INTELECTUALES ADVIERTEN SOBRE LA BOLIVARIZACIÓN DE ESPAÑA

“Sánchez es un populista descarado”.

Internacional
Compartir
ESPAÑA

Hay un escenario nacional ríspido y políticamente espinoso: el lenguaje, los mensajes, las políticas que se llevan a cabo, la forma como se utilizan distintos contenidos para confrontar a la población entre sí…

Hace unos días Pepa Bueno, directora de El País, levantó el teléfono para comunicarle a Fernando Savater que estaba despedido: las más recientes críticas contra el gobierno de Pedro Sánchez y la línea editorial del diario que fue su casa durante casi 50 años sirvieron de pretexto para prescindir de su columna sabatina.

La gota que colmó el vaso de Bueno fue la publicación del libro Carne gobernada (editorial Ariel), en cuyo texto Savater denuncia que El País se ha convertido en “portavoz del peor gobierno de la democracia”.

En solidaridad frente al despido, otros articulistas notables han renunciado a seguir publicando sus columnas y artículos de opinión. El caso más llamativo es el de Félix de Azúa, miembro de la Real Academia Española (RAE) y cuya pluma formó parte del periódico desde su fundación en 1976.

En los últimos meses varios escritores y periodistas se han dedicado a denunciar en sus espacios una creciente y dañina polarización en España, que finalmente ha caído atrapada en las redes del populismo que tanto ha criticado en terceros países, sobre todo latinoamericanos.

Engaño

Respecto de lo que está pasando no solo en España sino en varios países del mundo cuyas democracias son puestas a prueba por los populismos como el signo de los tiempos, Vértigo entrevistó en exclusiva a Fernando Savater y Félix de Azúa.

De su más reciente despido, Savater dejó claro que su caso es algo particular, que no implica que sea algo generalizado en España en cuanto a libertad de expresión.

“Lo que está pasando es que El País se ha convertido en el periódico progubernamental de una izquierda muy radicalizada. Y yo mantenía mi postura, en mi columna, de una actitud mucho más crítica con el gobierno, porque me parece que es un gobierno muy malo… el peor que hemos tenido en democracia”, insistió el filósofo español.

En la actualidad hay un gobierno populista que ejerce el presidente Pedro Sánchez, del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), coaligado con el Partido Sumar, más los partidos independentistas catalanes y los nacionalistas vascos y gallegos.

—Al final, el populismo que se criticaba desde España ha atrapado al país. ¿Qué opina al respecto?

—Sin duda tiene usted toda la razón. Yo era de los que creían ingenuamente que nosotros, por estar en Europa y por otras circunstancias y tradiciones históricas, estábamos bastante a resguardo del populismo. Pero no. Podemos irrumpió en la política española con un populismo bolivariano con toda su fuerza y con todos sus prejuicios y ya no hemos podido librarnos.

Sánchez, agrega Savater, “es un populista descarado, capaz de pactar con los peores enemigos políticos del país para mantenerse en el poder. Y ahí estamos: tanto criticar a países americanos y de otros sitios por sus populismos, y ahora resulta que somos nosotros los que tenemos el peor populismo de los alrededores”.

Además, hay un escenario nacional ríspido y políticamente espinoso. El propio lenguaje, los mensajes, las políticas que se llevan a cabo, la forma como se utilizan distintos contenidos para confrontar a la población entre sí.

El escenario, según La Moncloa, se desdibuja en blanco o negro, algo que Savater explica así: “En este momento España debe ser el único país del mundo en que la gente se divide en socialistas o fachas. No hay nada intermedio: es el gran recurso de engaño de Sánchez”.

Autócrata

Para De Azúa hay cierta esperanza: “Soy optimista y creo que no durará mucho. Lo máximo, los cuatro años que marca la ley; pero incluso es posible que se hunda antes”.

Los dos escritores españoles se conocieron en la década de 1980, mientras ambos impartían clases en la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación en la Universidad del País Vasco, y desde entonces conservan una amistad.

—Hace unos días usted renunció a El País en solidaridad con Fernando Savater. Tal parece que hay claros intentos para callar a los críticos que incomodan a Sánchez y a su gobierno. ¿Estamos involucionando en materia democrática?

—Sánchez no es demócrata: es un autócrata a la manera venezolana, aunque limitado por las leyes europeas. Por eso está tratando de hundir al Poder Legislativo. Quiere gobernar sin control y sin oposición, como Franco.

De Azúa denuncia que en algunos medios de información, como El País, se ha impuesto un comisariado que controla las informaciones y opiniones a la manera soviética. “Los periodistas democráticos viven sometidos a un terror blanco”.

Sánchez, agrega, “ha ido poniendo a sus empleados en todos los medios e instancias de control que ha podido, desde la Agencia EFE hasta El País, pero también en bancos, agencias estatales como Correos o incluso en grandes empresas. Es un autócrata con vocación totalitaria y solo le limita el gobierno europeo”, a juicio del escritor de Lecturas compulsivas.

Populismos al acecho

Este año es tremendamente electoral: en un total de 76 países sus ciudadanos están llamados a las urnas, lo que implica para las democracias claros desafíos.

Para los europeos las elecciones que más llaman la atención tienen que ver con la cita en las urnas en Estados Unidos el 5 de noviembre, por el posible retorno del expresidente Donald Trump a la Casa Blanca.

—Hay inquietud por que las democracias terminen devoradas por los populismos, ¿qué opina?

—El problema de la democracia es que tienen que defenderla los ciudadanos. Está muy bien que haya leyes e instituciones protectoras en Estados Unidos… Afortunadamente las hay, pero por otra parte son los ciudadanos los que deciden si los gobernantes son unos u otros y pueden elegir a una persona sensata, centrada, o pueden elegir a un personaje más o menos pintoresco, pero muy peligroso para la estabilidad del país como Trump. Eso depende de los ciudadanos. Es inútil enfadarse. Y en España pasa lo mismo. Siempre he dicho que la democracia es aquel régimen político en que la culpa de lo que pase la tienen los ciudadanos.

—Pero también hay ciertos personajes cuyos narcisismos, ambiciones y hasta características mesiánicas los hacen sentirse por encima de las leyes, de las instituciones, del Estado y hasta de la democracia…

—Es muy cierto. En la Rusia de Putin o la Venezuela de Maduro la cosa está bastante peor. Maduro, por ejemplo, no deja a sus oponentes y con Putin no hay elecciones limpias; por lo tanto, no hay manera de confrontarlo con lo que realmente piensan los ciudadanos. Pero los países en los que todavía tenemos la suerte de que haya elecciones democráticas, ahí es donde tenemos que luchar para que personajes como Sánchez no se perpetúen en el poder.

Tanto Savater como De Azúa coinciden en la necesidad de otras elecciones generales para que España pueda tener un gobierno sin el chantaje de los grupos independentistas y nacionalistas.

De Azúa lo sentencia así: “Creo en una posible caída del gobierno. Las imposiciones de los separatistas vascos y catalanes han hundido el crédito de Sánchez y su capacidad de gobernar. Hay gente muy ignorante que teme a Vox, pero le parece muy bien Bildu. Es el problema del analfabetismo político que arrastra este país desde hace siglos. El jefe de los catalanes separatistas, Puigdemont, es un sicópata muy parecido a Sánchez, un déspota egocéntrico y enloquecido por su adoración religiosa a la región catalana. Uno de los dos va a perder”.

Respecto de qué ha traído de vuelta estos populismos que están atrapando a las democracias de varios países, Savater lo resume primero en la cantidad de problemas que hay en la actualidad. “El populismo da unas soluciones radicales, que naturalmente no son soluciones, solo son agravamientos del problema que existe; pero hay gente que con tal de que le den una fórmula que parece mágica se lo cree, desgraciadamente. Por eso es importante una educación cívica; unos ciudadanos bien informados políticamente son indispensables para que una democracia funcione bien. Soy partidario de que se corrijan estos males con más educación”, puntualiza el periodista vasco.

—Por supuesto, no podemos obviar que este año habrá elecciones para el Parlamento Europeo y habrá un nuevo equipo al frente de la Comisión Europea y el Consejo Europeo. ¿Qué tan mal nos puede ir?

—Tengo esperanzas de que Europa en estas elecciones se reafirme y se refuercen los partidos más europeístas y con mejores ideas para Europa. Y que no sean esas ideas que estropean o confrontan a Europa. Ya vemos lo que está pasando con los agricultores, que han sido abrumados por una serie de ideas seudoecologistas y muchas absurdas; y claro, están trayendo la ruina a los agricultores. Por lo tanto, ellos se defienden y protestan. A ver si la Europa que saldrá de las elecciones no es esa Europa burocratizada y dominada por modas intelectuales, como hemos visto hasta ahora, sino una Europa sensata.

Savater recuerda además que hay problemas y amenazas crecientes que atender, como el terrorismo de Hamás y las amenazas del islamismo radical hacia Europa. “La pregunta que se tienen que hacer las personas libres no es qué va a pasar, sino qué vamos a hacer y cómo lo vamos a hacer”.