MADRID, octubre 31.- En cuestión de minutos las inundaciones repentinas causadas por los intensos aguaceros caídos el martes en el este de España arrasaron con todo a su paso. Sin tiempo para reaccionar, la gente quedó atrapada en vehículos, casas y negocios. Muchos murieron y miles de vidas quedaron destrozadas.
Dos días después, las autoridades han recuperado 158 cadáveres en la región oriental de Valencia, dos en Castilla La Mancha y uno Andalucía, y buscan a un número indeterminado de desaparecidos tras el peor episodio de lluvias de otoño en la historia reciente de España.
La gente ha comenzado a limpiar la densa capa de barro que cubre viviendas y calles llenas de escombros, mientras sufren cortes de luz y agua y la escasez de algunos productos básicos. En el interior de algunos vehículos que el agua arrastró hasta formar pilas o estrellarse contra edificios, todavía hay víctimas mortales esperando ser identificadas.