LOS PRODUCTOS BÁSICOS NO RECUPERAN LOS PRECIOS PREVIOS A LA PANDEMIA

“El futuro de los precios de productos básicos seguirá en manos del clima”.

Claudia Luna Palencia
Internacional
PRECIOS PRODUCTOS BÁSICOS PANDEMIA

Durante abril el precio del oro superó los dos mil 400 dólares la onza y tocó un nuevo máximo histórico.

Parece que lo peor de la inflación ya ha quedado atrás, pero todavía no hay que cantar victoria: el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) coinciden en que los precios de los productos básicos permanecerán 38% más elevados respecto de su valor promedio de los últimos cinco años previos a la pandemia.

Eso significa que recuperar los niveles de inflación estables y a la baja demorará mucho más de lo deseado para los consumidores y para los gobernantes, quienes deberán prever este escenario para sus decisiones en materia de política económica y fiscal.

Lo mismo para la política monetaria: los bancos centrales llevan medio año enfrentando las presiones de los agentes económicos deseosos de pasar de una política monetaria ortodoxa a una menos restrictiva y más laxa, con tasas de interés a la baja.

Este año el FMI estima que la economía mundial crecerá 3.2% y la inflación bajará de 6.8% en 2023 a 5.9% en 2024; y si no hay más sobresaltos en la geopolítica reduciría a 4.5% en 2025.

Las economías avanzadas son las que mejor cumplen con sus objetivos de contención y de reducción de los precios; y lo hacen de forma más gradual.

Pero todo puede pasar en un escenario nebuloso, con incertidumbre, volatilidad y cierto pesimismo hacia el futuro inmediato, influenciado por las tensiones geopolíticas en Europa con la ya larga guerra que libra Ucrania contra la invasión de las tropas rusas; y con Oriente Medio al borde de una guerra regional tras las respuestas bélicas mutuas de Irán e Israel y la ausencia de un plan de paz real para que Israel deje de bombardear a la Franja de Gaza.

Factores

Jim Wiederhold, gerente de productos de índices de materias primas de Bloomberg, explica que hay seis temas claves para tener en cuenta en relación con las materias primas: 1) Las condiciones económicas de China; 2) los conflictos geopolíticos y las tensiones globales; 3) el avance de la transición energética que reduce la dependencia respecto de los combustibles fósiles; 4) el impacto que tengan los fenómenos meteorológicos en las materias primas; 5) la trayectoria de la inflación y las políticas de los bancos centrales; y, 6) el comportamiento de los futuros de las materias primas.

El BM sostiene que los precios de los productos básicos están estabilizándose: “Entre mediados de 2022 y mediados de 2023, los precios mundiales de los productos básicos se desplomaron casi 40%. Esto contribuyó a impulsar en gran parte la reducción de la inflación mundial entre 2022 y 2023 en cerca de 2 puntos porcentuales”.

Sin embargo, desde mediados de 2023 el índice de precios de los productos básicos del BM se ha mantenido prácticamente sin cambios. “Si no se produce un nuevo recrudecimiento de las tensiones geopolíticas, el Banco Mundial prevé una caída de 3% en los precios mundiales de los productos básicos en 2024 y de 4% en 2025. Ese ritmo no bastará para controlar la inflación, que en la mayoría de los países se ubica por encima de las metas de los bancos centrales”, advierte el organismo.

¿Se ha derrotado ya la curva ascendente de la inflación? Indermit Gill, economista en jefe del BM, afirma que no es momento para confiarse porque hay cierta resistencia.

“La inflación mundial no ha sido derrotada. La caída de los precios de los productos básicos se ha topado con un muro. Eso significa que las tasas de interés podrían seguir siendo más altas de lo esperado durante este año y el próximo”, indicó el también vicepresidente senior del BM.

Justo el 1 de mayo Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, anunció que las tasas de interés de referencia continuarán sin cambio entre 5.25 y 5.50%. Se trata de los tipos de interés en EU más altos de las últimas dos décadas.

La Unión Americana tiene como objetivo reducir la inflación anual a 2%, pero está muy pendiente de la evolución del PIB: la economía estadunidense creció 1.6% en el primer trimestre del año mostrando algunos signos de desaceleración.

“Tomará más tiempo de lo esperado para confiar en un descenso de la inflación en Estados Unidos; aunque vemos poco probable que haya una nueva subida de tasas, tampoco vemos el horizonte para comenzar a bajarlas”, aseveró Powell.

Mantener las tasas altas supone desalentar el crédito que alimenta el consumo y la inversión, y con ello reducir presiones sobre los precios para contener la inflación. En general, cualquier movimiento que reduzca la liquidez en la economía tiende a frenar las subidas de precios.

“La Fed requerirá de varios meses de buenas noticias en materia de crecimiento de salarios e inflación. El crecimiento del primer trimestre ha sido más débil de lo previsto”, de acuerdo con Nancy Vanden Houten, economista de Oxford Economics.

Atención a petroprecios

Ajay Banga, titular del BM, advierte de un momento “vulnerable” que podría recrudecer si se desata una crisis energética grave que podría socavar gran parte de los avances logrados en la reducción de la inflación en los últimos dos años.

“Las fuertes tensiones geopolíticas de los últimos dos años han apuntalado el precio del petróleo y de muchos otros productos básicos esenciales, aun cuando el crecimiento mundial se ha desacelerado”, indicó.

De 2015 a 2019, antes de la pandemia, los petroprecios del crudo Brent oscilaban de media en 57 dólares; cuando Irán atacó con una artillería de 300 bombas de todos tamaños a Israel, el Brent se disparó a los 91 dólares por barril.

Las previsiones son claras: si el conflicto de Oriente Medio se intensifica en los meses por venir el Brent terminará el año por encima de los 100 dólares por barril. Los petroprecios afectarán el precio de los insumos básicos y en general de todos los commodities.

Si el año termina sin más sobresaltos geopolíticos y geoeconómicos, en 2025 los petroprecios empezarán a reducirse hacia los 79 dólares en promedio y podría volverse al escenario bajista.

Una escalada del conflicto en Oriente Medio también afectaría a los precios del gas natural, los fertilizantes y los alimentos, según señala el BM.

“La región desempeña un papel clave en el suministro de gas: 20% del comercio mundial de gas natural licuado transita por el Estrecho de Ormuz. Si se interrumpiera el suministro los precios de los fertilizantes también aumentarían de manera considerable, lo que probablemente elevaría los precios de los alimentos”, según dicho organismo internacional.

El pronóstico de referencia del BM es que los precios generales de los alimentos disminuirán un poco, 6% en 2024 y 4% en 2025. “Se prevé que los precios de los fertilizantes caigan 22% en 2024 y 6% en 2025”.

Ayhan Kose, director del grupo de perspectivas del BM, puntualiza que está surgiendo una divergencia sorprendente entre el crecimiento mundial y los precios de los productos básicos: “A pesar de que el crecimiento mundial se muestra relativamente más débil, es muy probable que los precios de los productos básicos se mantengan en 2024 a 2025 más altos que en los cinco años previos a la pandemia”.

Alimentos y sequía

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM) coinciden en señalar que 2023 fue el año más caluroso registrado a nivel global. El meollo es que el año en curso, su verano, podría superar las temperaturas récord del año pasado.

Wiederhold recuerda por su lado que a pesar del fenómeno de El Niño de 2023 las materias primas blandas, como el cacao, el café y el azúcar, registraron un sólido rendimiento; pero se afectaron otros, como la producción de los cereales.

Y la sequía, combinada con la ausencia de los ciclos de lluvias, afecta el caudal marítimo a tal punto, que siguen dándose retrasos en los envíos marítimos en el Canal de Panamá debido a los bajos niveles de agua. Otros cuellos de botella van registrándose en el Misisipi en EU y en el Rin en Europa. La mayoría de los cereales se envían a través de rutas comerciales marítimas, por lo que el clima incide como un factor dual para las cosechas y para su transporte.

El Niño es un fenómeno natural y uno de los principales impulsores del clima mundial. La etapa 2023 a 2024, que comenzó a mediados del año pasado, está condicionando la producción de los alimentos y por lo tanto su precio final.

luna-precios2.jpg

Reena Ghelani, coordinadora de Crisis Climática para la Respuesta a El Niño y La Niña, asegura que entre 40 a 50 millones de personas están afectadas por este fenómeno en diversos países.

La ONU liberó 54 millones de dólares para diversos fondos a favor de las economías más vulnerables en renglones tales como lucha contra la sequía extrema, incendios en los cultivos y pozos de agua.

La sequía en el sur de África ha provocado escasez de cosechas y un aumento de los precios de los productos básicos. El Niño también está contribuyendo al intenso calor en Asia.

También se han observado condiciones más secas de lo habitual en gran parte de México, América Central y América del Sur. Además, el Canal de Panamá experimenta un tráfico restringido debido a los bajos niveles de agua.

No hay país del mundo libre de afectaciones climáticas. El Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) advierte que la producción de trigo en Australia, el segundo mayor exportador mundial del grano, está alterada por el clima seco; mientras que la producción de aceite de palma y de arroz en Indonesia, Malasia y Tailandia podrían vivir las condiciones contrarias con intensas lluvias.

¿Qué perspectivas tiene la producción de cereales en Asia? Los expertos ven probable que una disminución de la producción de cereales y oleaginosas en Asia aumente las preocupaciones sobre el costo de los alimentos para los consumidores más vulnerables del mundo. Primordialmente en países africanos y latinoamericanos.

En especial llama la atención la situación de Australia: este país junto con Rusia y EU son los tres principales exportadores de trigo y lleva ya varios meses con una sequía acuciante que amenaza con echar abajo sus metas de producción de trigo.

Después está la producción de aceite de palma: son Indonesia y Malasia los que suministran 80% del aceite de palma mundial; sus agricultores tienen la mirada puesta en el inminente verano.

Además, este fenómeno de El Niño incide negativamente en la producción de arroz y de semillas oleaginosas en los países de Asia meridional. En India y China hay preocupación porque el clima seco reduce las cosechas.

Ghelani señala que el mundo atraviesa una etapa de transición climática y eso implica que El Niño se irá dejando atrás para dar paso a la aparición de La Niña, lo que implica climas más húmedos y lluvias abundantes.

Ambos fenómenos son extremos y no contribuyen al sano desarrollo de las cosechas; el primero, trae una sequía aguda y la segunda lluvias intensas, elevación de la humedad y hasta granizadas. Ahora mismo el futuro inmediato de los precios de los productos básicos seguirá en manos del clima, así como de la geopolítica y la geoeconomía.

El oro, por las nubes

Durante abril el precio del oro superó los dos mil 400 dólares la onza y tocó un nuevo máximo histórico. En la medida que recrudecen las tensiones geopolíticas el oro se posiciona como un valor rentable y seguro.

En países como España las casas de empeño y compra de oro al contado tienen una constante afluencia de clientes: hay gente que está vendiendo sus joyas aprovechando este boom. En el caso de la compra de oro de 14 quilates el precio oscila conforme los movimientos del metal en el mercado internacional; al cierre de abril se compraba en una media de 36 euros por onza y si es de 18 quilates 48 euros por onza.

A nivel internacional se espera que el oro alcance un valor récord en 2024 y quizá pueda moderarse el próximo año: “El oro ocupa una categoría especial entre los activos, ya que a menudo sube de precio durante periodos de incertidumbre geopolítica y normativa, como los conflictos. Se prevé que una sólida demanda de varios bancos centrales de países en desarrollo, junto con la intensificación de los desafíos geopolíticos, impulsarán los precios del oro durante el resto del año”.

En situaciones de tensiones crecientes los metales preciosos tienden a beneficiarse a corto plazo. El activo refugio del mundo, el oro, alcanzó un máximo de dos mil 62 dólares a finales del año pasado y no se descarta que al cierre de 2024 llegue a los dos mil 700 dólares.

Por lo general los precios del oro caen cuando aumentan los rendimientos reales. Esta relación se rompió el año pasado, cuando el oro subió a pesar del aumento de los rendimientos reales.