Majdal Shams, Altos del Golán, 29 de julio. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, prometió fuerte represalias contra Hezbollah, en medio de intensos esfuerzos diplomáticos para evitar una espiral hacia una guerra regional tras el ataque con cohetes realizado el fin de semana y el que murieron 12 niños en los Altos del Golán, controlado por Israel.
Israel culpó al grupo armado libanés del cohete enviado la tarde del sábado desde Líbano que alcanzó un campo de fútbol donde varios niños jugaban, en la ciudad de Majdal Shams, de mayoría drusa. En un acto poco usual, Hezbollah negó su participación en el ataque.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, habló este lunes con el presidente israelí, Isaac Herzog, haciendo énfasis en la “importancia de evitar una escalada” y analizando esfuerzos para lograr una solución diplomática al conflicto, que ha durado varios meses.
Desde el inicio de la guerra en Gaza, en octubre, Israel y Hezbollah, apoyado por Irán, han intercambiado fuego casi diariamente a través de la frontera. Cada una de las partes parece decidida a evitar una escalada que llevaría toda su potencia de fuego contra la otra. Pero los intercambios han aumentado, y el ataque más reciente amenaza con provocar represalias y contrarrepresalias que podrían desencadenar una guerra total.
Esta mañana, ataques israelíes alcanzaron una motocicleta en Líbano cerca de la frontera, provocando la muerte de dos personas e hiriendo a tres más, informaron medios estatales libaneses. Los ataques, que reflejan el ritmo del fuego diario transfronterizo, no parecen ser una represalia israelí por el ataque del sábado.
Miles de dolientes enterraron hoy a la 12 víctima del ataque. El cuerpo de Guevara Ibrahim, de 11 años, recorrió las calles de Majdal Shams en una procesión de dolientes vestidos de negro.
Netanyahu habló en una visita al campo de fútbol de Majdal Shams y se reunió con líderes de la comunidad drusa.
“Esos niños son nuestros niños, son los niños de todos nosotros”, apuntó, mientras las autoridades colocaban una ofrenda floral en el campo. “El Estado de Israel no puede ni debe pasar por alto esto. Nuestra respuesta vendrá, y será severa”, aseveró, y añadió que el cohete fue disparado por Hezbollah.
Cerca de ahí, unos 300 amigos, simpatizantes y familiares de los niños asesinados protestaron contra la visita de Netanyahu, gritando que se aprovechaba del derramamiento de sangre para obtener ganancias políticas, e hicieron un llamado a acabar con la violencia. Algunos llevaban imágenes de los niños y decían que no querían más muertes.