Manila, Filipinas, 2 de septiembre. Una tormenta desató deslaves e intensas lluvias que inundaron muchas zonas del norte de Filipinas durante la madrugada, causando la muerte de por lo menos nueve personas y obligando a las autoridades a suspender clases y cerrar oficinas de gobierno en la región de la capital.
La tormenta tropical Yagi se ubica a 115 kilómetros (71 millas) al noreste del poblado de Infanta, en la provincia de Quezon, al sureste de Manila. Para mediodía del lunes tenía vientos máximos sostenidos de 75 km/h (47 mph) y ráfagas que alcanzaban hasta 90 km/h (56 mph), según la agencia meteorológica.
El meteoro, que localmente lleva el nombre de Enteng, se desplaza hacia el noroeste a 15 km/h (9 mph) cerca de la costa oriental de la región de Luzón, en el norte del país, en donde la agencia meteorológica ha advertido sobre la posibilidad de inundaciones súbitas y deslaves en provincias montañosas.
Un deslave arrasó con dos pequeñas chozas ubicadas en las laderas de una colina en la ciudad de Antipolo, en la provincia de Rizal y a poca distancia al oeste de la capital, causando la muerte de tres personas, incluida una embarazada, señaló el funcionario de mitigación de desastres Enrilito Bernardo Jr.
Otros cuatro habitantes murieron ahogados por la crecida de arroyos, indicó.
El portavoz de la policía nacional, coronel Jean Fajardo, informó a la prensa sin entrar en detalles que otras dos personas murieron y diez más resultaron heridas en deslaves provocados por la tormenta en la zona central de Filipinas.
Dos habitantes murieron en la ciudad de Naga, en la provincia de Camarines Sur, en donde se registraron inundaciones en varias comunidades, señaló la policía. Las autoridades verificaban si los decesos, incluido el de una persona electrocutada, estuvieron relacionados con las condiciones climáticas.
Se emitieron alertas de tormenta para una buena parte de Luzón, la región más poblada del país, incluida la zona metropolitana de Manila, en donde las clases a todos los niveles y buena parte de las labores de gobierno fueron suspendidas debido al mal tiempo.
A lo largo de las cuencas del río Marikina, en el extremo oriental de la capital, se activó una sirena a primeras horas del lunes para advertir a los miles de residentes a estar preparados para una evacuación en caso de que el nivel del agua siga en aumento y se presenten desbordes a causa de las fuertes lluvias.