TOKIO. Un tribunal japonés condenó a muerte a un hombre tras declararlo culpable el jueves de homicidio y otros delitos por provocar un incendio contra un estudio de anime en Kioto por el que murieron 36 personas.
El Tribunal de Distrito de Kioto determinó que el acusado, Shinji Aoba, es mentalmente capaz de enfrentar el castigo por sus crímenes y anunció la sentencia de pena capital después de un receso en una sesión de dos partes el jueves.
Aoba irrumpió en el estudio número 1 de Kyoto Animation el 18 de julio de 2019 y le prendió fuego. Se cree que muchas de las víctimas murieron por envenenamiento con monóxido de carbono. Más de 30 personas sufrieron quemaduras graves o resultaron heridas.
El juez Keisuke Masuda dijo que Aoba había querido ser novelista, pero no tuvo éxito, por lo que buscó venganza, pensando que Kyoto Animation había robado las novelas que presentó como parte de un concurso de la compañía, según la televisión nacional NHK.
NHK también informó que Aoba, que estaba desempleado y tenía problemas financieros después de cambiar repetidamente de trabajo, había planeado un ataque separado en una estación de tren al norte de Tokio un mes antes del incendio contra el estudio de animación.
Aoba planeó los ataques después de estudiar casos penales anteriores relacionados con incendios provocados, dijo el tribunal en el fallo, señalando que el proceso mostró que Aoba había premeditado el crimen y era mentalmente capaz.
“El ataque que instantáneamente convirtió el estudio en un infierno y se llevó las preciosas vidas de 36 personas, les causó un dolor indescriptible”, dijo el juez, según NHK. Durante el juicio, Aoba dijo a las familias de las víctimas que lo sentía, pero no mostró un arrepentimiento sincero ni enfrentó sus sufrimientos plenamente, y había pocas esperanzas de corrección, según el fallo.
Aoba, de 45 años, sufrió quemaduras graves y estuvo hospitalizado durante 10 meses antes de su arresto en mayo de 2020. Se presentó ante el tribunal en silla de ruedas.
Sus abogados defensores argumentaron que no era mentalmente apto para ser considerado penalmente responsable.
Unas 70 personas trabajaban dentro del estudio en el sur de Kioto, la antigua capital de Japón, en el momento del incendio. Uno de los sobrevivientes dijo que vio una nube negra que se elevaba desde abajo, luego vino un calor abrasador y saltó desde una ventana del edificio de tres pisos jadeando por aire.
La compañía, fundada en 1981 y más conocida como KyoAni, hizo una serie de anime de gran éxito sobre chicas de secundaria, y el estudio entrenó a aspirantes al oficio.
Los medios japoneses han descrito a Aoba como un alborotador que cambiaba repetidamente de trabajo y apartamentos y se peleaba con sus vecinos.
El incendio fue el más mortífero en Japón desde 2001, cuando un fuego en el congestionado distrito de entretenimiento Kabukicho de Tokio mató a 44 personas.
El secretario jefe del gabinete, Yoshimasa Hayashi, dijo que el ataque de Kyoto Animation fue “un caso muy trágico” y que desde entonces el gobierno ha intensificado las restricciones de venta de gasolina, incluidos los controles obligatorios de identificación para los compradores. Hayashi, sin embargo, se negó a comentar sobre el fallo de pena de muerte.
Japón ha mantenido la pena de muerte a pesar de las crecientes críticas internacionales. Funcionarios del Ministerio de Justicia dicen que es una respuesta justificada a los continuos crímenes atroces y violentos. Una encuesta realizada por el gobierno japonés mostró que una abrumadora mayoría de la población apoya las ejecuciones.
Las ejecuciones se llevan a cabo en gran secreto en Japón, donde los prisioneros no son informados de su destino hasta la mañana en que son ahorcados. Desde 2007, Japón ha comenzado a revelar los nombres de las personas ejecutadas y algunos detalles de sus crímenes, pero las revelaciones siguen siendo limitadas.