El sector automotriz, que representa cerca del 30% del total de productos que se envían a la Unión Americana, sí tendrá que cubrir una considerable cuota de gravámenes, por lo que continuarán las negociaciones.
Frente al nuevo sistema comercial mundial impuesto por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, México logró un trato preferencial al ser excluido de los aranceles recíprocos que el mandatario estadunidense anunció el miércoles 2 de abril para 185 países, incluidos con los que mantiene tratados comerciales.
Junto con Canadá, nuestro país evadió esta nueva ronda de impuestos que le permitirán mejores condiciones de competitividad en un entorno complicado debido a la aplicación previa de aranceles de 25% a las exportaciones de automóviles, acero y aluminio de México a la Unión Americana.
La exclusión mexicana de esta medida por el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC) representa un respiro para la economía mexicana al quedar exento de ese gravamen el sector agroalimentario, las manufacturas electrónicas y eléctricas, las industrias químicas, de textil y calzado, los dispositivos médicos y farmacéuticos, así como equipos y maquinaria.
El secretario de Economía, Marcelo Ebrard Casaubón, destacó que la estrategia definida por la presidenta Claudia Sheinbaum para que el país tenga un trato preferencial y proteger el empleo está funcionando, lo que le permitirá tener mejores condiciones de competitividad y de comercio en el conflictivo entorno actual.
Nuevo orden comercial
El martes 2 de abril, que el presidente Donald Trump llamó el “Día de la Liberación” de Estados Unidos, quedó establecido un nuevo orden comercial mundial luego de que impusiera aranceles “recíprocos” a 185 países que van de 34% en el caso de las importaciones de China, y de 20% a las de la Unión Europea, medida que para los expertos desmantela gran parte de la arquitectura económica global fomentada por el propio Estados Unidos, la cual, a su vez, propiciará guerras comerciales con efectos negativos para todos.
En lo que fue su tercera ronda de aranceles desde que asumió la presidencia por segunda ocasión el 20 de enero pasado, Trump cumplió su amenaza de imponer tarifas arancelarias a naciones que tienen superávit comercial con la Unión Americana, además de un gravamen de 10% sobre las importaciones de todos los países.
Durante su esperado anuncio desde la Casa Blanca, que generó incertidumbre e inestabilidad en los mercados globales en las semanas previas, el presidente republicano aseveró que el propósito de aplicar aranceles era para fomentar la manufactura estadunidense, además de acusar que Estados Unidos ha sido “saqueado, pillado, violado y esquilmado” por otras naciones.
Reiteró que actuaba para traer cientos de miles de millones de dólares en nuevos ingresos a su país y restaurar la equidad en el comercio global.
Para imponer los aranceles declaró una emergencia económica nacional, medida con la que busca que los empleos manufactureros regresen a Estados Unidos, sin tomar en cuenta las advertencias de que sus políticas pueden causar una desaceleración económica al ser los consumidores y las empresas estadunidenses las que enfrenten el alza de los precios de las mercancías y los automóviles.
TMEC sin aranceles
Si bien en esta ocasión quedaron excluidos de gravámenes, México y Canadá ya tenían establecido impuestos de 25% a las importaciones de automóviles, acero y aluminio.
Ebrard reconoció que con el anuncio del presidente Donald Trump de aplicar aranceles a 185 países “entramos en un nuevo sistema comercial en el mundo”, por lo que ya es otro sistema comercial que regirá en los hechos.
Explicó que Estados Unidos tiene 14 tratados comerciales de Libre Comercio, y el único caso en el que no se aplicaron tarifas fue en el del TMEC, por lo que el tratado entre los socios comerciales de América del Norte se mantiene.
Y si bien resaltó que la permanencia del tratado de América del Norte era un logro mayor, se mostró cauto al reconocer que no debe darse por sentado que permanecerá así porque “en un nuevo orden comercial fundado en tarifas es muy difícil que sobreviva un tratado de libre comercio”.
Golpe al sector automotriz
El intercambio comercial entre México y Estados Unidos se rige por dos tipos de exportaciones: las que entran por el TMEC y mediante el mecanismo de nación más favorecida de la Organización Mundial del Comercio (OMC), aplicada por la Unión Americana con un cobro de 2.5% de impuestos a los países pertenecientes a esa organización y que quieren vender sus productos en territorio estadunidense.
Mónica Lugo, exfuncionaria de la Secretaría de Economía y quien participó en las negociaciones del TMEC, recuerda que desde los primeros días en que Trump tomó posesión como presidente anunció un arancel para México y Canadá por los temas de migración y tráfico de fentanilo, con 25% a todas las importaciones hacia ese país.
Agregó que después de la plática que sostuvo la presidenta Claudia Sheinbaum con el mandatario estadunidense acordaron que ese arancel se aplicaría para los productos que estuvieran fuerza del “paraguas” del tratado.
“¿Qué quiere decir esto? Son aquellos productos que no cumplen con la regla de origen establecida en el TMEC para los distintos productos que México exporta a Estados Unidos. Esto quiere decir que al menos 30% de las exportaciones mexicanas no están dentro del paraguas del TMEC”, expresó la especialista.
Mónica Lugo explicó que esas exportaciones representan cerca de 30% del total, productos que no están protegidos por el acuerdo comercial o no cumplen con la regla de origen de la OMC y que pagan 25% de arancel.
Explica que 70% de las exportaciones mexicanas restantes quedaron exentas de ese gravamen pues entran en el acuerdo comercial, excepto los automóviles, el acero y el aluminio, a los que también se les impuso un arancel de 25 por ciento.
Refiere que el sector automotriz representa cerca de 30% del total de exportaciones a Estados Unidos, lo que es un porcentaje alto, y precisa que además de exportar autos terminados México tiene una integración grande en las cadenas de valor que va desde las autopartes que se fabrican en Canadá, Estados Unidos y México, hasta la integración final del vehículo.
“Estamos hablando de un golpe muy fuerte a todo el sector y a todos los sectores que contribuyen a la industria automotriz”, resaltó.
Continúan negociaciones
Ebrard destacó que con el trato preferencial a México se protegen más de diez millones de empleos directamente relacionados con el sector exportador, al quedar exentos de gravamen los sectores agroalimentarios, de manufacturas electrónicas y eléctricas, la industria química; del vestido y el calzado, los dispositivos médicos y farmacéuticos, así como la maquinaria y equipo.
Apuntó que la prioridad que ha establecido la presidenta es la de proteger el empleo, buscar que no haya afectación a todos esos sectores que están en todo el país, y la estrategia planteada por la mandataria está funcionado pues se tiene un trato preferencial y el TMEC es el único de los firmados por Estados Unidos que tiene tasa cero de impuestos.
Explicó que la industria automotriz todavía está en negociación con Estados Unidos y concluirá en unos 40 días, ya que se tiene un diálogo permanente con funcionarios estadunidenses.
Recalcó que el gobierno de México seguirá trabajando para lograr mejores condiciones entre todos los países en materia de industria automotriz, lo mismo para el acero y el aluminio que representan un poco más de 2% de las exportaciones hacia Estados Unidos.
Insistió en que se buscará las mejores condiciones posibles para que la competitividad de México sea alta.