Claudia Sheinbaum “MÉXICO SE ESCRIBE CON ‘M’ DE MIGRANTE”

“Vamos a apoyar a nuestros hermanos del otro lado de la frontera”.

Karla Osorio Lucas
Internacional
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Migrantes

La presidenta de la República y el secretario de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente, anuncian un programa intenso de acompañamiento y ayuda en los consulados de Estados Unidos para defenderlos.

Con motivo del Día Internacional del Migrante la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo homenajeó y celebró en su conferencia matutina del 18 de diciembre a los mexicanos que viven en Estados Unidos, “héroes y heroínas que han salido adelante de forma valerosa”.

Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) México es la segunda nación —solo por debajo de India— con mayor cantidad de personas migrantes en otros países, siendo Estados Unidos su principal destino.

Por ello, Sheinbaum agradeció lo que estas personas “hacen por sus familias y por México” y les recordó que, aunque lejos, no se encuentran solos, pues su país los sostendrá en todo momento.

“A todas y todos les enviamos nuestro cariño y reconocimiento. Además de reconocerlos siempre, vamos a apoyar a nuestros hermanos del otro lado de la frontera. Ténganlo claro: esta siempre será su casa”, apuntó la presidenta.

Y como conmemoración al esfuerzo y trabajo diario de los más de diez millones de mexicanos que salieron de sus hogares para buscar una mejor vida en el país vecino, hoy motivo de orgullo e inspiración, la mandataria presentó el Himno del migrante interpretado por el colectivo Legado de Grandeza.

La canción, del género ranchero, fue escrita por los cantautores Jesse Martínez, Mauricio Ulloa, Eric Ulloa, Emilio Rodríguez, Brandon Ramos, Kevin Gallardo, Luis Sánchez, Teo Mora y Carlos Carmona.

Para su interpretación el colectivo estuvo integrado por 18 cantautores y jóvenes músicos de Tijuana, Baja California; Nezahualcóyotl, Estado de México; Durango, Durango; Apodaca, Nuevo León, y Arkansas, Estados Unidos, incluida la participación del grupo Huichol Musical.

“Este himno dignifica a los migrantes. Admiramos el esfuerzo que hacen las personas para sacar a su familia adelante; mucha gente se tiene que ir y tienen que migrar, tienen que ser valientes, tienen que pasar por muchas cosas”, expuso el colectivo Legado de Grandeza a través de un video presentado durante la conferencia.

Además, Juan Ramón de la Fuente, secretario de Relaciones Exteriores, presentó vía remota desde El Paso, Texas, en medio de una multitud de paisanos y personas de organizaciones con las que se trabaja de forma conjunta, así como los cónsules en El Paso, Nogales, Tucson, Arizona y Albuquerque, parte de los resultados de las medidas que la cancillería realiza ante la amenaza de deportaciones masivas anunciada por el presidente electo de EU, Donald Trump.

Entre dichas medidas destaca la estrategia de defensa legal para todos los mexicanos que viven en EU. “No están ni van a estar solos”, reafirmó el funcionario, quien además los alentó a conocer los organismos correspondientes para hacer valer sus derechos en caso necesario.

Sobre la simplificación de trámites De la Fuente señaló que a través de la digitalización de varios documentos —como actas de nacimiento, matrimonio y defunción— los mexicanos ya no tendrán que “estar dando vueltas innecesarias”.

Y, finalmente, refrendó el compromiso del gobierno federal para trabajar en el fortalecimiento de alianzas con la comunidad, con organizaciones sociales, servicios de salud e incluso con las propias autoridades estadunidenses.

Talento mexicano

El colectivo Legado de Grandeza es un grupo de jóvenes intérpretes, cada uno con proyectos musicales individuales, que colaboraron con el gobierno federal para “dar un regalo a nuestro país y a nuestra nación”.

Figura entre los integrantes AB Ramos, quien encontró en la música una oportunidad para rehacer su vida luego de que a los 16 años, debido a la pobreza y a la marginación, fue manipulado por la delincuencia organizada para transportar sustancias ilícitas a EU, un ejemplo de que las circunstancias no son destino.

Están también Rayo y Andrea Núñez, egresados de la Escuela de la Música Mexicana de Durango, quienes gracias a la música han cumplido sus sueños y los motiva a seguir trabajando para construir un mejor futuro.

Jessie Martínez, hijo de madre guanajuatense y padre texano de origen mexicano, interpreta con mucho orgullo una parte de la canción en espanglish, la mezcla del español y el inglés atribuida generalmente a la cultura chicana.

En las reuniones del colectivo —dijo uno de los integrantes en entrevista con un diario de circulación nacional— hubo lluvia de ideas, creatividad y ánimo para definir la última versión del himno. Mencionó además que escribieron “más de seis propuestas” antes de encontrar la que sería la definitiva.

“Hay mucho esfuerzo por aquí; lo intentamos varias veces y se concretó una acá de mi compadre que le dio pa’delante con su talento. De ahí agarramos la base y estoy muy contento de haber participado y brindar este respeto y apoyo a todos nuestros hermanos migrantes”, señaló.

El colectivo cerró recordando que su participación es una semilla para darle valor a “la esencia mexicana”, así como para instaurar una mentalidad distinta donde “ser migrante no represente una debilidad”, sino todo lo contrario, pues “se requiere de fortaleza y mucha valentía para poder emigrar”.

I am puro mexicano”

El himno arranca con una frase popular en lengua wixárika-huichol que Sheinbaum emitió en su primer discurso en la Presidencia y que traducida al español significa: “Que nadie te diga que no puedes ser lo que tú quieras ser”.

Seguido de esa motivadora entrada, la letra reconoce y enaltece el arduo trabajo de los mexicanos, motivo por el cual casi 70% de los migrantes a nivel mundial deciden salir de sus países, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI): De donde soy no nos rajamos/ Cualquier tierra la trabajamos/ El sacrificio jamás es en vano/ Que hasta el espacio hemos llegado.

Se evoca también la identidad y el arraigo con el lugar de origen, a manera del paraíso perdido con el que se sueña con volver. Y cambiamos de lugar, no de bandera/ Verde, blanco y rojo lo llevo en las venas/ Como el águila volamos sin fronteras/ Rompemos la malla que separa tierras.

Además, la nostalgia y los recuerdos por lo que dejan atrás al salir —tal vez para siempre— del lugar donde nacieron: Extraño mi rancho, también mi familia/ mi pueblo querido que no se me olvida/ aunque de este lado me trajo la vida/ Siempre para Adela como Pancho Villa.

Hay también, a cargo de la única voz femenina del colectivo, un reconocimiento a la valentía de las mujeres, pocas veces mencionadas en el fenómeno de la migración, lo que invisibiliza las problemáticas a las que se enfrentan en los trayectos a la hora de cruzar las fronteras: A nuestras mujeres y madres inmigrantes/ Un ejemplo de fuerza y valor.

Tras escuchar tocar y cantar a los jóvenes del colectivo, la presidenta Claudia Sheinbaum, quien se mostró conmovida, invitó a nuestras “paisanas y paisanos” a apropiarse del himno, que confesó: “De escucharlo se me pone la piel chinita y me llena el corazón de orgullo por ser mexicana. ¡Qué viva México!”, concluyó con los puños en alto.

Narrativas con consecuencias

Un estudio sobre las percepciones sobre la migración en México señala que las narrativas y los discursos sobre los migrantes emitidos a nivel público determinan, tarde o temprano, la manera en que estos son tratados.

“La discriminación y la violencia alrededor de las personas migrantes se potencializan por la narrativa estatal y las fuentes de información que utiliza la sociedad mexicana”, puntualiza el reporte.

Además, estas narrativas —normalmente racistas, clasistas y xenófobas— utilizan a los migrantes como chivos expiatorios para encubrir problemas y miedos profundamente arraigados en la sociedad como el desempleo (“los migrantes vienen a quitarnos el trabajo”), la inseguridad (“traen problemas”) y la violencia (“son criminales”).

En este escenario, el estudio identifica la necesidad de conocer las percepciones de la sociedad mexicana hacia las personas migrantes para distinguir cuáles son las narrativas predominantes en el discurso alrededor de la migración, así como las opiniones y actitudes que las personas tienen al respecto.

Que la presidenta de México haya dedicado parte de la mañanera a celebrar a los migrantes es un valioso esfuerzo para modificar la imagen del migrante en el discurso público y, a la larga, la violencia y discriminación que enfrentan.

Voces para los migrantes

“¿Alguna vez tuviste problemas con bandas del crimen organizado en tu país?”, es la pregunta que abre, como caja de Pandora, la cruda historia de Manu, un niño que huyó de su país porque todos los días al salir de la escuela los Maras —adolescentes apenas más grandes que él— lo trataban de “convencer” para pertenecer a sus filas.

En Los niños perdidos. Un ensayo en 40 preguntas, escrito por Valeria Luiselli, esa es tan solo una de las preguntas del cuestionario de admisión que los niños que llegan —normalmente solos— a Estados Unidos en condición de “ilegales” deben responder para que un juez decida si son deportados o no.

Valeria plasma en el libro su experiencia trabajando como intérprete en la Corte Federal de Nueva York y puede definirse como un vistazo al entramado legal y jurídico al que miles de niños y adolescentes se enfrentan tras cruzar la frontera de un país extranjero.

Hay más. “Me acuerdo de un señor que se cayó al agua cuando cruzamos el río. El señor no se podía bajar, entonces lo bajaron y lo tiraron al agua. Nadie lo ayudó, porque no te puedes quedar mucho tiempo ahí en la orilla. Nosotros nos echamos a correr”, le dice Kimberly a su nueva amiga, con la que se turna un pedacito de suelo de una habitación abarrotada para poder descansar.

La historia de Kimberly en “la hielera, la celda a la que te meten después de que te agarra migración”, y que se llama así porque “hace mucho frío y lo único que te dan para cubrirte es una cobija como metálica”, es tan solo una de las diez historias del libro Yo tuve un sueño —a la Martin Luther King—, escrito por Juan Pablo Villalobos.

El libro se basa en entrevistas realizadas en 2016 en Nueva York y Los Ángeles. Sus relatos, escritos en primera persona, cuentan las historias y motivaciones que hicieron que diez niños salieran de sus casas en busca de otra vida en Estados Unidos.