NAIROBI, Kenia — Los participantes de una conferencia anual internacional sobre eficiencia energética pidieron acceso universal a soluciones para cocinar de forma más ecológica a través de incentivos y subsidios gubernamentales para desbloquear más fondos del sector privado.
El noveno foro de la Agencia Internacional de Energía (AIE) reúne a ministros, directores de empresas y líderes de opinión de todo el mundo para discutir cómo acelerar el progreso en eficiencia energética, que según los expertos puede reducir drásticamente las emisiones que calientan el planeta. En la agenda está cómo cocinar de forma limpia y asequible, lo que implica el uso de electricidad, energía solar y otras soluciones en lugar de combustibles más contaminantes como el carbón, la madera y el queroseno.
“Existen muchas barreras prácticas para la eficiencia energética y, por supuesto, la barrera de la necesidad de inversión inicial”, dijo Brian Motherway, jefe de la oficina de eficiencia energética y transiciones inclusivas de la AIE, con sede en París. “La clave para desbloquear la eficiencia está en manos de los gobiernos: políticas gubernamentales sólidas y coordinadas desbloquearán las finanzas y permitirán a las empresas y a los consumidores tomar las medidas necesarias para reducir sus facturas”.
La conferencia de este año, que se lleva a cabo en Nairobi, Kenia, se centra en acelerar el progreso para duplicar los avances en eficiencia energética para 2030, según lo acordado por los gobiernos en la COP28, la Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático realizada el año pasado en Dubái.
Rashid Abdallah, director ejecutivo de la Comisión Africana de Energía, dijo en una mesa redonda el martes que “cocinar limpio debería ser parte de cualquier política energética” o plan de desarrollo socioeconómico.
A nivel mundial, alrededor de 2.300 millones de personas cocinan utilizando combustibles de biomasa sólida —como madera y carbón vegetal— y queroseno. En Asia, 1.200 millones de personas carecen de acceso a instalaciones limpias para cocinar, y en África, más de 900 millones de personas utilizan la biomasa como fuente de energía primaria. Estas fuentes de energía liberan humos y vapores tóxicos nocivos que provocan enfermedades y muertes y contribuyen al cambio climático.
También hay evidencia de que la contaminación del aire en los hogares por cocinar con combustibles sucios puede provocar diabetes y resultados adversos en el embarazo, como muerte fetal y bajo peso al nacer, dijo Matt Shupler, becario postdoctoral de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan en Harvard.