Jan Yunis, Franja de Gaza, 24 de junio. Los envíos de ayuda parecen haber aliviado por ahora la crisis del hambre en el norte de Gaza, pero el territorio entero sigue en “alto riesgo” de hambruna luego que la ofensiva israelí en Rafah causó desplazamientos y la interrupción de la distribución de ayuda en el sur, según el borrador de un reporte.
El reporte del organismo internacional más experimentado sobre crisis de hambre señala que casi todos en Gaza tienen dificultades para conseguir comida y que más de 495 mil personas —más de una quinta parte de la población de 2.3 millones de habitantes de Gaza— experimentarán el peor nivel de inanición en los meses venideros.
Ello es a pesar de meses de presiones estadunidenses para que Israel haga más para facilitar la entrega de ayuda, la construcción de un muelle móvil por parte de Estados Unidos y lanzamientos de ayuda vía aérea por múltiples países, que según organizaciones humanitarias son insuficientes para satisfacer las necesidades vitales.
Israel invadió Gaza luego que el grupo palestino Hamás lo atacó el 7 de octubre, matando a unas mil 200 personas, en su mayoría civiles, y secuestrando a unas 250. La guerra ha matado a más de 37 mil palestinos, según el Ministerio de Salud de Gaza, que no distingue entre civiles y combatientes.
Israel impuso un bloqueo total del territorio al inicio de la guerra y ha permitido la entrada gradual de ayuda humanitaria bajo presión de Washington. La guerra ha destruido la mayoría de la capacidad Gaza de producir sus propios alimentos.
El reporte más reciente proviene de la Clasificación Integrada sobre Seguridad Alimentaria (conocida como IPC, por sus siglas en inglés), una iniciativa lanzada en 2004 durante la hambruna en Somalia que ahora incluye más de una docena de agencias de la ONU, grupos asistenciales, gobiernos y otras entidades.
En su último reporte en marzo, el IPC dijo que la hambruna era “inminente” en el norte de Gaza, que ha sufrido una devastación generalizada y que el ejército israelí ha rodeado desde los primeros días de la ofensiva. Ese reporte señaló que alrededor de un tercio de la población de Gaza estaba sufriendo hambruna en fase 5, es decir, el peor nivel.
En abril, luego que un bombardeo israelí mató a trabajadores de ayuda y provocó condenas internacionales, Israel prometió incrementar la ayuda humanitaria y abrió corredores en el norte. El IPC reconoció que entonces las entregas de alimentos en el norte “aumentaron pronunciadamente”.
Pero a inicios de mayo, Israel lanzó operaciones terrestres en Rafah en la punta sur de Gaza, lo que llevó al cierre del cruce fronterizo de Rafah con Egipto e interrupciones en el cercano cruce con Israel de Kerem Shalom. El operativo por aire y tierra además desplazó a más de un millón de personas, la mayoría de las cuales ya antes habían huido de sus casas al inicio de la guerra. Ahora, muchas están en hacinados campamentos de carpas donde sufren el riesgo de enfermedades, lo que según IPC podría exacerbar la crisis de desnutrición.
“El espacio humanitario en la Franja de Gaza sigue encogiéndose y la capacidad de repartir asistencia a la población está disminuyendo”, dice el borrador del reporte. “La trayectoria reciente es negativa y sumamente inestable. Si esto continúa, las mejoras vistas en abril podrían desaparecer rápidamente”.