Jan Yunis, Franja de Gaza, 20 de febrero. Hamás devolvió este jueves los cuerpos de cuatro rehenes israelíes, que según los planes incluían a una madre y sus dos hijos a los que se daba por muertos desde hacía tiempo y que han llegado a simbolizar la angustia de la nación tras el ataque del 7 de octubre de 2023.
Los restos se describieron como los cuerpos de Shiri Bibas y sus dos hijos, Ariel y Kfir, así como de Oded Lifshitz, quien tenía 83 años cuando fue secuestrado.
Kfir era el rehén más joven tomado ese día. Hamás ha afirmado que los cuatro fueron asesinados junto con sus guardias en ataques aéreos israelíes.
“Nuestros corazones —los corazones de toda una nación— están hechos pedazos”, dijo el presidente israelí Isaac Herzog en un comunicado. “En nombre del Estado de Israel, inclino mi cabeza y pido perdón. Perdón por no protegerlos en ese terrible día. Perdón por no traerlos de vuelta a casa sanos y salvos”.
Los milicianos mostraron cuatro ataúdes negros en un escenario en la Franja de Gaza rodeado de pancartas, incluida una grande que representaba al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, como un vampiro.
Miles de personas, incluidos muchos combatientes armados y enmascarados, observaron cómo se cargaban los ataúdes en vehículos de Cruz Roja que luego se marcharon para entregarlos a las fuerzas israelíes.
El Ejército realizó una pequeña ceremonia fúnebre, a petición de las familias, antes de transferir los cuerpos a un laboratorio para su identificación formal mediante ADN, un proceso que podría tomar hasta dos días. Solo entonces se notificará a las familias.
Los israelíes han celebrado el regreso de 24 rehenes vivos en las últimas semanas bajo un frágil alto el fuego que detuvo más de 15 meses de guerra. Pero la entrega del jueves era un sombrío recordatorio de aquellos que murieron en cautiverio, mientras las negociaciones que llevaron a la tregua se prolongaban por más de un año.