Srinagar, India, 24 de abril. Las tensiones entre los archirrivales India y Pakistán se recrudecieron este día después de la ofensiva diplomática de Nueva Delhi contra Islamabad, a quien culpa de un atentado en el que murieron 26 personas, en su mayoría turistas, en la disputada Cachemira, echando por tierra las afirmaciones indias de calma en una región donde, desde hace décadas, se libra una sangrienta rebelión contra su dominio.
Las autoridades indias dijeron que todas las visas emitidas a ciudadanos paquistaníes serán revocadas a partir del domingo, y añadieron que los paquistaníes que están en el país deben marcharse antes de la nueva fecha de expiración de sus permisos. Nueva Delhi anunció otras medidas, incluyendo la reducción de su personal diplomático y el cierre del único cruce fronterizo terrestre funcional entre los países.
Por su parte, Pakistán cerró su espacio aéreo a todas las aerolíneas de propiedad india u operadas por el país, y suspendió el comercio con su vecino, incluyendo el que tenga origen o destino en un tercer país.
El ataque del martes fue el peor asalto registrado en años contra la población civil en la conflictiva región, donde se libra una rebelión antiindia desde hace más de tres décadas.
Un inusual ataque contra civiles —en su mayoría turistas que visitaban una popular pradera— conmocionó e indignó a India y provocó llamados a tomar medidas contra su archienemigo, Pakistán. El gobierno indio no ha presentado públicamente ninguna evidencia que conecte el atentado con su vecino, pero dijo que tenía vínculos “transfronterizos” con Pakistán. Islamabad ha negado cualquier conexión con el incidente, que fue reivindicado por un grupo insurgente desconocido hasta ahora que se hace llamar Resistencia de Cachemira.
El Comité de Seguridad Nacional de Pakistán condenó las “medidas beligerantes” de India y apuntó que, aunque Islamabad sigue comprometido con la paz, nunca permitirá que nadie “transgreda su soberanía, seguridad, dignidad y derechos inalienables”.
India y Pakistán administran cada uno una parte de Cachemira, pero ambos reclaman el territorio en su totalidad. Nueva Delhi califica a toda la insurgencia en Cachemira como terrorismo respaldado por Pakistán. Pakistán lo niega y muchos musulmanes cachemires consideran a los milicianos como parte de una lucha por su libertad.
Presiones internas en ambos lados
Los asesinatos elevaron la presión sobre el primer ministro indio, el nacionalista hindú Narendra Modi, para que responda con contundencia.
En un mitin público, Modi aseguró que “India identificará, rastreará y castigará a cada terrorista, a quienes los dirigen y a sus patrocinadores”.
“Los perseguiremos hasta los confines de la tierra”, afirmó Modi.
Su gobierno anunció una serie de acciones diplomáticas contra Islamabad mientras insinuaba que preparaba más castigos.
El secretario de Exteriores de India, Vikram Misri, anunció ayer por la noche que se pidió a varios diplomáticos pakistaníes que abandonen Nueva Delhi y que se retiró a los diplomáticos indios en Pakistán. Las misiones diplomáticas en ambos países reducirán su personal de 55 a 30 efectivos a partir del 1 de mayo, y el único cruce fronterizo terrestre funcional entre los países cerrará.
El Ministerio de Exteriores indio aconsejó a sus ciudadanos que no viajen a Pakistán y pidió a los que están actualmente allí que regresen.