha demostrado que no respeta la Constitución”, responde.

Ahora bien, Peñafiel no descarta que haya presiones: “El rey Felipe VI siente que está en manos del presidente del gobierno, Pedro Sánchez, porque él no quiere a la monarquía. Sánchez lo que quiere es ser presidente de la República”.

—¿Aguantará la monarquía española lo que resta del siglo?

—En España lo que ha habido son juancarlistas, porque Juan Carlos de Borbón logró instaurar la democracia tras la muerte de Franco. Para mí fue un gran rey durante 40 años y al final su vida privada lo estropeó todo, pero no para que su hijo lo expulse de su casa y de su país. Es un mal hijo…

Peñafiel, quien es un asiduo de la televisión y las tertulias, recuerda una anécdota: “Hay una influencia de Letizia. Cuando Felipe VI anunció que se casaría con ella, que era periodista, el rey Juan Carlos le dijo muy claramente: “Te vas a cargar la monarquía”. Y sí: lo veremos. Tiempo al tiempo”.

—Entonces, España terminará el siglo XXI siendo una república…

—Soy de la opinión de que no veré a Leonor como reina. Primero, porque tengo 92 años; y, segundo, porque será muy, muy difícil que Leonor sea reina: este país es una democracia y tiene poca simpatía por la monarquía o ninguna. Repito: lo que había eran juancarlistas.

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