LIBERTAD: FUNDAMENTO DE LA PROSPERIDAD

“Los países ricos tienen altos niveles de libertad económica”.

Antonio Caporal
Internacional
LIBERTAD Ricardo Salinas Pliego

Una de las principales libertades es la de expresión, componente fundamental de la democracia, que ha sido objeto de ataques sostenidos en todo el mundo

durante los últimos 17 años, por lo que las sociedades deben defenderla.

En la etapa que conocemos como la era moderna de la humanidad tenemos innumerables ejemplos de cómo el entorno de libertades (económicas, políticas, sociales y religiosas) propició que las naciones generaran riqueza y, en consecuencia, sus pueblos alcanzaron altos niveles de bienestar.

Por el contrario, la pobreza se extendió en aquellos países donde los gobiernos establecieron restricciones y controles al comercio y la industria, prohibieron la movilidad de la gente, reprimieron las exigencias de libertades políticas (derecho al voto) e incluso restringieron ciertas creencias religiosas.

Ricardo Salinas Pliego, presidente de Grupo Salinas, es uno de los analistas que estudian a fondo el tema de las libertades y ha narrado a través de diversas plataformas la manera en que a lo largo de los siglos XVI, XVII, XVIII y XIX varios países generaron un entorno de libertades que a su vez impulsaron una “prosperidad envidiable y niveles de bienestar superiores” a los de aquellas naciones donde imperaban las decisiones prohibicionistas de sus gobernantes.

El ejemplo de aquellas pasadas centurias continúa vigente en este siglo XXI. Los países con regímenes autoritarios y dictaduras —donde se limitan las libertades políticas y económicas— son los que reportan los peores índices de crecimiento económico y, en consecuencia, sus sociedades tienen bajos e incluso nulos niveles de bienestar en rubros como el ingreso, la salud, educación y/o servicios públicos.

La conclusión es evidente: la libertad es la fuerza que impulsa el progreso.

Es, en definitiva, lo que mueve al mundo.

Orígenes

Desde sus orígenes el ser humano ha buscado la manera de crearse un mejor entorno, ya sea para alimentarse o bien para cuidar de su integridad física. La invención de herramientas fue un paso fundamental para lograrlo.

La evolución permitió que con el pasar de los siglos fueran más y más los instrumentos creados por los seres humanos para tener una mejor calidad de vida.

Luego llegó el intercambio de mercancías y el comercio que, de igual forma, propiciaron un significativo avance en la evolución de las sociedades.

Junto con el desarrollo económico y social de los pueblos se originaron distintas formas de gobierno (monarquías, señoríos, imperios) que en principio tenían como encomienda brindar seguridad a la gente y a la actividad comercial.

Aquellos que detentaron las primeras formas de poder muy pronto se corrompieron, se hicieron codiciosos, autoritarios e intolerantes; decidieron que ellos impondrían las reglas para la actividad comercial y, posteriormente, la actividad industrial.

Su ignorancia, codicia y talante autoritario llevó a una época prohibicionista tanto en el terreno económico como en el político y con ello limitaron la prosperidad de sus pueblos.

Enseñanzas de la historia

Salinas Pliego ha presentado algunos ejemplos de cómo las naciones que limitaron las libertades, en todos los campos, crearon condiciones de pobreza, en tanto que aquellas que permitieron el libre mercado y las libertades individuales vieron crecer el bienestar de sus pueblos.

En su Blog, el presidente de Grupo Salinas nos cuenta que en el siglo XVI surgieron dos modelos de desarrollo contrastantes: el mercantilismo en España y una economía abierta y competitiva que adoptaron los Países Bajos. “El mercantilismo promovió una interminable regulación gubernamental en la actividad económica, imposición de aranceles para proteger a los productores de la competencia extranjera y la prohibición de exportar metales preciosos. Este modelo tuvo consecuencias desastrosas de largo alcance en el bienestar de los españoles, por lo que ese país llegó al siglo XX en la más profunda pobreza, que solo se resolvió al adoptar un modelo de economía abierta”.

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En contraste, explica el empresario, “los Países Bajos, con escasez de recursos naturales y con una economía dependiente del comercio internacional, se dedicaron a importar materias primas, sin aranceles, y a transformarlas en productos terminados para ser exportados. Este fue el caso de la compra de lana de Inglaterra y la venta al exterior de sofisticadas prendas de tela. Con ello se desarrollaron diversas industrias que compitieron exitosamente a nivel global”.

Los Países Bajos, añade, “también se beneficiaron de la migración, ya que se admitió a trabajadores calificados, entre ellos judíos de España y Portugal, y protestantes de Francia, que agregaron valor y encontraron plena tolerancia religiosa. En ese entorno de libertades esta región del mundo logró una prosperidad envidiable y niveles de bienestar superiores al resto de Europa”.

Salinas expone que “otro episodio de gran dinamismo a partir del siglo XVII en Gran Bretaña se presentó cuando el Parlamento limitó la influencia de la monarquía en la economía y tomó el control de las finanzas públicas, con un sistema fiscal acotado y con menor burocracia. En este contexto, los emprendedores británicos tuvieron mayor libertad de acción, lo que propició la Revolución Industrial”.

La productividad rural “creció con mejores fertilizantes y la introducción de nuevas técnicas de cultivo, lo que fortaleció los ingresos de los campesinos y permitió generar más alimentos con menos personal ocupado. Ello propició la migración a las ciudades, donde la gente pudo dedicarse a las manufacturas. Esta industria a su vez encontró mercados para colocar sus productos entre agricultores más prósperos”.

Además, señala, “la necesidad de transportar mercancías de mayor tamaño, de manera económica y confiable, fue un incentivo para impulsar la eficiencia de la máquina de vapor de James Watt. En 1830 se abrió la primera ruta ferroviaria entre Liverpool y Manchester. Al extenderse geográficamente, el ferrocarril promovió industrias como la del acero, madera o materiales de construcción, que a su vez propiciaron nuevas actividades, en un círculo virtuoso de prosperidad”.

En este sentido, asegura que es evidente que “la mayor productividad del trabajo, a partir de los avances tecnológicos, propició un incremento gradual en los salarios y una mejora en el bienestar de amplios segmentos de la clase trabajadora en Gran Bretaña durante todo un siglo, entre 1750 y 1850”.

Por otro lado, puntualiza que “el progreso requirió un marco institucional propicio para la creación de riqueza y un elemento fundamental fue la Common Law británica, que protegió la propiedad privada frente a los intereses de la Corona”.

Al respecto, agrega: “Por su parte, la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, derivada de la Revolución Francesa, proclamó como derechos naturales del hombre la libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresión”.

Finalmente, indicó, “los Códigos Napoleónicos de principios del siglo XIX defendieron la igualdad ante la ley, el Estado laico, autorizaron el cobro de intereses en los créditos y dieron lugar a la sociedad anónima”.

En un marco similar de libertades, “derivado de su Declaración de Independencia, Estados Unidos también experimentó un extraordinario crecimiento económico a partir del siglo XIX”.

Aseveró que “un ejemplo más de prosperidad ha sido la Unión Europea, que comenzó a gestarse en 1950 y que con el tiempo permitió que mercados crecientes, derivados del libre comercio, generaran mayor especialización y competencia, lo que impulsó los niveles de vida de los europeos —al menos hasta la crisis de 2010, cuyas secuelas permanecen”.

En resumen: “La libertad es el fundamento de la prosperidad”.

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Malos ejemplos

Salinas Pliego asegura que la historia de la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (URSS) es uno de los más ilustrativos ejemplos de cómo la falta de libertades y el autoritario control gubernamental acaban con la prosperidad.

“No debemos olvidar el notable caso de destrucción de valor en la Unión Soviética. A partir de su creación en 1922 el mercado fue sustituido por planes centrales en los que la burocracia determinó cómo resolver los complejos problemas que representa determinar la producción, distribución y consumo de manera eficiente. La planeación central se realizó sin importar los costos y beneficios de los proyectos, su rentabilidad, ni las preferencias de los consumidores o los intereses de los trabajadores”, indica.

“Esto causó una creciente ineficiencia, desperdicio de recursos, destrucción de riqueza y, naturalmente, un progresivo malestar social. En el campo, por ejemplo, las granjas colectivas no ofrecían incentivos suficientes a los agricultores para alcanzar las metas de producción”, puntualiza.

También recuerda que “cuando Mijail Gorbachov tomó las riendas del país en 1985 la economía se encontraba en una profunda recesión, que alcanzaba a varias ramas industriales y agrícolas, con un grave rezago tecnológico, lo que constituyó uno de los factores que propiciaron el colapso de la URSS en 1991”.

El presidente de Grupo Salinas hace notar que “a través de la historia es clara la correlación entre libertad económica, las instituciones que la impulsan y el progreso de los países y el bienestar de su población: la innovación es hija de la libertad, especialmente en los momentos más adversos de la historia”.

Concluye: “La enorme y creciente prosperidad que la humanidad ha vivido en los últimos 300 años es producto de la constante innovación, que a su vez es impulsada por la libre competencia. De manera que: libertad, innovación y competencia es la fórmula de la prosperidad”.

Comparativos

Axel Kaiser, doctor en Filosofía, escritor, conferencista y cofundador de la Fundación para el Progreso, asegura que “la posibilidad de superar la miseria es gracias a la economía de mercado y la libertad”.

Explica: “El sistema de libertades económicas no es más que el de las libertades personales de poder emprender, adquirir bienes y venderlos, trabajar, contratar, despedir, tener propiedad sin que esta sea amenazada, libertad de competencia, ausencia de privilegios arbitrarios entregados a grupos de interés, moneda estable, apertura comercial, impuestos moderados, gobierno limitado y regulaciones razonables”.

Asevera que, en cambio, “el populista busca destruir estos elementos cuando llega al poder poniéndole la etiqueta de ‘neoliberalismo’ y, como bien lo sabemos, sin libertad económica no hay avance posible”.

Igualmente, asevera que de acuerdo con diversos libros escritos de notables economistas, así como análisis elaborados por instituciones de reconocido prestigio, como el Instituto Fraser de Canadá, “los países con mayor libertad económica en el mundo, como Suiza, Hong Kong y Singapur, crecen económicamente más de tres veces en promedio que aquellos con menor libertad económica en el mundo, como Venezuela, Bolivia y Argentina. Esto ocurre aun cuando estos últimos países poseen recursos naturales que, especialmente en los últimos años, han tenido altos precios en el mercado de los commodities”.

Agrega: “En efecto, el índice de libertad económica publicado por el Instituto Fraser muestra que los países con mayor libertad económica tienen un ingreso per cápita promedio de 37.77 dólares, contra 6.14 dólares en aquellos con menor libertad económica. En tanto, el ingreso de 10% más pobre en el primer grupo alcanza 10.646 dólares, contra 1.503 dólares en el grupo menos capitalista”.

El escritor y conferencista dice que muchos otros indicadores avalan la correlación entre libertad económica y progreso: “Por ejemplo, la mortalidad infantil es de 6.7 por cada mil nacidos vivos en el grupo de alta libertad económica y de 40.5 en el grupo de baja libertad económica, mientras las expectativas de vida alcanzan 79.4 y 65.2 años, respectivamente. Los niveles de felicidad, igualdad de género y respeto por derechos civiles y políticos muestran ser también sustancialmente mayores en los países más cercanos a la filosofía liberal”.

Afirmó que lo anterior “demuestra que la riqueza no está bajo la tierra o en los campos, sino en el ingenio de las personas, las buenas instituciones y las libertades”.

En el caso de nuestra región, el analista expone: “El problema principal de América Latina es el excesivo intervencionismo estatal de las economías. Si uno toma un ranking de libertad económica en el mundo, nos vamos a dar cuenta de que la mayoría de los países en América Latina están entre los peores en materia de libertad económica. Eso se traduce en pobreza, miseria, conflicto social; se traduce en que las economías no funcionan”.

Por lo tanto, indica, el gran desafío de los políticos de América Latina es “incrementar los espacios de libertad económica que existen en estas economías, reduciendo el populismo, la demagogia, el redistribucionismo y la retórica clasista o de lucha de clases que muchos de ellos tienen o han tenido, y la conciencia de que el Estado está ahí para sacar a las personas adelante en lugar de ellas salir adelante con su propio esfuerzo”.

Kaiser concluye: “La evidencia es muy clara en el sentido de que los países ricos tienen altos niveles de libertad económica: baja inflación, regulaciones amigables, tamaño del Estado relativamente razonable; obviamente tienen poca corrupción y muy buena protección de los derechos de propiedad y apertura comercial”.

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Libertad y democracia

Freedom House es una Organización No Gubernamental que cada año, desde hace cinco décadas, publica su informe Libertad en el mundo.

En su reporte de 2023 (que ofrece datos de 2022) indica que este “fue el 17 año consecutivo de disminución de la libertad a nivel mundial. Ciudadanos de 35 países experimentaron un deterioro de sus derechos políticos y libertades civiles”.

La organización explica que “esta clasificación de los países según su grado de libertad se realiza con base en una puntuación agregada de derechos políticos y de libertades civiles que determina la condición de libre, parcialmente libre o no libre de cada país o territorio”.

Freedom House determina que el año pasado 85 de los 210 países y territorios evaluados (40.5%) eran libres, 58 (27.6%) parcialmente libres y 67 (31.9%) eran países sin libertad”.

En especial, reporta que “la libertad de expresión, componente fundamental de la democracia, ha sido objeto de ataques sostenidos en todo el mundo durante los últimos 17 años. De todos los indicadores que se utilizan para evaluar los derechos políticos y las libertades civiles, la libertad de los medios de comunicación y la libertad de expresión personal son los que han disminuido más precipitadamente desde 2005”.

Su reporte también da cuenta de que “la libertad del periodismo independiente se ha desplomado: los periodistas enfrentan ataques persistentes de los autócratas y sus partidarios. El año pasado trajo más de lo mismo, con la libertad de prensa bajo presión en al menos 157 países y territorios evaluados”.

A su vez, António Guterres, secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), expresa que “la libertad de prensa es el cimiento sobre el que se sustentan la democracia y la justicia. Gracias a ella disponemos de todos los datos que necesitamos para formar una opinión e interpelar al poder con la verdad”.

En línea con esa declaración, Audrey Azoulay, directora general de la UNESCO, señala que “la libertad de prensa es la piedra angular de las sociedades democráticas y sin un debate de ideas, sin hechos comprobados y sin diversidad de perspectivas la democracia es solo una sombra de sí misma”.

La libertad de expresión, añade, “permite a una sociedad y a un país lograr estabilidad, crecimiento económico y bienestar”, concluyó.

Para el empresario Ricardo Salinas Pliego, “la libertad de expresión nos permite defender con argumentos todas las libertades: es la principal de las libertades y por ello debemos comprometernos a promover y defender esta garantía individual”.

“Las naciones que limitaron las libertades, en todos los campos, crearon condiciones de pobreza”.

Relación libertad-riqueza
País
Índice de Libertad
Índice de Riqueza
Alemania
Alto
Alto
Australia
Alto
Alto
Finlandia
Alto
Alto
Irlanda
Alto
Alto
Japón
Alto
Alto
Países Bajos
Alto
Alto
Noruega
Alto
Alto
Suecia
Alto
Alto
Suiza
Alto
Alto
Nueva Zelanda
Alto
Alto
Afganistán
Bajo
Bajo
Cuba
Bajo
Bajo
Birmania
Bajo
Bajo
Corea del Norte
Bajo
Bajo
Somalia
Bajo
Bajo
Sudán del Sur
Bajo
Bajo
Venezuela
Bajo
Medio bajo
Nicaragua
Bajo
Bajo
Yemen
Bajo
Bajo
Tyikistán
Bajo
Bajo
*La medición de libertad es elaborada por Freedom House; la medición de riqueza por el Banco Mundial.

¿Qué es la libertad?

Las siguientes son una serie de reflexiones que un grupo de escritores, poetas, juristas, politólogos, premios Nobel, científicos y periodistas ofrecieron a Vértigo en una extensa serie de entrevistas realizadas por los reporteros de este semanario.

» La libertad debe ser una condición humana profunda.

Rigoberta Menchú / Premio Nobel de la Paz

» La libertad y la innovación son el principal impulsor del crecimiento económico de los países.

Ulises Ruiz-Esparza / Científico

» Limitar la libertad de prensa es limitar la democracia.

Ricardo Trotti / Exsecretario ejecutivo de la SIP

» Libertad es poder alzar la voz y socializar propuestas e ideas para mejorar al país y a las instituciones.

Rafael Martínez Puón / Académico e investigador

» La libertad es no ser sometido a otros y no ser violentado por otros.

Mauricio Merino Huerta / Analista político

» La libertad de expresión es uno de los pilares de la democracia y uno de los valores más importantes de la civilización.

Paulo Tonet / Presidente de la AIR

» La libertad, el don más preciado.

Luis Alberto de Cuenca / Poeta

» Si la libertad no se entiende de manera inteligente se convierte en caos.

Juan Villoro / Escritor

» Desde el poder se intentará que la gente pierda libertad.

Santiago Posteguillo / Escritor y académico

» A mayor libertad, mayor progreso.

José Luis Rodríguez Aguirre / Expresidente de la CIRT

» La libertad es el eje de todos los sistemas de pensamiento, incluidos por supuesto el político y el jurídico.

Diego Valadés / Jurista e investigador

» Somos libres porque creamos.

Óscar de la Borbolla / Poeta

» Política y libertad van de la mano.

Ulises Corona Ramírez / Politólogo y catedrático

» La libertad es estar sujeto a las disposiciones establecidas en las leyes.

Genaro Góngora Pimentel / Ministro en retiro de la SCJN

» Una democracia debe respetar propiedad, inversión y libertad.

Luis Pazos de la Torre / Economista

» La libertad es que los individuos puedan adoptar una gran diversidad de valores, creencias, modos de vida e ideales.

Édgar Elías Azar / Expresidente del TSJ de la CDMX

» Soy un periodista que defiende la libertad.

Pedro Valtierra / Periodista

» El estado ideal de libertad es cuando las personas hacen lo que quieren hacer, pero sin lastimar a otros.

Roald Hoffmann / Premio Nobel de Química

» La libertad es el derecho que tenemos de hacer lo que nos plazca … y de asumir las consecuencias.

Sergio Sarmiento / Periodista, analista

» La libertad consiste en poder obrar y desarrollar el proyecto de vida propio sin ser obstaculizado.

Axel Kaiser / Escritor, conferencista, analista