LA DESPENSA DEL MUNDO, EN RIESGO

“Todo es válido en esta guerra”.

Martha Mejía
Internacional
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Rusia se retiró del acuerdo para la exportación de granos a través del Mar Negro, que permitía mantener el flujo de alimentos desde territorio ucraniano.

Así como Egipto fue en la antigüedad el granero de Roma, Ucrania era hace apenas un par de años la despensa de gran parte del mundo: es el tercer mayor productor de trigo y maíz, por lo que sus exportaciones son cruciales para abastecer la alimentación mundial.

Al mismo tiempo, que Rusia utilice las exportaciones de cereales como arma en el conflicto armado podría acabar costándole su amistad con gran parte del mundo, en especial con China, desencadenando una verdadera crisis en la seguridad alimentaria global.

“Los más vulnerables pagarán el precio más caro por el colapso del acuerdo”, declaró António Guterres, secretario general de la ONU, al inaugurar la Cumbre de Naciones Unidas sobre los sistemas de Alimentos en Roma, Italia.

Lamentó que desde ya se estén viendo los efectos en precios más altos de trigos y granos. “Los costos del trigo han aumentado más de 14% desde el lunes pasado, cuando Rusia se retiró del acuerdo, y los del maíz han subido más de 10%. Tanto Rusia como Ucrania son esenciales para la seguridad alimenticia mundial. Por mi parte, sigo comprometido a facilitar el acceso irrestricto a los mercados globales para los productos alimenticios tanto de Ucrania como de la Federación Rusa y facilitar la seguridad alimentaria que toda persona merece”, añadió.

Por su parte, en México, el Consejo Nacional Agropecuario (CNA) explicó en un comunicado que esta decisión rusa representa una amenaza para el abastecimiento de granos en diversos países y podría tener un impacto significativo en los mercados internacionales de commodities.

Ello, agregó, tiene implicaciones para el sector agroalimentario mexicano porque “se generarán presiones alcistas de precio en granos y oleaginosas” y “posibles afectaciones en suministro de fertilizantes”.

Precisó que en el caso de México no se experimentaría escasez de cereales como el maíz y el trigo, ya que cuenta con excedentes nacionales y tiene una fuerte dependencia de las importaciones provenientes de Estados Unidos.

El conflicto

El 24 de febrero de 2022 Vladimir Putin, presidente de Rusia, ordenó a sus tropas bombardear e invadir Ucrania en lo que suponía la primera gran agresión de este tipo en Europa desde el término de la Segunda Guerra Mundial en 1945.

Para muchos rusos Ucrania sigue siendo un territorio muy ligado a ellos, algo que también piensan muchos ucranianos. Pero los rusos también consideran a Ucrania un “hermano menor” y no aceptan que los ucranianos puedan dirigir sus propios destinos y decidir lo que quieren.

Putin y parte de los políticos rusos conservan vigente la idea de ser un imperio. Para ellos representa una clase de humillación que Ucrania siga su propio camino en la política internacional.

Así ha pasado más de un año desde que Rusia invadió al territorio ucraniano. Las muertes y lesiones militares y civiles en ambos lados se estiman en cientos de miles, mientras que millones más de ucranianos han sido desplazados de sus territorios de origen.

Parece que en esta guerra todo es válido: vidas humanas se han perdido, gran infraestructura y ahora toca el turno a los costos económicos mundiales, uno de ellos es la exportación y abastecimiento de granos.

Alerta

Cuando Rusia invadió Ucrania en febrero de 2022 su armada bloqueó los puertos ucranianos en el Mar Negro. No obstante, en julio de ese mismo año Turquía, en conjunto con Naciones Unidas, lograron un acuerdo con Rusia y Ucrania por medio del cual se garantizaba la seguridad y el paso de buques de carga a lo largo de un corredor en el Mar Negro de 310 millas náuticas de largo y tres millas náuticas de ancho, hacia y desde tres puertos ucranianos para más de 40 países en tres continentes.

El acuerdo también permitía a la armada rusa inspeccionar los barcos que entraban en el Mar Negro vía el Bósforo o estrecho de Estambul, para asegurarse de que no transportaban armas.

A nivel mundial el tratado diplomático fue calificado como una gran victoria que ayudó a aliviar la crisis de altos precios de alimentos en todo el mundo desatada por la invasión rusa. Sin embargo, Rusia anunció el 17 de julio que se retiraba de forma “inmediata” del acuerdo, alegando que sus propias exportaciones de alimentos y fertilizantes se han visto perjudicadas por sanciones occidentales.

Al negociar el acuerdo la ONU le prometió a Rusia que le ayudaría a que aumentaran sus propias exportaciones de granos y fertilizantes. Si bien Occidente no ha impuesto sanciones directas a los productos agrícolas rusos, otras sanciones han disuadido a empresas navieras, bancos internacionales y aseguradoras de negociar con sus productores.

Por ello Rusia solicitó que su banco agrícola estatal, el Rosselkhozbank, volviera a ser incluido dentro del sistema global de pago SWIFT (del que los bancos rusos fueron excluidos tras sanciones en junio de 2022). Como respuesta, la ONU le sugirió a Rusia que abriera una subsidiaria del banco, que sería incluida en el sistema SWIFT, pero desde Kiev se rechazó la propuesta, afirmando que le tomaría demasiado tiempo.

Otros esquemas sugeridos, como el procesamiento de pagos de alimentos y fertilizantes a través del banco estadunidense J.P. Morgan Chase o del African Export-Import Bank tampoco lograron concretarse, por lo que el gobierno ruso salió del acuerdo con la promesa de regresar si se cumplen sus condiciones.

¿Cómo afecta el bloqueo?

De acuerdo con analistas los países africanos, que dependen de los suministros ucranianos, son los que más temen una hambruna. No obstante, uno de los mayores consumidores de este alimento básico es la China comunista. Ahí la sequía en el norte y las inundaciones en el sur han disminuido considerablemente las cosechas de cereales y arroz. Ahora el líder chino Xi Jinping tendrá que decidir pronto su estrategia: seguir asintiendo la guerra de agresión rusa o garantizar la alimentación de su pueblo.

Actualmente China intenta tapar los vacíos de suministro con grano procedente de Australia, Canadá y Francia.

Por su lado, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, afirmó que su país tiene la intención de continuar exportando granos. “Se nos han acercado empresas que poseen barcos y están dispuestas a continuar enviando granos si Ucrania acepta dejarlos entrar y Turquía acepta dejarlos pasar”, declaró.

A su vez, Nikolay Gorbachev, presidente de la Asociación de Cereales de Ucrania, indicó a una cadena televisiva estadunidense que sus miembros identificaron medios alternativos para exportar granos, incluso a través de sus puertos en el río Danubio, pero admitió que esos puertos serían menos eficientes, lo cual reduciría la cantidad de granos que Ucrania puede exportar y aumentaría los costos de transporte.

Mientras tanto el mundo sigue esperando el suministro de alimentos.