ESTADOS UNIDOS IMPONE SUS LÍNEAS ROJAS EN GEOPOLÍTICA

“La UE exige estar en la mesa de negociación y se opone a una solución bilateral”.

Internacional
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Ha sido una jugada a tres bandas desplegada desde la Casa Blanca en el escenario europeo para clarificar la postura geopolítica del gobierno trumpista: en Bruselas, Pete Hegseth, titular del Pentágono, afirmó en una reunión en la OTAN que la prioridad de su país no es defender más a Europa; el secretario del Tesoro, Scott Bessent, viajó a Kiev para cobrar al presidente ucraniano una factura por 500 mil millones de dólares de ayuda militar; y dos días después el presidente Volodímir Zelenski mantuvo en Múnich un encuentro con el vicepresidente J.D. Vance sobre el alto el fuego que ya negocia Estados Unidos con Rusia.

A días de cumplirse el tercer año de la invasión de las tropas rusas, el presidente Donald Trump sostuvo una llamada con su homólogo ruso, Vladimir Putin, para iniciar las conversaciones para la paz en Ucrania.

Lo hizo el mismo día en que Hegseth perfilaba las líneas rojas de EU con sus socios (antes aliados) de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y Zelenski negociaba en Kiev con Bessent todas las áreas de negocios e inversiones que Ucrania cederá a las multinacionales estadunidenses. Trump no da puntada sin hilo.

La llamada entre Trump y Putin inquieta a Europa, que teme quedar relegada de una hipotética mesa de negociación para la paz, en la que tampoco parece posible que esté presente el propio Zelenski, cuyo país es el agredido por el invasor.

Desde diciembre pasado Trump nombró al general retirado Keith Kellogg como enviado especial para Rusia y Ucrania a fin de hacer los primeros contactos para el nuevo gobierno en la Casa Blanca.

Kellogg no logró ningún avance con el Kremlin, mientras el gobierno de Kiev ha mantenido en todo momento su interés por conocer el plan de paz de Trump, quien en campaña prometió parar la guerra en un día y además juró una y otra vez que “esto nunca hubiera sucedido de estar yo en el gobierno”.

Diálogo directo

Trump ahora ha tenido que buscar personalmente a Putin para entablar un diálogo directo, aunque el ruso ya dejó públicamente muy claro que él no se sentará en la misma mesa que Zelenski.

La última vez que se vieron Trump y Putin fue en Helsinki el 16 de julio de 2018, un encuentro durante la primera presidencia del político republicano. Una cumbre a la que también asistió Vértigo y fue testigo de la invitación de Trump para que Putin viajase en visita oficial a EU.

En una publicación en redes sociales Trump confirmó que el 12 de febrero sostuvo una “llamada telefónica larga y altamente productiva” con Putin y que acordaron “que nuestros respectivos equipos comiencen las negociaciones de inmediato”.

En el intercambio de impresiones el político estadunidense afirmó que invitó (otra vez) a Putin para que visite EU y, en reciprocidad, el líder ruso le correspondió invitándolo al Kremlin. No hay fecha cerrada para esos viajes oficiales.

Tampoco para lo que será el primer encuentro bilateral, esa cumbre para la paz. En un principio llegó a ventilarse como probable un encuentro en Suiza, otra vez en Ginebra, como aconteció el 16 de junio de 2021, cuando el entonces mandatario Joe Biden acudió a un encuentro con Putin para entre otros temas advertirle que ordenase a sus hackers detener los ataques cotidianos a diversas infraestructuras vitales norteamericanas. En dicha reunión también estuvo presente Vértigo.

Después de las sanciones anunciadas por Trump contra la Corte Penal Internacional por su orden de arresto contra el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu y su exministro de Defensa, Yoav Gallant, el gobierno suizo se negó a acoger la cumbre para la paz.

La complejidad de dónde reunirse ha llegado a barajar escenarios como Arabia Saudita, Hungría o Turquía, nación que intentó en varias ocasiones convertirse en mediadora entre Ucrania y Putin con la finalidad de lograr un alto el fuego.

¿Habrá reunión ya sea en la Casa Blanca o en el Kremlin? Ninguno de los dos dignatarios quiere hacer viajes largos en avión. Trump hasta el momento no ha hecho ningún viaje internacional y a la Conferencia de Seguridad de Múnich (16 al 18 de febrero) envió al vicepresidente J.D. Vance y a Marco Rubio, secretario de Estado. Y Putin no sale de Rusia desde mediados de mayo del año pasado, cuando viajó a Beijing.

“Como ambos acordamos, queremos detener las millones de muertes que tienen lugar en la guerra Rusia-Ucrania”, escribió Trump. “El presidente Putin incluso usó mi lema de campaña: Sentido común. Los dos creemos firmemente en ello. Acordamos trabajar juntos, muy de cerca, incluso visitando las naciones de cada uno”.

El Kremlin confirmó la llamada y en un comunicado reiteró la necesidad de eliminar las causas fundamentales del conflicto y buscar una solución de largo plazo.

Un día antes Zelenski concedió una entrevista para The Guardian y declaró su intención de lograr un alto el fuego permanente: “Nadie quiere la paz más que Ucrania”.

Y llegó a decir que proponía intercambiar los territorios ocupados: tropas rusas ocupan 30% del territorio ucraniano y tropas ucranianas están en la región rusa de Kursk.

En respuesta, Dmitry Peskov, vocero del Kremlin, dejó claro que Rusia nunca intercambiará territorios: “Eso es imposible. Rusia nunca ha discutido y no discutirá el intercambio de su territorio”.

Las tropas ucranianas ocupan la región rusa de Kursk mientras que Rusia controla Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia. Y desde 2014 controla la provincia de Crimea.

Los días más difíciles

El próximo 24 de febrero Ucrania cumplirá tres años de invasión. No hay cifras claras de cuántos soldados militares, casi todos jóvenes, han fallecido de un bando y de otro. Trump recientemente dijo que en total había más de un millón y medio de muertos y Rusia se ha llevado la peor parte.

Tanto en la OTAN, formada por 32 países, como en la Unión Europea (UE), reina un desconsuelo sobre el futuro de Ucrania, que no es otro más que el futuro de Europa ante la sombra creciente y dominante de Putin.

Que Trump pretenda en una cumbre bilateral con Putin negociar el futuro de Ucrania y repartir el territorio, una parte para el supremacismo ruso y otra para la oligarquía norteamericana, es visto como indignante e inmoral. La Casa Blanca pretende que Zelenski anuncie la rendición.

En medio de estas horas históricas y difíciles que definirán el futuro de 35 millones de ucranianos (antes de la guerra había 42 millones de habitantes, pero muchos han emigrado con la guerra), la UE exige estar en la mesa de negociación y se opone a una solución bilateral, sin la propia UE y sin, por supuesto, el país agredido, que es Ucrania.

Kaja Kallas, jefa de la política exterior de la UE, criticó al presidente Trump por intentar dejar de lado a Ucrania y solo mantener un compromiso de un alto el fuego negociado con Rusia, bajo los términos rusos y obligando a Ucrania a hacer concesiones territoriales.

Durante la visita a la OTAN el jefe del Pentágono realizó una serie de declaraciones que dejaron en shock al resto de los ministros de Defensa congregados en el cuartel de la Alianza Trasatlántica: “No es realista que Ucrania piense que recuperará sus fronteras de 1991, como tampoco lo es que crea que entrará a la OTAN”.

Además, Hegseth dejó caer otras certezas: “Estados Unidos ya no tolerará que los miembros europeos de la OTAN dependan de Washington para su seguridad. Europa no es más nuestra prioridad de defensa y si deciden ayudar a Ucrania no habrá tropas norteamericanas en Ucrania, como tampoco se activará el artículo 5 de la OTAN”.

La única vez en la historia de la Alianza Trasatlántica (nació el 4 de abril de 1949) que fue activado el artículo 5 fue tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 y el entonces presidente George Bush solicitó la ayuda defensiva de sus aliados.

En sus líneas rojas Hegseth subrayó la necesidad de que Europa aumente su gasto en defensa a 5% anual y tenga una mejor estrategia disuasoria, porque los europeos deberán defenderse a sí mismos ya que Estados Unidos tiene sus propias prioridades: “Tenemos que reforzar la seguridad y la defensa interna de EU mejorando el control de nuestras fronteras y, sobre todo, aumentar nuestras capacidades en el Indo-Pacífico. Para nosotros nuestra máxima preocupación es China”.

Kallas, la encargada de la política exterior de la UE, cuestionó el nuevo papel concéntrico de EU dentro del teatro europeo y subrayó que cualquier acuerdo de paz impuesto sin el consentimiento de Ucrania y sin la presencia de los aliados europeos está condenado al fracaso. “Se está haciendo un acuerdo a nuestras espaldas que simplemente no funcionará. Para cualquier tipo de acuerdo se necesita que los europeos lo implementen, se necesita que los ucranianos lo implementen. Los ucranianos resistirán y nosotros los apoyaremos”.

Mucho más diplomático, como es su tono acostumbrado, Mark Rutte, secretario general de la OTAN, intentó suavizar la postura de Hegseth señalando la importancia de tener conversaciones constructivas. “Somos una coalición de democracias. Necesitamos debatir. Pero veo una clara convergencia: todos queremos la paz, queremos que sea duradera y debemos asegurarnos de que Ucrania esté en la posición más fuerte posible”, afirmó.

Cuando subió al atril Hegseth hizo alusión al artículo 3 de la OTAN, para exigir a los países miembros que sus euros, sus dólares y sus libras se conviertan en capacidades militares más efectivas y les pidió que sean más fuertes si es necesario defender a Ucrania.

“La OTAN es una gran alianza, pero para que continúe en el futuro los socios deben hacer más por la defensa europea, debemos hacer a la OTAN grande otra vez, hay que establecer elementos disuasorios reales”, remarcó.

Cuestionado por la prensa sobre el papel que pueda jugar Trump a favor de Putin y no de Ucrania, que es el país agredido, el jefe del Pentágono volvió a su vez a recalcar que Trump es el líder del mundo y es un empresario con una visión práctica y bajo esa tesitura ni Ucrania o Rusia tendrán todo lo que quieran.

A este respecto, Ben Wallace, exsecretario de Defensa de Reino Unido, declaró que EU bajo la presidencia de Trump traicionará a Ucrania y la lucha de los ucranianos contra Putin.

A propósito de la Conferencia de Seguridad de Múnich, Wallace recordó los tiempos de la invasión nazi en Europa: “Qué lástima, entonces, que la reunión de este año parezca ser un reflejo de la desastrosa conferencia de 1938, cuando el continente permaneció ciego ante la ambición de Hitler”.

Desde España, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, reiteró que Ucrania necesita una paz justa para una guerra injusta y que, por ende, no puede quedar fuera de las negociaciones.

Por su lado, el presidente Zelenski, en un dejo de dignidad, señaló que no aceptará ningún acuerdo de paz en el que no sean tomadas en cuenta las prioridades ucranianas como país agredido.

También persisten temores en Europa de que sea vulnerada la seguridad del mandatario ucraniano, quien ya ha sufrido diversos atentados, frustrados gracias a la información de la inteligencia norteamericana y británica. Recientemente, el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) detuvo al coronel Dmitry Kozyura, acusado de espiar para Rusia. Putin quiere muerto a Zelenski.

Putin logrará lo que quiere

En un artículo publicado en The Guardian y firmado por Pjotr Sauer se aborda cómo la estrategia del mandatario ruso está dándole sus frutos porque solo ha tenido que aguardar a que el viento cambie a su favor.

“Putin logró con la llamada con Trump su avance diplomático más significativo hasta el momento, en una guerra de tres años que en más de una ocasión pareció amenazar a su régimen”, escribió Sauer.

Tal parece que con esta estrategia Putin ya ha ganado la primera vuelta: “Dos grandes potencias decidiendo el destino de Ucrania sobre la cabeza de Kiev y por encima de los aliados europeos”.

Ahora, “el enfoque principal de Putin es Trump; todos los demás son irrelevantes. Su próximo paso es asegurar una reunión a puerta cerrada con Trump, donde pueda presionar aún más si acaso; es muy posible que la cumbre sea en Arabia Saudita”, indicó.

En una señal tangible del optimismo ruso, al día siguiente de la llamada telefónica con Trump la bolsa de Moscú subió más de 6% y el rublo se revalorizó.

Pagar con minerales

Mientras los combates se intensifican en el este de Ucrania porque las tropas rusas quieren ganar más terreno para reclamarlo como suyo, en Kiev se reunió Scott Bessent, secretario del Tesoro de EU, con el presidente Volodímir Zelenski.

Bessent reclamó el pago de una factura, por ayuda militar y de emergencia a Ucrania, valorada en 500 mil millones de dólares, que de acuerdo a lo exigido por el presidente Trump debe pagarse mediante sendos convenios a favor de inversiones norteamericanas en áreas estratégicas, como la explotación de minerales, sobre todo de tierras raras.

En contrapartida, el mandatario ucraniano respondió que está listo para llegar a un acuerdo para abrir los recursos minerales a la inversión estadunidense. Zelenski ya tiene en sus manos el borrador propuesto por Trump e incluso la prensa ucraniana señaló que a cambio de seguridad y ayuda militar estarían dispuestos a abrir otros sectores, como el de la industria de los drones.