Con el aliciente de mayores gastos militares europeos habrá más ganancias y una mayor expansión para las empresas de la región involucradas en la industria armamentista.
Es el signo de los nuevos tiempos. Estos últimos días, mientras Wall Street y las bolsas europeas caen y se tiñen de rojo al calor de los anuncios arancelarios de Donald Trump, las acciones de las multinacionales relacionadas con la industria militar siguen subiendo; lo han hecho, primordialmente, tras el anuncio de Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, de rearmar a la Unión Europea (UE) con un gasto histórico de 800 mil millones de euros.
A toda prisa surgió un Colegio de Comisarios de Seguridad y se espera un anuncio histórico en el próximo Consejo Europeo, los días 20 y 21 de marzo en Bruselas: el inminente rearme en 27 países y el resurgimiento (como el ave fénix) de la industria militar europea.
Bajo el Programa ReArm Europe todos los líderes de la UE quieren gastar más en inversión europea. En eso al menos concuerdan: en trasladar miles de millones de euros a la fabricación de las armas, sistemas y equipo militar necesarios; y reducir así la dependencia respecto de la industria militar norteamericana.
Recientemente Goldman Sachs emitió un informe analizando en qué medida el aumento del gasto en defensa impulsará a la economía europea y lo hizo en un tono positivo.
El banco de inversión norteamericano avizora que el impacto inicialmente limitado en el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) podría llegar a ser más preponderante: “La hipótesis es que de aquí a 2027 la UE aumentará gradualmente su gasto anual en defensa en alrededor de 80 mil millones de euros; lo que equivale aproximadamente a 0.5% del PIB. Los gastos de defensa en la eurozona representaron 1.8% del PIB en 2024 y se espera que aumenten hasta 2.4% en 2027”, de acuerdo con dicho análisis.
Los autores del informe son Niklas Garnadt y Filippo Taddei. Ambos economistas indican que el impacto económico del gasto en defensa depende del tipo de gasto y de si se importa o se produce localmente.
“Estimamos que el gasto adicional en defensa tendrá un multiplicador fiscal de 0.5 en dos años. Eso significa que cada 100 euros gastados en defensa impulsarían el PIB en alrededor de 50 euros. El pronóstico se basa en el supuesto de que las importaciones de suministros militares disminuyen gradualmente y son sustituidas por productos nacionales y que el mayor gasto se centra inicialmente en equipo y en infraestructura”, de acuerdo con Garnadt y Taddei.
Desglose
¿Cuáles son las perspectivas del gasto europeo en defensa? Goldman Sachs indica que solo el gasto de los países europeos miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) aumentó 33% en comparación con 15% en 2014.
¿Dónde compran su equipo militar? Europa compra sustancialmente equipos militares a proveedores que no pertenecen a la UE. Se trata fundamentalmente de Estados Unidos. Esta tendencia aumentó rápidamente tras la invasión de Rusia a Ucrania, favoreciendo fundamentalmente a las multinacionales de la industria militar estadunidense.
Sin embargo, una gran parte de los suministros de defensa europeos se han comprado a empresas nacionales, especialmente a los Estados miembros más fuertes de la UE. Entre 2005 y 2022 la cuota media nacional de abastecimiento fue de alrededor de 90% en Francia, 80% en Alemania y 70% en Italia.
“La participación de Europa en la producción mundial de armas disminuyó entre 2008 y 2016, aunque desde entonces ha comenzado a repuntar de nuevo; los fabricantes de la UE se han sumado al aumento mundial de la producción de armas y ahora están preparados para expandirse a un ritmo más rápido que sus homólogos estadunidenses, según los precios del mercado”, a juicio de Goldman Sachs.
¿Cómo Europa podría financiar un mayor gasto en defensa? En los pronósticos del banco de inversión, con el objetivo de gasto en defensa de 2.5% del PIB, la eurozona necesitará aumentar los gastos 0.6% adicional del PIB anual.
En la actualidad los líderes europeos discuten una estrategia común para aumentar el gasto en defensa, que podría implicar la emisión de más deuda a nivel nacional o bien de forma conjunta mediante algún mecanismo de la UE.
Von der Leyen ha puesto sobre la mesa la posibilidad de emitir más deuda nacional relajando el marco fiscal europeo como una especie de excepción. De ser así, el Parlamento Europeo tendrá la última palabra.
¿Error u oportunidad?
Para el ministro francés de Relaciones Exteriores, Jean-Noël Barrot, nunca ha sido tan alto el riesgo de una guerra en el continente europeo. El lenguaje bélico no solo está en Francia: es la tónica en toda Europa.
Los ciudadanos de a pie se preguntan nerviosos si el rearme europeo es solo una táctica disuasoria frente a amenazas como Vladimir Putin o en realidad volverán a la pesadilla de un nuevo gran conflicto bélico.
“Hay un sentido de urgencia en este momento que no existía hace dos o tres años, antes de la guerra de Ucrania”, reveló a CNN Roberto Cingolani, directivo ejecutivo de la multinacional italiana Leonardo.
La inversión en la propia industria militar local se ve como un estímulo para las empresas y para la creación de empleo, porque aumentará la producción nacional de armamento y, por ende, impactaría en el PIB.
También es un tema de modernizar el parqué militar. Ucrania prácticamente se ha abastecido de viejo equipo militar europeo, en muchos casos oxidado y casi inservible.
Uno de los casos más sonados tiene que ver con los Leopard. En un artículo de David Axe se hace alusión a cómo Ucrania se armó con tanques viejos de países aliados en Europa.
En el escrito, publicado en Forbes, Axe refiere que la mayoría se encontraban en mal estado, con décadas de antigüedad: “Un Leopard 2A4 de 35 años de antigüedad podría convertirse rápidamente en chatarra si se deja almacenado, especialmente al aire libre y sin mantenimiento regular. Un tanque, como cualquier vehículo diésel, se beneficia de un uso regular”.
Es más, reunir 100 tanques Leopard para las tropas ucranianas fue toda una odisea. Si bien fueron aportados por una decena de países, las condiciones eran deplorables.
Así es que el rearme es igualmente una oportunidad para tener equipo militar de última generación; de aumentar la fabricación en la UE; e incluso de producir los repuestos localmente, reduciendo así la dependencia hacia la Unión Americana.
Al respecto, un informe elaborado por el Instituto Kiel para la Economía Mundial subrayó que para Alemania tener un mayor gasto en defensa y apostar por la industria militar sería un aliciente para sacar a su PIB de la zona gris en la que se encuentra.
Este think tank con sede en Berlín realizó esa misma recomendación para Europa, señalando que deberían endeudarse y no insistir en un presupuesto equilibrado.
Dicho análisis muestra además que las acumulaciones militares de los últimos 150 años han sido típicamente financiadas por déficits e impuestos, pero no a través de recortes presupuestarios.
“La seguridad de Europa no debe ponerse en riesgo debido a reglas fiscales como el freno de la deuda; de lo contrario, se podría repetir el grave error de la política británica de austeridad y apaciguamiento de la década de 1930. Alemania y Europa deberían invertir rápida y suficientemente en defensa para disuadir nuevos ataques rusos desde el principio”, de acuerdo con dicho instituto.
En principio los países tienen tres opciones para financiar un fuerte aumento de los costos de defensa: endeudamiento, aumentos de impuestos y recortes presupuestarios.
“Un ejemplo de los peligros de una política presupuestaria equilibrada frente a un agresor militar es Reino Unido: el Tesoro británico insistió en un presupuesto equilibrado y evitó grandes inversiones en defensa hasta alrededor de 1937; en contraste, la Alemania nazi aumentó drásticamente su gasto militar. Como resultado, el ejército británico no estaba adecuadamente preparado para la guerra cuando Hitler ordenó atacar a Polonia en 1939”, de acuerdo con el estudio.
Rearmarse hasta los dientes
Según el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI, por sus siglas en inglés), alrededor de 55% de las importaciones de armas de los Estados europeos de 2019 a 2023 fueron suministradas por Estados Unidos, frente a 35% de 2014 a 2018.
Dan Smith, director de este organismo de investigación independiente, señala que son muchos los factores que influyen en las decisiones de los países europeos (la mayoría miembros de la OTAN) al momento de importar armamento fabricado en Estados Unidos: “No solo mantener las relaciones trasatlánticas, sino también cuestiones técnicas y militares relacionadas con los costos”.
Pero tras el agrio distanciamiento propiciado por el presidente Trump hacia sus tradicionales aliados europeos, tal parece que habrá un viraje en esta política de compras comerciales de armamento.
La industria militar norteamericana es la proveedora número uno de armamento, no solo a Europa, sino a todo el mundo; son cinco las principales multinacionales con mayores ventas y son norteamericanas: 1) Raytheon, con ventas por 67.07 mil millones de dólares; 2) Boeing, con 66.61 mil millones; 3) Lockheed Martin, con 65.09 mil millones; 4) General Dynamics, con 34.41 mil millones; y, 5) Northrop Grumman, con 36.60 mil millones de dólares. Son datos a 2022.
Esta poderosa industria vendió armamento a 107 países de 2019 a 2023. Estados Unidos ha consolidado su papel global como proveedor de armas, un aspecto importante de su política exterior, exportando más armas a más países que nunca antes en el pasado.
¿Y qué empresas europeas destacan en producción militar? Fundamentalmente son BAE Systems, Airbus, Leonardo, Thales, Rheinmetall y Dassault.
Europa tiene varias empresas especializadas en equipos militares y de defensa; un total de 27 se encuentran entre las 100 empresas más grandes del mundo.
La multinacional británica BAE Systems figura en el sexto lugar del ranking de las empresas más poderosas de la industria militar, después de las cinco multinacionales norteamericanas señaladas anteriormente.
Su facturación ronda los 30 mil millones de dólares y desempeña un papel muy destacado en la producción del Eurofighter Typhoon, un avión de combate europeo desarrollado en colaboración con la italiana Leonardo y la rama espacial y de defensa de Airbus.
Igualmente relevante es Airbus, en el puesto doce del ranking: sus ventas sumaron doce mil 900 millones de dólares en 2023. Esta empresa franco-holandesa, cuya sede en la división de defensa y espacio se encuentra en Alemania, produce aviones de transporte militar como el C212 o el Airbus A400M Atlas.
Luego está el grupo italiano Leonardo, considerado uno de los principales fabricantes mundiales de helicópteros civiles y especializado en electrónica de defensa y seguridad; en sus líneas de producción están misiles, torpedos, radares y sistemas de comunicación. Sus ventas subieron a doce mil 400 millones de dólares en ingresos militares en 2023.
También Francia posee una industria poderosa con los corporativos Thales Naval Group, uno de los líderes mundiales en la construcción de buques militares; Safran, especializado en propulsión aeronáutica y espacial; Dassault Aviation, con sus Mirage y Rafales entre los mejores aviones de combate del mundo.
En total, los ingresos combinados de defensa de estas empresas francesas alcanzaron más de 25 mil millones de dólares en 2023.
Con el aliciente de un nuevo rearme europeo habrá más ganancias y una mayor expansión para las empresas involucradas en dicha industria.
No parecen, desde luego, tiempos de paz.
Ucrania acepta un mes de alto el fuego
Rusia presentó a Estados Unidos una lista de demandas para poner fin a la invasión de Ucrania y restablecer las relaciones con Washington, mientras el presidente Volodimir Zelenski manifestó su acuerdo para un mes de alto el fuego entre ambas partes.
Las conversaciones entre Ucrania y Estados Unidos en Arabia Saudita produjeron un compromiso de Kiev para el cese temporal de las hostilidades y la respuesta favorable de Washington de que renovará el apoyo de inteligencia militar y de armamento para las tropas ucranianas.
De acuerdo con el periódico The Independent, en la mediación entre EU y Ucrania habría participado un equipo de asesores asignados desde Downing Street.
Fuentes rusas dijeron a Reuters que es poco probable que Vladimir Putin acepte el acuerdo antes de que se aborden las preocupaciones del Kremlin y de su zona de influencia.
El mandatario ruso ha dicho que está abierto a discutir un acuerdo de paz. Pero él y sus diplomáticos han declarado en repetidas ocasiones que están en contra de un alto el fuego temporal.
Por su parte, el presidente Zelenski declaró que Ucrania propuso varios puntos clave: alto el fuego total por tierra, aire y mar, así como la liberación de los prisioneros de guerra y detenidos, tanto militares como civiles.
The Independent reveló que el especialista en seguridad nacional de Reino Unido, Jonathan Powell, habría asesorado tanto a Zelenski como a Mike Waltz, asesor de Trump, para redactar este acuerdo.