JUSTIN TRUDEAU SE VA

“Tanto a Canadá como a México les conviene mantener el TMEC”.

Internacional
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Justin Trudeau

Pérdida de apoyo político y crisis económica propician su dimisión, la cual fortalece a los conservadores que en ese país señalan a México como fuente de sus propios problemas internos.

La renuncia de Justin Trudeau al cargo de primer ministro de Canadá luego de casi diez años de encabezar el gobierno de ese país pondrá fin a una época de gobierno canadiense que se distinguió por avances importantes para la nación de la hoja de maple bajo la conducción del carismático y joven político del Partido Liberal.

Esa década de ejercer el poder, sin embargo, trajo al mismo tiempo para los liberales canadienses un desgaste natural y hoy abre la posibilidad de regreso para el Partido Conservador, luego de que en 2015 sucumbió ante la renovación y el viento fresco que representó Trudeau.

Agobiado por divisiones al interior de su partido, alta inflación, aumento del costo de la vivienda y las tensiones que ha creado el aumento de la migración, el todavía primer ministro de Canadá decidió dar un paso a un lado para que su partido pueda elegir a un líder que pueda competir con los conservadores en las elecciones nacionales que habrán de celebrarse antes de octubre próximo.

Distractor político

El anuncio del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, de aplicar aranceles a las exportaciones canadienses, forma parte de la crisis política por la que atraviesa el Partido Liberal de Canadá, azuzada por líderes y gobernantes conservadores que intentan responsabilizar a México por la introducción de productos provenientes de China a América del Norte y el tráfico de fentanilo, lo que rechaza tajantemente el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.

Para diversos analistas consultados las acusaciones de Partido Conservador son más bien un distractor político para tratar de ocultar las verdaderas causas de sus graves problemas internos, derivados del bajo crecimiento económico, el aumento de los precios de los productos de consumo y de las viviendas, lo que provoca el descontento de los canadienses.

El lunes 6 de enero Trudeau anunció su decisión de dimitir al cargo que ocupó durante casi una década, anuncio si bien sorpresivo ya también esperado en ese país luego del constante debilitamiento y la caída de la popularidad que experimentó el joven líder del Partido Liberal.

La renuncia en el mes de diciembre de una de sus principales aliadas, Chrystia Freeland, quien se desempeñaba como ministra de Finanzas y fungía además como viceprimera ministra, quien argumentó que su dimisión se debía a la existencia de diferencias “sobre el mejor camino a seguir en Canadá”, puso en jaque el gobierno encabezado por Trudeau.

Acosado por problemas internos que se fueron agravando en 2024 y una drástica caída de popularidad de su gobierno, el todavía hoy primer ministro decidió no buscar un cuarto mandato consecutivo.

Acusaciones sin sustento

El debilitamiento de Trudeau fue aprovechado por el liderazgo del Partido Conservador canadiense, que encabeza Pierre Poilievre y ahora se perfila como candidato natural de ese partido para abanderar las causas conservadoras en Canadá en las próximas elecciones nacionales, rumbo a las cuales se encuentra arriba en las preferencias electorales.

Además, en este entorno de crisis política canadiense, el tema de la posible aplicación de aranceles a los productos de exportación hacia Estados Unidos, como amenazó Trump, provocó que dirigentes conservadores buscaran justificar su problema interno con acusaciones contra México, tercer integrante del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC).

El líder conservador Poilievre, por ejemplo, afirmó a finales del año anterior que estaba dispuesto a negociar un acuerdo comercial con Estados Unidos que excluya a México y que haría lo que sea necesario para preservar la relación entre Ottawa y Washington.

Resaltó que tomaría esta decisión porque Canadá exporta a Estados Unidos 60% del total de su comercio, por lo que tienen más comercio con su vecino del sur que con el resto del mundo. “Haré lo que sea necesario para preservar y proteger esa relación por encima de las otras”, recalcó.

Esta postura de tratar de excluir a México del acuerdo trilateral de comercio de América del Norte tiene apoyo de gobernantes conservadores como Doug Ford, jefe de gobierno de la provincia de Ontario, la más industrial del país, quien insiste en pedir que México sea expulsado del TMEC “por abrir sus puertas a las inversiones de China”.

Ford afirma que la relación de México con China está costando empleos en Estados Unidos y Canadá, y que las autoridades mexicanas deben decidir si están con Pekín o con Washington.

“El problema es China, que está enviando componentes baratos a México y México les coloca una pegatina que dice ‘Hecho en México’ para enviarlos a Estados Unidos y Canadá, lo que cuesta empleos estadunidenses y canadienses”, asevera.

Beneficios mutuos

Como líder del Partido Liberal, Trudeau defendió en un principio que México siguiera formando parte del acuerdo comercial, pero presionado por la oposición y debilitado políticamente viró su percepción al afirmar que era posible que Canadá “tenga que buscar otras opciones si las autoridades mexicanas no aplican medidas férreas respecto de China”.

En respuesta, el secretario mexicano de Economía, Marcelo Ebrard, afirmó que a Canadá no le convendría mantener con EU una relación comercial sin México, ya que la economía estadunidense es mucho más grande, lo que hace que tanto a Canadá como a México les convenga mantener una relación trilateral en el marco del TMEC.

Ebrard insistió en señalar que los beneficios de una relación comercial integrada convienen tanto a México como a Canadá, pues el TMEC es un acierto y un buen tratado comercial que beneficia a los tres países de la región de América del Norte.