¿ISRAEL SE ALISTA PARA INCURSIONAR EN LÍBANO?

Claudia Luna Palencia
Internacional
ISRAEL- LÍBANO

Ante la petición de la ONU de un cese al fuego de 21 días solicitado

por varios países al gobierno israelí, la respuesta del primer ministro Benjamín Netanyahu

es de una absoluta negativa.

Israel está cumpliendo su palabra de no solo desarticular a Hamás sino también profundizar sus incursiones en Líbano con la finalidad de destruir a la milicia de Hezbolá, cuyo principal ente financiador es Irán.

Las maniobras ejecutadas por el gobierno de Tel Aviv son prueba fehaciente de una avanzada técnica de inteligencia militar, mucho más precisa y de un nivel de espionaje que pone en duda que el gobierno de Benjamín Netanyahu desconociera que Hamás y la Yihad Palestina planeaban los terribles atentados del 7 de octubre de 2023.

De hecho, la situación geográfica de Israel marca el derrotero de la paz en Oriente Medio: comparte frontera con Líbano al norte, con Siria y Jordania al este y con Egipto al sur. Además, limita con los territorios palestinos en Cisjordania, al este, y Gaza, al oeste.

Para el gobierno de Netanyahu, formado por una coalición de derechas y de extrema derecha, su prioridad fundamental es evitar que se repitan atentados como los ocurridos en octubre pasado y que dejaron mil 300 muertos tras una incursión terrestre de Hamás y de la Yihad Palestina en decenas de kibutz aledaños a la Franja de Gaza.

La destrucción de las amenazas y de los riesgos que vulneran su prevalencia como nación son su principal prioridad: después de Hamás está Hezbolá. Y en ese triángulo cierra la pinza Irán, denunciado por el Departamento de Estado norteamericano como el principal financiador del terrorismo no solo en Oriente Medio sino en el mundo.

En una muestra de poderío, con un ataque sin precedentes, el 17 y 18 de septiembre centenares de beepers y walkie-talkies comenzaron a explotar por todas partes del territorio libanés dejando 40 muertos y más de tres mil heridos.

Tanto Hezbolá como el gobierno libanés culparon a Israel de ser el orquestador de dichos ataques, que además abrieron una brecha en materia de seguridad mundial demostrando no solo la vulnerabilidad de estos aparatos, sino del elevado riesgo en los gadgets digitales.

En Líbano señalan al Mossad de estar detrás. Por su parte, Israel no ha confirmado su autoría, aunque sí anunció una nueva fase de la confrontación con Hezbolá que incluye bombardeos y no se descarta una incursión terrestre.

¿Pero cómo ha sido posible que los aparatos beepers y walkie-talkies explotaran si no usan la tecnología de un smart watch, un celular, una tablet o una smart tv?

Parece una película de Ian Fleming o una novela de John Le Carré, pero la realidad nuevamente supera la ficción: de acuerdo con la BBC, varios analistas de inteligencia coinciden en que las explosiones se produjeron como resultado de la implantación, por parte de Israel, de material explosivo en los dispositivos electrónicos.

Al parecer los miembros de Hezbolá cambiaron sus teléfonos móviles temiendo ser geolocalizados digitalmente por un dron y escuchados fácilmente en una operación de espionaje y optaron por los beepers y walkie-talkies, que al parecer encargaron a BAC Consulting, con sede en Hungría.

“La escasa actividad, el corto recorrido de BAC Consulting, solo dos años desde que fue registrada y el hecho de estar constituida por un único accionista apuntan a que esta compañía podría ser una empresa pantalla utilizada por la inteligencia israelí para proporcionar estos aparatos modificados con explosivos a Hezbolá”, de acuerdo con la prensa española.

A su vez, The New York Times, citando a funcionarios y expertos, corrobora que la inteligencia israelí alteró dichos aparatos antes de ser entregados a sus destinatarios en Líbano: “En cada aparato se habrían implantado entre 28 y 57 gramos de material explosivo junto a su batería y un interruptor que podía ser accionado de manera remota”.

Ya no es únicamente el riesgo en materia de ciberseguridad y los hackers como amenaza latente y real: es que el autor de este ataque coordinado a larga distancia ha puesto sobre la mesa la eficacia de esta táctica, que en manos de terroristas significa una enorme vulnerabilidad.

“Pero estos ataques se limitan normalmente al software. Los ataques a la cadena de suministro de hardware son mucho menos frecuentes, ya que implican acceder directamente al dispositivo. Este es quizás uno de los ataques a la cadena de suministro físico más precisos de la historia”, según Dmitri Alperovitch, experto en seguridad.

Por su lado, el primer ministro libanés, Najib Mikati, afirmó que las explosiones representan una “grave violación de la soberanía libanesa y un crimen bajo todos los estándares”.

Y Hezbolá, en un comunicado, culpó a Israel por la muerte de centenares de libaneses a causa de los bombardeos que realiza.

Protestas

Terminar con los líderes

Desde el 7 de octubre pasado está muy claro que no volverán a repetirse otros hechos así en ninguna parte de Israel, afirma Lucas Martín, analista de inteligencia militar.

Para el experto español era inevitable este choque bélico con Hezbolá, que en los últimos meses y casi a diario viene lanzando diversos ataques contra el territorio israelí, muy cerca de su frontera.

La tensión actual entre Israel y Hezbolá ha subido de tono en medio del conflicto entre Israel y la Franja de Gaza, con la milicia chií atacando objetivos en el norte de Israel bajo la justificación de apoyar a los palestinos en Gaza. El temor de la ONU, que ha condenado los ataques de uno y de otro lado, es que tenga un alcance regional.

Durante la semana de reuniones de la ONU por su 79 Asamblea General, tanto Francia como Reino Unido intentaron que prosperase una declaración conjunta del Consejo de Seguridad exigiendo a Israel un inminente alto el fuego en Líbano.

No obstante, no prosperó: solo se logró que Estados Unidos, Francia, Japón, la Unión Europea, Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Arabia Saudita y otros países aliados, como Canadá o Alemania, emitieran una declaración conjunta en la que piden un alto el fuego de 21 días en la frontera de Israel y Líbano con la intención de promover una resolución diplomática del conflicto.

“La situación entre Líbano e Israel desde octubre de 2023 es intolerable y presenta un riesgo inaceptable de una escalada regional más amplia”, de acuerdo con un comunicado emitido por la Casa Blanca en el que insta a un cese de las hostilidades.

Para Israel la meta es descabezar a como dé lugar a la cúpula de esta organización, formada en la década de 1980 con el objetivo de coadyuvar a la resistencia palestina contra la ocupación israelí en el sur del Líbano. Esta milicia ha logrado con el tiempo tener un papel que atenta contra la seguridad israelí.

Su líder, Sayyed Hassan Nasrallah, sigue lanzando mensajes amenazadores contra el gobierno israelí y llama a sus milicianos a salir a la calle y luchar contra los sionistas.

En sus operaciones militares quirúrgicas la inteligencia israelí y sus fuerzas de seguridad (FDI) han logrado asesinar a varios líderes de Hezbolá, como Ibrahim Kobeisi, jefe de la unidad de misiles de este grupo; Ibrahim Aquil, quien era miembro del Consejo de la Yihad, máximo órgano militar del grupo terrorista; Fuad Shukr, uno de los principales comandantes de Hezbolá, identificado por el ejército israelí como mano derecha de Sayyed Hassan Nasrallah, líder del grupo; Mohammed Nasser y Taleb Abdallah, entre otros.

“El reciente discurso del líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, confirmó el impacto devastador de un ataque israelí en el que miles de dispositivos de comunicación utilizados por miembros del grupo explotaron simultáneamente, lo que Nasrallah calificó como un golpe sin precedentes para la resistencia libanesa”, difundió la BBC.

Sin embargo, Nasrallah dejó en claro que Hezbolá no tiene intención de detener sus ataques, reiterando que su objetivo es dificultar cualquier intento de Israel de reasentar a sus ciudadanos desplazados cerca de la frontera norte. “No permitiremos que los colonos regresen a sus casas”, declaró Nasrallah.

En sus más recientes declaraciones Nasrallah destacó que Hezbolá ve la entrada de tropas israelíes en el sur del Líbano como una oportunidad, no como una amenaza: “La llegada del enemigo facilitará las operaciones de Hezbolá para atacar a sus soldados y a sus tanques; hace tiempo que los estamos esperando”.

Nasrallah cree que Hezbolá tiene la capacidad para enfrentar a las fuerzas terrestres israelíes. Ya sucedió una vez, durante el conflicto de 2006, cuando esta milicia resistió una invasión israelí durante 34 días.

Cabe señalar que el conflicto entre Hezbolá e Israel no se limita únicamente a estos dos actores: Irán es el principal patrocinador de Hezbolá y ha prometido represalias por los recientes ataques contra sus aliados en Líbano. El comandante de la Guardia Revolucionaria de Irán, Hossein Salami, calificó los hechos como actos terroristas y prometió que Israel enfrentará una respuesta aplastante.

En esta ecuación contra Israel, precisamente Irán juega un papel fundamental. ¿Habrá finalmente un enfrentamiento bélico entre Israel e Irán? A esta pregunta de Vértigo el experto militar Lucas Martín respondió que Irán sabe que no tiene las capacidades militares que posee Israel y ve remota toda posibilidad de una confrontación directa.

“No hacen frontera, lo que implica que tendría que ser una guerra aérea con misiles y bombardeos; pero Irán no tiene forma de confrontarlo. Israel está demostrando que lleva décadas preparándose para defenderse de sus enemigos naturales. Ha venido a remarcar que son los número uno en el mundo de la inteligencia militar; ni siquiera Estados Unidos tiene capacidad para hacer algo así”, a juicio de Martín.

Ahora bien, el experto militar recomienda tener precaución ante la información que llega tanto de uno como de otro lado, porque hay un sesgo, dado que cada una de las partes implicadas da su propia versión.

“Lo que sí sabemos es que las explosiones han causado sicosis en Siria, Irán y otros países en los que hay cabecillas de distintos grupos que son enemigos de Tel Aviv”, comentó el asesor español.

Recordemos que el pasado 19 de mayo falleció en extrañas circunstancias el presidente de Irán, Ebrahim Raisi, junto con los ocho pasajeros que viajaban con él en un helicóptero Bell 212 que se estrelló en las montañas de la provincia de Azerbaiyán Oriental.

El régimen de los ayatolás no se había pronunciado, dudando de un accidente y mirando hacia la posibilidad de que el Mossad o las FDI estuvieran detrás; sin embargo, tras la explosión de los beepers y los walkie-talkies la sombra de la duda es creciente.

El diputado iraní Ahmad Bajshayesh Ardestani señaló incluso la posibilidad de que uno de estos artilugios estallase y matase a Raisi. El legislador reveló que Irán compró los mismos buscapersonas que adquirió Hezbolá y que causaron 40 muertos y más de tres mil heridos en los últimos días, según recoge el periodista Mohamad Ahwaze.

El legislador iraní denunció recientemente una cadena de fallos en la seguridad en Irán, sobre todo hackeos, y pidió que se investigue si el fallecido presidente Raisi o alguno de los miembros que viajaban con él en el helicóptero siniestrado usaban esos mismos beepers.

Por lo pronto, Israel sigue mostrando su poderío.

Supuesto complot iraní contra Trump

Steven Cheung, portavoz de la campaña de Donald Trump, señaló que fueron informados sobre una serie de amenazas reales y específicas que involucran a Irán en un complot para asesinar al candidato republicano con la intención de desestabilizar y sembrar caos en Estados Unidos.

“Los funcionarios de inteligencia han identificado que estos ataques continuos y coordinados se han intensificado en los últimos meses y los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley en todas las agencias trabajan para garantizar que Trump esté protegido y que las elecciones estén libres de interferencias”, indicó Cheung.

Se cree que la motivación iraní para matar a Trump deriva de un acto de venganza: durante la presidencia de Trump fue asesinado Qassim Soleimani, general de la división iraní, comandante desde 1998 de la élite Quds del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica. Era la mano derecha del líder supremo, Alí Jamenei.

El 3 de enero de 2020 Soleimani fue muerto en un ataque selectivo con drones durante su estancia en Bagdad. Trump, entonces en la Casa Blanca, ordenó el ataque.

¿Qué es Hezbolá?

Se trata de un grupo musulmán chií formado en la década de 1980 a partir de la larga guerra civil libanesa para luchar contra la ocupación israelí en el sur del Líbano y que terminó en 2000.

El nombre Hezbolá significa “Partido de Dios”, en árabe. En las últimas décadas se ha convertido en partido político. Es la fuerza de combate más eficaz de Líbano y ha extendido sus operaciones a Siria, Irak, Yemen y otros países de Oriente Medio.

En Líbano está profundamente arraigado en algunos sectores de la sociedad y cuenta con un amplio aparato de apoyo que incluye oficinas dedicadas a servicios sociales, comunicaciones y seguridad interna.

Hezbolá y sus aliados políticos perdieron la mayoría en el Parlamento libanés en las elecciones de 2022, pero el grupo sigue siendo una fuerza política que ejerce un control de facto en algunas partes del país, incluido el sur, fronterizo con el norte de Israel.

¿Por qué luchan Hezbolá e Israel? El ala militar de Hezbolá lleva casi un año atacando el norte de Israel en solidaridad con Hamás y su guerra contra Israel en Gaza. A este grupo lo financia Irán, que lo cataloga como parte de su “eje de resistencia”.

¿Qué opina Estados Unidos de Hezbolá? Este grupo participó en el atentado suicida contra la embajada estadunidense en Beirut en 1983, lo que ocasionó la enemistad de Estados Unidos con Líbano. En 1997 el gobierno estadunidense lo designó como organización terrorista.

Ante la petición de la ONU de un cese al fuego de 21 días solicitado por varios países al gobierno israelí, la respuesta del primer ministro Benjamín Netanyahu es de una absoluta negativa. Israel está dispuesto a librar su guerra con las consecuencias que pueda generar.