EVERGRANDE PODRÍA GENERAR UNA CRISIS CON CARAMBOLA

“Inversores se sienten bastante intranquilos respecto del futuro inmediato”.

Claudia Luna Palencia
Internacional
EVERGRANDE

Dentro de la economía china la actividad del mercado inmobiliario genera 30% de la riqueza del país y más de dos tercios de la riqueza de los hogares está vinculada con los bienes raíces.

Nadie sabe el grado de alcance que tendrá la quiebra de Evergrande, el gigante inmobiliario chino que ya venía dando avisos desde 2019, previo a la pandemia, de que sus finanzas no andaban nada bien porque había acumulado una montaña de deuda: la exposición al riesgo de su bancarrota podría no solo afectar a China.

El 22 de agosto Evergrande se acogió a la protección por bancarrota de acuerdo con el Capítulo 15 de Estados Unidos para las empresas extranjeras que están en un proceso de reestructuración de acreedores, lo que provocó que el índice de referencia Hang Seng de la bolsa de Hong Kong cayera 2.1% y acumulara una pérdida de 20% respecto del mes de enero pasado, al ubicarse en 17 mil 950 puntos.

La calificadora de riesgos norteamericana JP Morgan recomendó poner especial atención en los mercados emergentes y en sus respectivos sectores corporativos inmobiliarios de cara al cierre de año.

La crisis de deuda de China, provocada por el sector inmobiliario, está haciendo que los inversores se sientan bastante intranquilos respecto del futuro inmediato de la segunda economía más grande del mundo.

En Wall Street ya se preguntan si lo de Evergrande será otro colapso al estilo de Lehman Brothers, cuyo agujero financiero interno fue ocultado a las autoridades supervisoras y cuando ya no fue posible sostenerlo en el tiempo su quiebra, en 2008, fue tan solo el augurio de la crisis financiera que estaba desatándose en EU y que terminaría contagiando a Europa y otras economías.

Evergrande también es un gran constructor y corporativo inmobiliario demasiado grande para dejarlo caer y la respuesta la tiene y la tendrá el gobierno chino de Xi Jinping con las maniobras que decida realizar en los próximos días.

El escenario internacional abre otro frente de inestabilidad, volatilidad e incertidumbre, las tres palabras malditas para los inversores globales.

Apenas el Fondo Monetario Internacional (FMI) había levantado las campanas al vuelo señalando que el PIB mundial durante el primer semestre del año se había comportado mejor de lo previsto y que la resiliencia mostrada por las economías emergentes estaba ayudando a la economía global.

El FMI había estimado para el mundo (antes de darse a conocer la bancarrota de Evergrande) un PIB del 3% para 2023; y en el caso de China de 5.2%, un pronóstico que podría complicarse si sucede un efecto de contagio y termina pinchando totalmente la burbuja inmobiliaria china.

Declive

Sin duda, el sector construcción es uno de los grandes pilares para la generación de la riqueza de los países por su capacidad de vertebrarse con muchos otros subsectores; por eso cuando sucede una quiebra que arrastra a otros corporativos puede terminar llevando a la recesión a una economía y el gobierno en cuestión necesitará implementar rescates financieros para frenar la sangría.

Para CNN, la analista internacional Allison Morrow opinó que tan solo es el principio de la crisis inmobiliaria de China y es una evidencia clara del espectacular derrumbe de su modelo de crecimiento de los últimos 30 años.

“Durante décadas Evergrande, uno de los desarrolladores inmobiliarios más exitosos de China, engulló la deuda a medida que la economía china se expandía. La demanda de viviendas era tan fuerte, que los constructores a menudo vendían unidades de apartamentos a compradores antes de que se completara la construcción”, a juicio de la especialista.

Sin embargo, en plena pandemia aconteció un cambio en la economía china y en la política de vivienda que dejó a los promotores inmobiliarios luchando entre sí por obtener financiamiento.

¿Qué pasó con Evergrande? Su declive arreció en 2021, mientras el gobierno de Xi imponía férreos confinamientos y prevaleció un enfoque a favor de controlar y cortar la expansión del coronavirus, que fue una de las principales prioridades del país más poblado del mundo.

La industria de la construcción se paralizó y los problemas cayeron uno detrás de otro como fichas de dominó: las viviendas vendidas no fueron entregadas; muchos proyectos inmobiliarios se quedaron a medio construir a pesar de las preventas; los precios de los alquileres subieron, así como el precio de las viviendas de segunda mano; muchos subsectores comenzaron a tener problemas de liquidez, y los bancos frenaron los préstamos hipotecarios.

El gobierno chino respondió restringiendo los programas de financiamiento a los desarrolladores inmobiliarios.

La montaña de deuda creció. Tan solo Evergrande acumuló pasivos por 300 millones de dólares y para finales de diciembre de 2021 dio su primer aviso con una ola de impagos. Hace unos días, cuando se acogió a la bancarrota, reconoció 19 mil millones de dólares en deudas en el extranjero.

Ramificaciones

Los analistas estadunidenses creen que el corporativo inmobiliario chino Country Garden será el siguiente en caer; se trata de un emporio que da empleo a más de 300 mil personas y que ha reconocido que incumplió dos pagos de su deuda millonaria.

La calificadora de riesgos Moody’s no dudó en rebajar la calificación de Country Garden, achacando que los problemas de liquidez de la multinacional china son más grandes de lo que reconoce.

Si en septiembre incumple con su calendario de pagos, Moody’s avista que secundará a Evergrande en la bancarrota; por lo pronto, tiene la presión de reestructurar sus pagos por bonos por un total de 535 millones de dólares.

Moody’s ha declarado anteriormente que el aumento de la cantidad de impagos de los promotores inmobiliarios elevó la tasa de préstamos morosos de los bancos chinos a 4.4% a finales del año pasado, frente a 1.9% en 2020. El sector inmobiliario de China es el rubro de activos más grande del mundo, con un valor estimado en 62 mil millones de dólares.

¿No puede Beijing simplemente rescatar a estas compañías? Es poco probable. Si bien Beijing ha hecho algunos esfuerzos para impulsar la demanda de viviendas y liberar efectivo, todo dependerá de las decisiones de Xi.

¿Qué va a pasar con la economía china? Dentro de esa economía la actividad del mercado inmobiliario genera 30% de la riqueza del país y más de dos tercios de la riqueza de los hogares está vinculada con los bienes raíces.

Escenario posCovid

Mientras en la Cumbre de los BRICS en Sudáfrica el primer ministro de India, Narendra Modi, celebraba el alunizaje de la sonda Chandrayaan-3 en el polo sur de la Luna, su homólogo chino Xi se daba tiempo para leer el último parte que informaba de la volatilidad en la bolsa china producida por la bancarrota de Evergrande y cómo arrastraba en rojo a otras empresas, inclusive de la tecnología, que nada tienen que ver con el mercado inmobiliario.

Xi ya no disimula su preocupación por el escenario que va generándose. Y es que el colapso de Evergrande podría terminar afectando a la industria automotriz china: es dueño de NEV (por sus siglas en inglés), un fabricante de automóviles que hace unos días comenzó a emitir nuevas acciones a sus suscriptores con la finalidad de aliviar la carga de la deuda de la compañía.

La emisión contó con 5.44 millones de nuevas acciones y en unos días más emitirá 6.18 millones de nuevas acciones a NWTN, una compañía de movilidad que opera en Dubái y que cotiza en EU.

Para Phil Rosen, de Market Insider, la economía del gigante asiático está mostrando signos de serios problemas que cada día aumentan más: partiendo primeramente de que la economía china no ha repuntado como se esperaba en la etapa posCovid.

“Beijing está lidiando con la disminución del comercio y la inversión extranjera, un mercado inmobiliario inestable y la deflación. Los expertos dicen que la mayoría de los problemas de China son autoinfligidos y advierten que las políticas deben cambiar para mejorar la confianza. Y es que la segunda economía más grande del mundo no está creciendo, produciendo o comerciando tanto como lo hacía normalmente”, añade Rosen.

Recientemente, la Oficina Nacional de Estadísticas de China dio a conocer que los precios al consumidor disminuyeron anualmente en julio por primera vez en dos años, cayendo 0.3 por ciento.

Además, el Banco Popular de China se enfrenta al problema opuesto al de la Reserva Federal (Fed) estadunidense, que lleva desde el año pasado subiendo tasas de interés para frenar la inflación. Y es que China tiene una deflación producto de una caída de los precios en toda su economía.

David Dollar, investigador principal del Centro de China del Instituto Brookings, explica el daño que causa este fenómeno económico: “La deflación significa que el valor real de la deuda aumenta. Sabemos que la alta inflación es mala, pero ayuda a manejar las cargas de la deuda a lo largo del tiempo. La deflación hace lo contrario”.

China está lidiando con algunos problemas económicos graves en este momento. Si bien la crisis de la deuda en el sector inmobiliario no es nueva, la desaceleración de la actividad económica, después de levantar las restricciones derivadas de la lucha contra el Covid-19, no ha hecho más que arreciar.

A nadie le conviene

Que desacelere la economía china, la segunda mayor del mundo, no es una buena noticia para nadie: tiene un impacto masivo a través de manejar ingentes volúmenes comerciales.

Nadie quiere que entre en una espiral de desaceleración. La propia Janet Yellen, secretaria del Tesoro de EU, advirtió sobre los riesgos para la economía estadunidense en un momento en que lucha por bajar la inflación a través de una política monetaria restrictiva y encima el dólar lleva una tónica bajista en los últimos meses. Yellen afirmó que se trata de “una bomba de tiempo”.

Mientras la Fed sigue con el dedo puesto en incrementar las tasas de interés, en China su realidad es otra: en estos momentos orbita en el sentido contrario de las manecillas del reloj respecto de la política monetaria y fiscal norteamericana.

El Banco Central de China está reduciendo las tasas de interés con la finalidad de impulsar su economía a través del consumo; los últimos datos revelaron que la producción industrial, las ventas minoristas y las exportaciones de China tuvieron un desempeño más débil de lo esperado. Además, el desempleo en la franja de los jóvenes alcanzó un punto récord con una tasa de 21.3 por ciento.

El contexto preocupa porque China representa cerca de 30% del crecimiento mundial y aunque es una economía de mercado sus decisiones de política económica, monetaria y fiscal corresponden a un cerrado núcleo de técnicos que además observan con escrupuloso impacto cómo puede terminar alterándose los planes de mediano y largo plazos trazados por el gobierno de Xi que ya tiene, incluso, políticas para 2050.

El comercio, que es otro de los motores de la economía del gigante asiático, no ha logrado recuperarse a los niveles previos a la pandemia; siguen los problemas de suministros y los problemas de traslado de mercancías.

Recientemente, en el canal de Panamá se han quedado varadas 134 embarcaciones cargadas con contenedores porque las autoridades decidieron de urgencia limitar el tráfico marítimo ante la bajada de los niveles del cauce de agua. Hay una fuerte sequía en la zona.

De acuerdo con el parte emitido por los administradores: “Para este mes el tiempo medio de espera para tránsitos no reservados se sitúa entre nueve y once días. Estamos continuamente monitorizando estas cifras e implementando medidas para mejorar el flujo”.

El retraso en la entrega de las mercancías significa una pérdida económica. Tan solo por el Canal de Panamá circulan anualmente 14 mil embarcaciones de todo tamaño, es 6% del comercio global.

Modificar las rutas marítimas supone nuevos costos y peajes. Y eso afecta principalmente tanto a China como a EU, porque 40% de su intercambio comercial pasa por el Canal de Panamá.

Para la economía china solo son más y más malas noticias...

¿Qué pasó con Evergrande?

Evergrande (anteriormente Hengda Group) fue fundada por Xu Jiayin en 1996 y con sede en la ciudad de Shenzhen, China, logró una rápida expansión debido al auge inmobiliario en la medida que el propio gobierno permitía la propiedad privada.

De acuerdo con Forbes, a medida que las ventas residenciales comenzaron a disminuir en los últimos años la deuda de Evergrande aumentó y la compañía se diversificó en otros sectores, como vehículos eléctricos, futbol e incluso agua embotellada.

Evergrande emplea a 200 mil personas directamente. E indirectamente es responsable de un estimado de 3.8 millones de empleos anuales.

Durante la última década varias casas de análisis norteamericanas venían advirtiendo de la formación de una burbuja inmobiliaria que tarde o temprano pincharía en China.

La regulación gubernamental en el sector inmobiliario de China ha ido aumentando a medida que el gobierno ha estado trabajando para controlar el alza en el precio de las viviendas y el endeudamiento excesivo.

En 2020 el gobierno marcó varias líneas rojas a ciertos desarrolladores para ayudar a frenar los niveles de deuda, obligándolos a desapalancarse; básicamente se impuso un límite máximo de 70% para el pasivo de los activos.

Para septiembre de 2021 Evergrande anunció que no podría cumplir con todas sus obligaciones financieras y dejó de pagar algunos de sus bonos en el extranjero. El gobierno de Xi Jinping entabló un proceso de reestructuración de deuda para salvar al desarrollador inmobiliario a fin de que terminase de construir las viviendas que ya tenía pactadas.

Dos años después, el 22 de agosto, Evergrande se acogió a la protección por bancarrota de acuerdo con el Capítulo 15 de Estados Unidos para las empresas extranjeras que están en un proceso de reestructuración de acreedores. Su viabilidad futura es incierta…