Buenos Aires, febrero 1.- El plan de ajuste del presidente argentino Javier Milei recibió el jueves un guiño del Fondo Monetario Internacional, que giró 4.700 millones de dólares y elogió al nuevo gobierno por haber tomado “medidas audaces” para restaurar la estabilidad económica y abordar problemas que obstaculizan el crecimiento y la inversión.
“Estas primeras acciones empiezan a dar sus frutos”, dijo el FMI en un informe especial sobre el país. “Se están realizando los esfuerzos para construir el marco social y político que sustente al plan de estabilización”, expresó el organismo, pero también advirtió que el camino hacia la estabilidad presenta “importantes desafíos” por las divisiones políticas en el Congreso y la “frágil” situación social.
El informe se hizo público un día después de la aprobación del desembolso como parte de un programa de refinanciación de un préstamo de 44.000 millones de dólares otorgado en 2018.
Se trata de la séptima revisión del acuerdo del directorio ejecutivo del FMI y la primera bajo la presidencia del ultraliberal Milei. Tuvo lugar mientras la Cámara de Diputados del país debate un paquete de reformas que el mandatario considera clave para el éxito de su programa económico. La oposición ha criticado con dureza algunos artículos ese proyecto, poniendo en duda su aprobación.
Argentina recibió en 2018 el mayor préstamo otorgado por el FMI en su historia por un monto de casi 55.000 millones de dólares, de los cuales finalmente fueron desembolsados 44.000 millones.
A causa de la pandemia y una sequía histórica, el anterior gobierno de centroizquierda de Alberto Fernández acordó a principios de 2022 un nuevo programa de refinanciación por el cual el país se comprometía a cumplir una serie de metas fiscales y de emisión monetaria, entre otras.
Estas pautas quedaron en suspenso desde mitad de 2023, en coincidencia con la campaña electoral que llevó a la presidencia a Milei.
En su reporte de 119 páginas, el FMI destacó que desde la anterior revisión del programa durante la administración de Fernández los desequilibrios y distorsiones “se han agudizado peligrosamente” en Argentina y el programa se desvió con políticas “muy expansivas e inconsistentes”. Como ejemplos mencionó un aumento del déficit fiscal, el agotamiento de las reservas internacionales y una galopante inflación de tres dígitos, entre otros.
Poco después de haber asumido como presidente el 10 de diciembre, Milei devaluó 50% el peso y puso en marcha un plan de ajuste y desregulación de una economía que en los últimos años ha tenido una fuerte intervención estatal. Las medidas incluyen recortes del gasto público para disminuir el déficit fiscal, miles de despidos en la administración pública y la reducción de subsidios al transporte público y el sector energético.